tag:blogger.com,1999:blog-162723922024-03-07T18:49:31.261+01:00Musafir sigue su caminoMusafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.comBlogger36125tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-14489516315957313982010-08-12T01:49:00.001+02:002014-01-03T21:22:36.146+01:00El Apolo del Hermitage<div align="justify">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWXdA2P3yPoUGtF45G3llPtY7o5EopjhJwhAYVBRpQIbzxl7nzFZqCXDvPk4u411ligY1ulfmnc4H-7Rc3RchlFNhh7SCDmmZpPmxyZ4Btp-GRS_93KyreC2XKcjVQY-v4cs1K/s1600-h/Apollo_Belvedere-Hermitage%5B4%5D.jpg"><img alt="Apollo_Belvedere-Hermitage" border="0" height="319" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8YzQ7bquLt3pfeknpzY2nNG6HoZX2bOknEKrgd5wuROi5TA2hfFFDegvtwP2t4yFmmMY2oj_JyYxo-13sqeWZ_7snOPU8639nKKqfjCImctrBDSXX1H6wyfAAiMcdx5peMbUQ/?imgmax=800" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; display: inline;" title="Apollo_Belvedere-Hermitage" width="244" /></a> </div>
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Diez de la noche. Te preparas. Dentro del pequeño cuarto, apenas algo de luz mortecina. Una bombilla de bajo consumo parpadeante no te permite pintarte con comodidad la raya de los ojos.</div>
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Maquillaje; espesas capas de denso producto oleoso de una marca china impronunciable cubre ya tu curtida piel. Brillo de labios; repasas con el lápiz el contorno de la boca. Sugerente. </div>
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Hoy será un gran día. Mejor aún: una noche excepcional.</div>
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Una llamada a la puerta. Golpeteo reiterado. Alguien se muestra impaciente tras el contrachapado de la puerta de cartón y láminas de madera de sapelli de imitación.</div>
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Sudor mezclado con esencia de jazmín; aroma de un cigarro puro que se cuela entre las junturas del marco. The Boss. El jefe. Te apremia al trabajo.</div>
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Las once de la noche.</div>
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Sales de tu madriguera. Transformado; brilla hasta tu alma. Falso cristal de roca viste tus lóbulos por pendientes, y envuelve tus muñecas convertido en barullo de baratos abalorios.</div>
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Pero tú sueñas; no con subir las escaleras que ya te aguardan, en este antro. Ansías teatros con más caché. Audiencia más culta; más interesante. Menos cuerpo y más mente…</div>
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La música machacona, marrón, como siempre. Ese “run run” que resuena en tu garganta. Te excita; te prepara para el éxtasis. </div>
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Nadie dirá nada de drogas en este oficio. Tú sólo bailas sobre el escenario; llamémoslo mejor tarima. Con los flashes del láser y la sala oscura, apenas se ven los churretes de mugre que caen por la caja que forma tu pedestal. No eres una escultura griega de mármol en una de las salas del Hermitage.</div>
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Aunque te encantaría sucumbir a los flashes de miles de cámaras de japoneses ansiosos de cultura europea. Me corrigen por aquí: ahora los turistas de ojos rasgados son principalmente surcoreanos… bendita globalización.</div>
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Abajo, una horda de ojos enrojecidos y dientes blancos, fruto de la luz fosforescente de los focos. Si pudieran morder, ya serías pasto de las pirañas.</div>
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Pero estos dientes no son de piraña;</div>
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Las cuatro y cuarto de la mañana: la hora del tiburón llega; </div>
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Detrás de las columnas, frenesí. Las presas, en el centro de la pista de baile; los cazadores, tiburones experimentados, se comen las sardinas indefensas…</div>
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Bailas; “danzas”, como dirían los hispanos de Estados Unidos en ese “spanglish” trufado. Miles de manos pringosas se posan sobre tus piernas; pero tú sonríes. Disfrutas engañosamente.</div>
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Las cinco y media de la madrugada.</div>
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¡Qué sangría ahí abajo! Ni las escamas de los peces devorados se ven ya. </div>
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Alguien dice por aquí detrás que valdrías para el teatro o el cine: allí sí que se miente.</div>
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Qué bien se te da interpretar tu papel. Tan tranquilo, ajeno al espectáculo de la sala. Tienes varios números de móvil insertados en tus zapatos. Amor también engañoso concentrado en nueve cifras.</div>
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Cuando acabes, puedes alargar la noche con sabor a chicle de fresa hasta el amanecer… Ya lo sabes; ya lo has hecho; y seguirás.</div>
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Las siete de la mañana.</div>
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Después de ocho horas en aquel tugurio, tus oídos han perdido hoy su dosis diaria de sensibilidad. Te pagan bien, piensas. Pero sabes que en unos años, podrías quedarte literalmente sordo.</div>
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Sordo ya lo está tu ánimo. Hay tanto alcohol pulverizado en el aire que no pasarías el test de alcoholemia.</div>
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Ya no queda nadie en la pista de baile; ni pirañas, ni tiburones… ni por supuesto, sardinas.</div>
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Vuelves por la escalerilla, abajo; tu cuarto espera. La roña que cubre tu rostro ya no es maquillaje. Limpias tu facha ficticia. Por dentro, ya deberías también hacer lo propio. Pero el algodón no te llega al corazón.</div>
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Las siete y media de la mañana.</div>
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Móvil en mano. Recuerdas ciertos rostros de la sala; mejor dicho: algunos cuerpos de estatua griega, esos sí, pegados a una cabeza.</div>
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Nueve cifras para llegar al amor. Sencilla transacción del azar. Eliges el papelito, ¡y listo!</div>
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Quince minutos nada más de espera. Ahí lo tienes. Golpean de nuevo a tu puerta. El dueño del seis cero nueve… y seis cifras más ha respondido a tu llamada y desea verte. El que se sentía tiburón allí en la pista, puede dejarse al final devorar… eres un maestro de la pesca sin muerte…</div>
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Amor tarificado por segundos, como se les obligó finalmente a las compañías de telefonía. </div>
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Te reclinas sobre el sofá; incómodo, pero es lo que hay; Mientras tu amante te roba caricias a la piel, no recuerdas su nombre: ¿movistar? ¿vodafone?, ¿orange? ¿yoigo?…</div>
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Amor horizontal; plano; como la barra de la discoteca que te da de comer.</div>
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Qué más da el olor a tabaco impregnado en su ropa. O el aliento a JB con cocacola en su boca.</div>
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Mañana al mediodía no recordarás nada: “el teléfono marcado esta apagado o fuera de cobertura”.</div>
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¿Acaso importará ya que tu adonis nocturno no responda? Él no vive como las esculturas de mármol de tus sueños en el Hermitage. Y tú no habitas en el palacio de Cristal. </div>
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Al final caes rendido. El cansancio sí que te seduce sin prefijos ni errores de conexión. Apolo ya se marchó.</div>
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A media tarde cuando apenas despiertes, repetirás este ritual absurdo de nuevo:</div>
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“Por favor, inténtelo de nuevo más tarde” te repetirás a ti mismo recostado sobre tu sofá de polivinilo azul celeste; </div>
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“Por favor, inténtelo de nuevo más tarde”.</div>
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…</div>
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Las cuatro y media de la tarde.</div>
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“Ha sido imposible realizar la conexión”.</div>
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“El teléfono marcado esta apagado o fuera de cobertura”.</div>
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“Por favor inténtelo de nuevo más tarde…”</div>
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“pii, pii, pii…”</div>
Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-82799631197556059882010-03-31T18:36:00.001+02:002010-03-31T18:36:48.570+02:00La mirada de fuego<p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4HbY32DdVBEZK8yh9lmS_FOXLEdavTVUK1RKSvQ3HJBOeCUlSr0WNRAn_mpLg1AofJgexvSA4W9ZLbpKeMw1QDpZS_h9a-ar5vI5uHXvjnevHuuvVt3X2ZCTY4C5xQYXXEFp4/s1600-h/Ekia%5B3%5D.jpg"><img style="border-bottom: 0px; border-left: 0px; display: inline; border-top: 0px; border-right: 0px" title="Ekia" border="0" alt="Ekia" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9LV6t_XX45SKbkWPIZeG1BzIoKT_LpsQt9bvK6sb1pcZVGswA359N-2icZB1ubgDlvgN8R9C0LPTUYFWUy-mB8jMm0WfmcAWUIelwutOvGbk4e9mlbi_Q_kPWxyKNcu0_9Ba3/?imgmax=800" width="260" height="260" /></a> </p> <p> </p> <p align="justify">Ekía es como un niño pequeño. Y no alcanza a comprender que tiene un poder especial.</p> <p align="justify">Ekía quema; deslumbra. Su mirada brillante ciega a quien osa mantener la vista en él.</p> <p align="justify">Blanco nuclear. El cielo pierde su azul intenso cuando Ekía está presente. </p> <p align="justify">No puede controlar su fuerza; su don.</p> <p align="justify">Ekía no puede mirarse a un espejo. Su propio reflejo acabaría con él. Abrasado; cegado.</p> <p align="justify">Dice sentirse como pez en el agua por las noches. En verdad, la noche no existe para él.</p> <p align="justify">No hay estrellas en el cielo nocturno de Ekía.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ekía no puede probar el agua. Ésta huye de él, se evapora entre sus manos.</p> <p align="justify">Ekía derrocha energía. La regala sin pedir nada a cambio.</p> <p align="justify">Lástima que el resto de los hombres no sepa canalizar este regalo.</p> <p align="justify">Ekía sufre también: por él se secan las plantas.</p> <p align="justify">Ekía mata de sed; y de calor.</p> <p align="justify">No puede darte un abrazo, ni acariciar tu mano: te abrasa la piel.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pero Ekía hace florecer los prados y madurar las cosechas.</p> <p align="justify">Los hombres se alimentan gracias a él.</p> <p align="justify">Cuando hace frío, los gatos le buscan entre los tejados.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ekía sólo teme a Ilarguía: Luna blanca con cara de felino. Sólo ella sabe eclipsarlo. Reducirlo en su fuerza.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ekía no es mal chico; sólo que no controla su poder.</p> <p align="justify">Como un niño con el mando en su mano, puede llegar a ser todo un tirano.</p> <p align="justify">Pero en este invierno frío, todos le hemos echado de menos. Más en el norte.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ekía, el niño de mirada de fuego…</p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-13760700579653200992010-02-27T01:16:00.001+01:002010-02-27T01:16:36.891+01:00Sol de medianoche<p> </p> <p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAb2jLxkfkhBYtiRouHR_3ZSfCI1IH5rGR0avzdgs0gMIWQ-o7JZSKD_1VgftII0UL47ERKtGjUbymLiWccoD1YMU2oMp8JK5x2pla2xjwUoxLJAOtI7wiB7HjBemY3zZ2K3qv/s1600-h/sol_medianoche%5B3%5D.jpg"><img style="border-right-width: 0px; display: inline; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px" title="sol_medianoche" border="0" alt="sol_medianoche" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhywW-e0PLGtVz8rIzn5gSIi3m1fG7Exa-qGN3QxYftzwFrkH6TvdDs_iEG70xWVrtWMkozY49DIiClNgf_u2tbUD0_JbVzaay79QnPNqveYGknpZ9H8Mi2aQNzZIhwISg4oXxJ/?imgmax=800" width="260" height="218" /></a> </p> <p> </p> <p> </p> <p>No entiendo;</p> <p>Por qué brilla el sol…</p> <p>Es noche cerrada; la piel se torna azulada bajo la mirada discreta de los astros.</p> <p>Gotas de sudor frío; plata líquida por las mejillas. No llora nadie; y calor, no hace.</p> <p>Por qué quema , entonces, el cielo nocturno…</p> <p>Veo signos, glifos, runas… escritura ancestral, indescifrable en la penumbra.</p> <p>Corteza de árbol tallada; rocas ásperas; tapiz de musgo blando…</p> <p>Frescor de vereda oculta entre los árboles; acaso ruta secreta…</p> <p>Camino azul; agua violeta. ¿Es este un mundo irreal?</p> <p>No hay nadie, pero se oye una voz susurrante. Me espía.</p> <p>Es dulce, pero apenas parece mordisquear mis oídos con la sal de sus notas claras.</p> <p>Cadenas, que brillan con el color metálico de la luna llena.</p> <p>Casi me parece que toco el musgo, no verde; es pardo; corto y firme. </p> <p>Yo no sé si un niño; y sin embargo la sonrisa pícara se intuye entre los arbustos grises.</p> <p>Yo no sé si juega; pero tengo la sensación de que siempre gana.</p> <p>Como viento entre las ramas; desnuda la voluntad de los caminantes. Frío; calor…</p> <p>Veloz, ágil, imprevisible… los pájaros no merodean despiertos en la noche; quién aguarda, pues… </p> <p>Acaso otro sueño de Musafir…</p> <p>No tomaría nuestro viajero vino de ambrosía antes de dormirse…</p> <p> </p> <p> </p> <p>Musafir está recostado sobre una roca llena de suave musgo, junto al riachuelo.</p> <p>Se despierta sobresaltado…</p> <p>No hay nadie.</p> <p>La sonrisa sí que se ve reflejada en las aguas del arroyo.</p> <p>Pero no quiere mirar al frente. Temor; quizás vergüenza…</p> <p>Tiene las manos azules; temblorosas. </p> <p>Le corren gotas de plata por el rostro…</p> <p>Dónde acaba el sueño…</p> <p>Cuándo acaba el sueño…</p> <p>La mente a veces nos engaña; </p> <p>Otras, nos hace creer que nos engaña…</p> <p> </p> <p>Luego dirán que el sol no luce en la medianoche…</p> <p>Eso debe pensar Musafir en esta noche invernal, extraña…</p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-73624471884964663362009-12-25T14:37:00.001+01:002009-12-25T14:37:52.676+01:00Las ilusiones de Aswad<p> </p> <p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2WhZWchu27MBAFfFgfjcDGPCU0XblNB1VB7An99d2XA6FvZ0oXjQZxlcXb5lCMooQlRH0fZceYN6s-2JVrziQrMUCvqOn2bh-cJ3UXIow_23cy6NJq24nq_OOAcTwr1Gb68Te/s1600-h/aswad%5B3%5D.jpg"><img style="border-bottom: 0px; border-left: 0px; display: inline; border-top: 0px; border-right: 0px" title="aswad" border="0" alt="aswad" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhV_3RwaRShG35ALf5oWmU8qIUUAWFnY6N0bdTjEcSCOGsRBBmJsy-tcerGYPDe6zk8wQBqGuJzhSe-yUToAaEmkrEyUfdv69y22AxZw06xADVqH5R14RMJgW9YWeMiZNqxG1on/?imgmax=800" width="260" height="260" /></a> </p> <p> </p> <p>La anciana, conmovida, se dirige al pequeño Aswad:</p> <p>-Niño, no te lleves las manos a los ojos, ¿qué razón hay para llorar ahora?</p> <p> </p> <p>Aswad, es un chico menudo, de tez morena. Agazapado, hecho un ovillo, llora desconsoladamente.</p> <p>-Serás muy feliz, ya lo verás. Tendrás una habitación más grande que tu propia casa; llena de juguetes…</p> <p>-Debes estar contento criatura, no todo el mundo puede decir… no todos entienden…</p> <p>Pero la anciana no puede acabar las frases; ella también empieza a sucumbir a la emoción, y alguna lágrima corre por sus mejillas. Una piel arrugada por casi un siglo de sol impregnado.</p> <p> </p> <p>Calor pegajoso. La conferencia ya había acabado.</p> <p>En la puerta del hotel, un taxi, de esos que parecen sacados de las películas de Hollywood de los años 50 espera a Musafir.</p> <p>Revuelo; la gente de repente se excita y se arremolina en la avenida. </p> <p>Apenas cerrar la puerta del coche, ni unos metros avanza.</p> <p> </p> <p>Musafir observa impotente el espectáculo.</p> <p>El taxi está metido en un atasco de órdago. Nadie avanza; la muchedumbre es tal, que cuesta creer que aquello sea el centro de una avenida llena de carriles para el tráfico. </p> <p>Le pregunta al taxista, qué es todo ese jaleo.</p> <p>El pobre hombre, que no habla el idioma de Musafir, tan sólo grita excitado un nombre: “¡¡Aswad, Aswad!!”</p> <p>Y le enseña un periódico trajinado ya de tanto sobe donde se aprecia la foto de un chiquillo, acompañada de unos titulares enormes, pero incomprensibles para Musafir.</p> <p>-¡Maldito país!, –se le escapa a Musafir, en un arrebato de impotencia lingüística; –Si por lo menos usaran el alfabeto latino, ¡¡algo se entendería…!!</p> <p> </p> <p>Habrá que perdonar al pobre viajero, en esta ocasión por su imprudencia. </p> <p>Su avión no espera a que celebridades locales, reciban su baño de multitudes. Ya llega con el tiempo justo al aeropuerto.</p> <p> </p> <p>Después de otros quince minutos, clavados en el mismo lugar, por fin, el tráfico se reanuda. Una brigada de policías, o militares, (Musafir no distingue mucho ese uniforme color caqui de uno u otro cuerpo de seguridad), han empezado a dar porrazos a los motoristas, ciclistas, porteadores, y demás componentes del enjambre humano, para descongestionar la circulación.</p> <p> </p> <p>Llegado ya con el tiempo consumido, con la lengua fuera, y los nervios a flor de piel, en el aeropuerto.</p> <p> </p> <p>Una enorme pantalla de plasma, junto a la zona de facturación, no para de vomitar noticias de aquel país construido de galimatías.</p> <p>Por fin, algo en inglés, musita Musafir, que presta por un momento más atención a la televisión.</p> <p>Allí, un rostro conocido: el niño que salía en el periódico manoseado que se dejó Musafir en el asiento de atrás del taxi.</p> <p> </p> <p>“Aswad, el niño, héroe nacional”.</p> <p> </p> <p>Una viejita, tapada de arriba abajo con una especie de túnica azul, mira desconsolada la pantalla enorme. Se lleva las manos al rostro, intentando limpiarse las lágrimas. </p> <p> </p> <p>Musafir no sabe en esta ocasión, que es la abuela del niño. Nadie con ella. Sola en aquella sala del aeropuerto. </p> <p>Las imágenes muestran al niño subiendo a un avión. Se va.</p> <p> </p> <p>Injusto este mundo; la fama, arranca a un pequeño de su hogar. </p> <p>Economía de mercado, incluso en este paraíso.</p> <p> </p> <p>Musafir vuela de retorno a su casa; pensativo.</p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-52723037689614100502009-07-10T00:59:00.001+02:002009-07-10T00:59:25.069+02:00La predicción de Shamsain<p> </p> <p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxV6OYeYbA6j_4a5rGajkVRa2HSmnJYYK55CJG3rT87HsekzLpsWDVFN4e1cz6nFNNzMgVsG0Af-uBdLpMGndlxFVFw_6Hr7UBugRkxgohLy2fVGuUdIM2Z6MNeuW61DrOUBSE/s1600-h/shamsain%5B8%5D.jpg"><img style="border-right-width: 0px; display: inline; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px" title="shamsain" border="0" alt="shamsain" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVvg0uW0jmcEF33jEI2PqIrRAt8wq9-WKx4C0WxTkOcvAb_UNUolG8kHXWuxBY0-5myUccQO1z5A5XKV7ORS46ca81atoJwqEypYxSnLWqcK2whGTeb_B4vU-R2-rbExgCJpw0/?imgmax=800" width="260" height="180" /></a> </p> <p> </p> <p align="justify">-¿Ves el tablero?, –le inquiere el misterioso personaje a Musafir.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y, sin dejarle contestar, prosigue:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Los antiguos persas llamaban a este juego <strong>shatranj</strong>, “preocupación del Sha” o sea, preocupación del Rey.</p> <p align="justify">Un cuadrado de 8 x 8 casillas, alternadas en blanco y negro. Dos ejércitos enfrentados en imaginaria batalla, pero tan real en su crueldad como la más auténtica de las guerras.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">La sala era enorme. Las ventanas tamizaban una luz cálida, ya de crepúsculo, velada apenas por el aromático sándalo, que ardía pausadamente en pequeños pebeteros discretamente situados en las esquinas.</p> <p align="justify">Cojines de seda púrpura sobre una alfombra persa adornada de ricos colores y figuras geométricas y, al pie de la mesa del tablero, una bandeja de plata, llena de racimos de uvas, dulces como la miel.</p> <p align="justify">Apenas un hilo de música claramente oriental se podía percibir. Timbales lejanos; un sitar; la ronca melodía de un cuerno que le recordó a Musafir el sonido del alboque; una voz de chica joven, cantando levemente, como para no molestar…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir no sabe si esto es otro sueño de los suyos, pero el dulzor de las uvas crujientes en su boca no deja lugar a dudas.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Caminante, ¿aún no reconoces este juego?, –le indica el enigmático personaje, que por fin, se ha sentado con ceremonia junto a Musafir.</p> <p align="justify">-Musafir vacila apenas unos momentos. –Creo que lo que aquí llamas shatranj, es lo que en occidente conocemos como “ajedrez”.</p> <p align="justify">Reconozco el tablero, y la disposición de los ejércitos rivales, uno claro; el otro oscuro. Pero no identifico todas las figuras; me falta la Reina y la Torre… ¿Un elefante? –yo imaginaba un caballero con armadura…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-En verdad es el juego del ajedrez, amigo Musafir. –Tiene su origen probable en la India; y sí, donde tú buscarías una Torre, nosotros tenemos un guerrero, y donde tú ves la reina, un general fiel a su rey, el Sha. El elefante tiene su explicación: tú ves en tus tableros a un caballero con armadura, un “alfil”; pues cierto es, que Al-fil, significa “el elefante” en la lengua de los creyentes del Califato de Bagdad. Habéis conservado el nombre, y mutado la figura…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir estaba disfrutando de las explicaciones y de la cena en compañía de tan enigmático anfitrión. No sabe quién es; no sabe cómo ha llegado hasta esta especie de palacio, traído más bien a la realidad procedente de la imaginación de cualquier niño que hubiera leído “Las mil y una noches”…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Decidme, oh señor, quién sois. -La ceremoniosidad parecía contagiar el ánimo de Musafir.</p> <p align="justify">La cercanía del personaje al mismo tiempo que la distancia, estaba dejando a Musafir realmente confuso… Contrastes para un acompañante de este viejo caminante que es Musafir… eso, en el fondo, hacía más interesante a aquel hombre.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Observa, amigo que vienes de tierras en verdad lejanas, cómo se va ocultando la luz del sol. Aquí nuestras cenas ocurren antes de que salga la luna. Hoy tienes suerte, pues es casi luna llena. Disfrutarás, así, de una velada más larga de lo habitual…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-No entiendo, a pesar de encontrarme verdaderamente sereno, señor. –Respondió el cada vez más desorientado Musafir.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Como dos soles, hoy he gozado de tu visita. Azar, o designios de Alá, (alabado sea)… pero aquí estás, experimentado caminante.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir estaba callado, tendido sobre los cojines, saboreando otro racimo de carnosas uvas.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">El blanco, y el negro… como el juego del shatranj…</p> <p align="justify">La luz cálida y dorada del sol, y los reflejos azulados de plata de la luna…</p> <p align="justify">Tu acento y vestimentas ceñidas occidentales, y muestra lengua pura, junto a nuestras ropas, más holgadas…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Dicen que en la dualidad está la verdadera mesura de las cosas. Nada es blanco o negro; sino las dos cosas a la vez; o ninguna al mismo tiempo… </p> <p align="justify">Shamsain me pusieron por nombre. Rey de la luz diurna, por el sol; y amante de los encantos nocturnos de la luna…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pero yo ya te esperaba, Musafir…</p> <p align="justify">Mi astrólogo lo vio escrito durante la luna creciente que precede al solsticio de verano:</p> <p align="justify">“Llegará, a modo de caminante; lo reconocerás por su acento extranjero y sus pies cansados… Le ofrecerás cobijo y alimento… pues así está escrito que ocurrirá”.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Señor, os agradezco la hospitalidad, pero en verdad soy caminante por vocación; mis reales apenas se asientan más de unas pocas jornadas en la misma morada… debo continuar mi camino.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Veo que tu pelo ya empieza a ser canoso, Musafir. Y seguramente tu frente se arrugará aún más. Pero ten la certeza de que no será por los vientos del camino… la sabiduría que adquirirás en mi casa, se encargará de modelar tu rostro, con suavidad, sin asperezas…</p> <p align="justify">Debes permanecer aquí.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Pero, señor…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Calla, ahora, Musafir. Empecemos la partida de ajedrez… Tiempo es lo que no nos falta. Te enseñaré a manejar tanto el ejército claro, como el oscuro… </p> <p align="justify">¿Quieres más racimos de uvas?…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y Musafir, lentamente, como embriagado por las palabras de Shamsain, se deja seducir por el aroma a sándalo; y apenas la luz tenue de la luna llena, que ya se cuela por las ventanas es la que lo ilumina…</p> <p align="justify">-Y dices, Shamsain, que el Rey, o sea, el Sha, se mueve en todas direcciones sobre el tablero…´</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-En efecto; pero sólo un paso de cada vez… no hay prisa, Musafir; no hay prisa… el Sha mide todos sus pasos, con dulzor, como las uvas que degustas.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y allí, en aquella sala ricamente adornada, tumbado junto a la mesa de ajedrez, alienado ya en su voluntad por efecto del dulzor de las uvas maduras, y la suave voz de Shamsain, quedó plácidamente dormido Musafir. Con una de las piezas del ajedrez en su mano…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Shamsain observa en silencio a Musafir. </p> <p align="justify">“Vendrá de occidente, un viajero caminante, a compartir tablero de juego, en la jornada previa a la luna llena, tras el solsticio…” “Está escrito, y así será”…</p> <p align="justify">-Por dios, que los cielos tenían razón, –exclama para sus adentros Shamsain.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">.</p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-46044838200889176502009-06-16T05:12:00.001+02:002009-06-16T05:23:56.586+02:00Iparilargia, ya no… (Luna del Norte)<p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEib0sP7MMVU0zINtcOaRkdQPfNUFAyenLIpBEY6p6vBtellu4qeTK-UHcoN87NsE_Vj9Q3ATaf3fGGkE7Cut3Ur8Jn5VZfKMOee9scBIRBzD8yWil_fZshgzNTLW9XOOY0KMr-U/s1600-h/iparargia%5B3%5D.jpg"><img style="border-bottom: 0px; border-left: 0px; display: inline; border-top: 0px; border-right: 0px" title="iparargia" border="0" alt="iparargia" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjubkQd8uGWruLTmtU5i3xQ1hFDtiCDJLtDOCaOu7PXBpN98e5KA_qHs9F4DNfI4clYsWVtp-hWTZi2vrAeaH_IgN5HI0TGdp4WhLFmEcVMcteQ0x5W_t7EJf3JYl6cpWX520-u/?imgmax=800" width="260" height="252" /></a> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">No le diga nadie a Musafir que es verano;</p> <p align="justify">Bastante extraña ya se pintó sola la primavera, y más en esta región.</p> <p align="justify">Que no le digan a Musafir que las praderas se vistieron de flores que no corresponden a esta época del año.</p> <p align="justify">Nadie se atreva, ni tan solo, a denunciar que el verde de los prados, no es el verde del mes de mayo, como acostumbraba.</p> <p align="justify">Ni se atrevan a mentirle a Musafir, para confundirle con tierras que no baña la mar.</p> <p align="justify">Que el pueblo que pisan los desgastados pies de Musafir en estas fechas, no aparenta en absoluto un pueblo.</p> <p align="justify">No hay murallas; ¿por qué parece una capital, un burgo, al estilo de la Europa del siglo XIV? Musafir no comprende…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Que fluyen apacibles un par de ríos; pero que no son corrientes de agua;</p> <p align="justify">Que sea Musafir el que fluye envuelto en dos regueros, ¿es tan extraño acaso?</p> <p align="justify">Adopta la forma de las calles; adoquines pisados; reflejos de la fuente en una plaza. Los cántaros van y vienen. Sorben de la esencia misma de Musafir.</p> <p align="justify">No se ve Musafir; ya ni siquiera se siente; se transforma. Es agua, por fin.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pero Musafir no se sabe ya persona: se cree idea; silenciosa y simple, que se cuela entre las rendijas; gotas azules de rocío, aspirando el color de las letras impresas en los libros; Que vibran en su más oscuro interior al ser pronunciadas en moradas palabras que le va narrando ese abuelo a su nieto. </p> <p align="justify">Inhalando el dorado azahar que impregna los naranjos violetas de los campos de los alrededores. </p> <p align="justify">Mezclándose con el trigo segado de los prados. Tres meses de trabajos, y tres parcelas fértiles, mecidas por el viento.</p> <p align="justify">Es Musafir entonces, tan sólo aire.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">¿Por qué las paredes, los muros de las casas burbujean así?</p> <p align="justify">Como moléculas microscópicas, tetraédricas, Musafir se adhiere, al fino polvillo rojizo del suelo.</p> <p align="justify">Pierde acaso el albo vuelo, de saeta, y se densifica. Se intuye incluso un par de ojos sufridos; negros; redondos.</p> <p align="justify">Allí mira al frente. Colosales estructuras, vivas, crujientes por la madera y el efecto del sol.</p> <p align="justify">Adobe, marrón; las cuatro paredes espumean como el café, y se elevan cada vez más, hacia el cielo. </p> <p align="justify">Cielo sólido, azul como él solo sabe. Pentágono místico fundido en abrazo con la espuma de muros contradictoriamente blandos. </p> <p align="justify">A Musafir algo se le escapa… </p> <p align="justify">Aquellos paisanos con sus manos depositan semillas y esperanza en Musafir; </p> <p align="justify">Lo ven ahora como un pedazo de suelo cuadrado, sencillo.</p> <p align="justify">Tan solo es tierra.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Que Musafir ya no flota; ni fluye. </p> <p align="justify">Si le dicen que arde, no le convencería la idea.</p> <p align="justify">Si le dieran calor, en este verano llegado, sería alma roja.</p> <p align="justify">El sol se lo come con su radiación. Por encima de los tejados de terracota cocida, a Musafir se le inflama la sangre;</p> <p align="justify">¿Quién detiene ya a Musafir? ni los nueve rayos destructores; que son tan morados de carne morada, que no asustarían al calor de la llama encendida en tridente íntimo.</p> <p align="justify">Es fuego.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ya has conectado, Musafir. Todo será más fácil ahora.</p> <p align="justify">He esperado este momento durante más siglos azules de los que puedas evocar, ya lo sabes. </p> <p align="justify">No te resistas.</p> <p align="justify">Las ráfagas naranjas de tu pasado…</p> <p align="justify">El aire; y el agua; y la tierra; y el fuego…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Los cuatro elementos esenciales según los antiguos. Te los he traído hoy.</p> <p align="justify">Han purificado esos ciclos de lunas grises septentrionales tan ásperas tuyas que aquí, sin apenas darte cuenta, y de esta manera, concluyen.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><strong><em>Iparilargia</em></strong>, ya no…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">.</p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-34634791753713299172009-04-23T04:10:00.002+02:002009-06-16T05:15:54.093+02:00El vuelo de Majnún<p align="justify"> </p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHwDc8TLrYfPc37scOtYAJtheSFt_5sW3vUhAcYEWxBGKj_COVr0zNmK9qVCzB2Mt9WvjDoRuzIR273epWj0PzFQgi0Ud44OlRY2azcUrWZwLx3fNU6iYPWrbtv16BAlZ-SRMR/s1600-h/majnun%5B9%5D.jpg"><img style="border-bottom: 0px; border-left: 0px; display: inline; border-top: 0px; border-right: 0px" title="majnun" border="0" alt="majnun" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7z8Aa-q38v4rAabzNfjvNooJAIZ_uv5evIdL6QJi_fF0FR2JmS5LLnOJmztxqJRaxW8TDhDo9XYIRXNVelycC8xfzEs_lQR6jJhSPPhsYVdqNuWJdzao1k968X8B2JcCr5qtf/?imgmax=800" width="260" height="184" /></a> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <div style="width: 220px; height: 55px"><embed type="application/x-shockwave-flash" src="http://www.deezer.com/embedded/small-widget-v2.swf?idSong=117017&colorBackground=0x3366CC&textColor1=0xFFFFFF&colorVolume=0x003946&autoplay=0" width="220" height="55"></embed> <span style="font-family: arial; color: #000000; font-size: 78%"></span></div> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Junto al camino, en la entrada del pueblo, una estela de piedra:</p> <p align="justify">“Aquí dejamos constancia del infortunio que atormentó a quien en algún lugar yace; por el alma de Majnún, que no pudo, o no supo, alcanzar el cielo”.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Esta historia no debería tener en realidad un narrador, –me comenta Musafir.</p> <p align="justify">Que no debería de haber acontecido ningún hecho desafortunado que manchase el plácido y tranquilo devenir de las cosas en este pequeño pueblecito de gentes sencillas y trabajadoras…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¿Qué fue lo que pasó?, –acierto a preguntarle a Musafir.</p> <p align="justify">Amigo mío, hace tanto tiempo de aquello…</p> <p align="justify">¿No ves cómo está de desgastada la piedra?; apenas se reconocen en ella las palabras labradas…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Sí, pero la gente recordará, supongo…</p> <p align="justify">Y Musafir, tomando aire, ceremoniosamente, señala hacia las montañas lejanas:</p> <p align="justify">-¿Ves los picos que asoman altivos en la sierra?</p> <p align="justify">-Sí, -le respondo.</p> <p align="justify">Ellos, y los traicioneros vientos de poniente… ésos, fueron los actores que aniquilaron la ilusión de Majnún.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Maestro Musafir, no consigo entender…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y Musafir, al fin, empieza el relato:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-En aquella época, el hecho de que uno de los habitantes del pueblo tuviera los ojos azules, ya era algo llamativo, pero desde luego, no era una excepcionalidad. Todos los pobladores de esa región hacía años, (si no generaciones), que habían entrado en contacto con las comunidades de las ciudades de comerciantes del norte; más altos, de piel y ojos claros y, según todos los estudiosos, más civilizados y cultos.</p> <p align="justify">-Bien, pero, ¿qué tiene que ver esto con Majnún?, Musafir; –le interrumpo.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Verás, Majnún no era originario de la región. Él era descendiente de aquellos pueblos norteños, y al parecer, heredó de ellos su inquietud por la ciencia y el conocimiento.</p> <p align="justify">Siempre atareado en las labores de ayudante de su padre, en la carpintería, no desaprovechaba la ocasión para, en un rato libre, empezar a imaginar artilugios de las más variopintas formas y cometidos: Que si una máquina para calentar el horno automáticamente, que si un sistema para elevar el agua del río hasta las azoteas de las casas… en definitiva: todo un genio.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pero un día, sentado al pie de la vereda, junto al río, y mirando hacia las montañas, observó el vuelo suave y preciso de las aves. Aquello le hizo reflexionar…</p> <p align="justify">Volar… el sueño de todo hombre, desde el origen del mismo. Como un pájaro.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Noches y días, robando tiempo al mismo descanso, para concebir un artilugio, que ayudara al hombre a volar… como un pájaro. Esa era la obsesión de Majnún.</p> <p align="justify">Atravesar las montañas; ver qué hay más allá. Apenas unas decenas de kilómetros eran, en esa época, más que un simple viaje. </p> <p align="justify">Plumas de ave, cera, cola de carpintero… </p> <p align="justify">Un bastidor de madera, cogido cual arnés al cuerpo desnudo, y todo lo demás combinado con ingenio. Esa era la receta que Majnún esperaba que surtiera efecto: Quería volar.</p> <p align="justify">En el pueblo, los comentarios empezaron a hacerse llamativos: </p> <p align="justify">-¿Volar? ¡qué locura! Dios no le dio alas al hombre, para poder volar… </p> <p align="justify">Ese era el sentir general de la gente. El cura del pueblo, no mejoraba la situación: </p> <p align="justify">-Majnún, el hijo del carpintero, como nuestro mesías, que estás desafiando las leyes de Dios… ¡Eres un verdadero loco! y como sigas así, ¡tendrás tu castigo divino! –Así se desahogaba el párroco cada domingo en su homilía.</p> <p align="justify">Los contrariados padres de Majnún no comprendían la cabezonería de su hijo; cierto que algunos de sus ingeniosos inventos funcionaban realmente, pero esto… volar lo veían algo imposible, y estaban preocupados por él.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pero Majnún no cejaba, y con cada nueva burla y desprecio por parte de sus vecinos, más claro tenía que quería empezar su viaje.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">¿Qué razones ocultas pueden llevar a un ser humano prácticamente a su destrucción anunciada…?</p> <p align="justify">Majnún calla hoy como calló entonces. Las semanas previas a su puesta en escena, fueron días de silencio entre Majnún y su familia; ya hacía tiempo que los habitantes del pueblo le habían retirado casi el saludo.</p> <p align="justify">Las malas lenguas, dicen incluso que el pobre Majnún se pasaba horas y horas enteras, por las noches, junto al río, mirando embelesado a sus montañas… esas que quería a toda costa superar.</p> <p align="justify">Majnún, el incomprendido loco, que casi embriagado como un pobre enamorado, buscaba no sabemos qué, en otros valles lejanos… </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Llegó el día. Mejor dicho, la noche. El temor a que los vecinos lo detuvieran en el último momento, hizo que la partida se preparase al anochecer, y el intento por escapar de su valle, de su aldea, se programase para antes del alba.</p> <p align="justify">Así fue. Majnún estaba convencido. Se ató el arnés recubierto con las plumas de ganso y oca sobre las varillas de madera, y ascendió la pequeña colina que hay junto al lavadero. Allí pensaba Majnún que los vientos nocturnos, justo antes de la amanecida, lo impulsarían valle abajo, para remontar el vuelo en mismo límite entre el prado y  el murete sobre el río. Todo meticulosamente calculado.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">El guión se cumplió. Majnún, alado cual Ícaro mitológico, se lanzó desde la colina, valle abajo. </p> <p align="justify">Justo antes de llegar al puente que salva el río, efectivamente, un soplo de aire empujó a Majnún hacia el cielo.</p> <p align="justify">¡Volaba! ¡Majnún estaba realmente volando! </p> <p align="justify">El alba ya se anunciaba. Las cumbres de sus anheladas montañas, lucían del color del oro. </p> <p align="justify">Aire limpio; ni una nube. Abajo, quedaba el pueblo. Los campos ya vestidos de verde primaveral, eran preciosos desde esta perspectiva. </p> <p align="justify">Cada vez más alto; más lejos. Los pájaros se asustaban ante tamaña ave; Majnún parecía planear, acariciado por corrientes de aire que lo elevaban cada vez más.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¡Allá voy, por fin! –¡Espérame, tan sólo las cimas de las montañas nos separan ya!</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Llegando estaba Majnún a sus montañas; su frontera; buscaba lo desconocido más allá. ¿O quizás no?</p> <p align="justify">¿Por qué gritaba Majnún “¡espérame!” con total excitación… ?</p> <p align="justify">¿Acaso, alguien al otro lado, en verdad, lo esperaba…? ¿O simplemente era una expresión retórica, fruto de la emoción del momento?…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-No te puedo responder ahora a estas incógnitas, amigo; –me dice Musafir. –La historia entra en su parte final.</p> <p align="justify">-Yo, que llevaba todo el rato callado como un buen oyente, apenas murmuro con aprobación.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Verás, prosigue Musafir, –algo horrible estaba a punto de suceder.</p> <p align="justify">Majnún volaba, hacia su destino. Los rayos del sol empezaban a lamer las laderas de las montañas, que se acercaban más y más a Majnún. Y las corrientes de aire nocturno que habían elevado a nuestro águila hacia el cielo, perdían fuerza.</p> <p align="justify">El planeo suave y exitoso, empezó a perder viveza. Majnún perdía altura. Las montañas, ya no a la vista en la lejanía; sino más bien bajo sus pies. Cae cada vez más pronunciadamente. Y el instinto le hizo una mala pasada: </p> <p align="justify">Majnún empezó a aletear; cada vez más enérgicamente; intentando hacer funcionar unas alas que no habían sido concebidas realmente para ello. Presa del pánico, Majnún ve como literalmente sus alas se desintegran; ausencia de viento; el calor del sol mañanero… y plumas descolgadas de su arnés; la cola de carpintero, derritiéndose por el calor del día y el sobreesfuerzo del batir de las alas…</p> <p align="justify">Al final, un armazón de madera, pesado, sobre sus espaldas. El vacío negro, infinito. Un abismo que engulle las ilusiones de Majnún. Una garganta de un gigante enfurecido que se traga el deseo de atravesar las montañas.</p> <p align="justify">Imposible dar ni tan solo la vuelta. Majnún se pierde en el abrazo mortal de unos riscos afilados que no perdonan la caída desde los cielos.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Como el Angel Caído, así fue castigado Majnún por su osadía. -Las palabras hoy más hirientes que nunca del cura, se meten en los oídos de los sufridos feligreses.</p> <p align="justify">-Majnún desafió a Dios, hermanos y hermanas… y Dios, le ha castigado por ello.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">La parroquia no emite ni un solo sonido; ni una voz que disienta… nada.</p> <p align="justify">La ceremonia en recuerdo de Majnún deja a todos sumidos en el silencio más clamoroso si cabe. Casi un juicio, más que un homenaje…</p> <p align="justify">Vecinos del pueblo y de los alrededores se acercan a expresar sus condolencias a los familiares de Majnún. Ritual escenificado años y años…  aunque no conocieran de nada al pobre Majnún, ni a su familia… pero el teatrillo del duelo colectivo, que no falte.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Tras esta procesión de falsas condolencias, alguien, discretamente, se acerca a los padres de Majnún.</p> <p align="justify">Nadie ha reparado en la figura de este personaje, a pesar de que va tapado de arriba abajo con una especie de túnica con capucha. No se le ve ni la cara… apenas los pies o las manos.</p> <p align="justify">Frente al padre de Majnún, pero con la cabeza gacha, el misterioso personaje le entrega una especie de sobrecillo que lleva en el bolsillo.</p> <p align="justify">-Señor, me envían para que justifique las dudas que acertadamente tenéis. </p> <p align="justify">He caminado jornadas enteras sin descanso para arribar a tiempo…</p> <p align="justify">Vengo del valle, más allá de las montañas que vuestro hijo no logró atravesar…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¿Pero, quién es usted? –con lágrimas en los ojos apenas acierta a pronunciar el padre de Majnún.</p> <p align="justify">-Eso no importa ahora; –leed la carta, y desaparecerán vuestros desvelos; –yo he cumplido así mi misión, y parto ya a mi país.</p> <p align="justify">Y, sin apenas notoriedad, el personaje misterioso, se aleja por la capilla, entre sombras, y desaparece.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Al día siguiente, se produjo el entierro, por decirlo así. (Al pobre Majnún, realmente, no llegaron a encontrarlo). Tan sólo los restos del arnés, aún medio cubierto de plumas, fueron encontrados por un pastor que deambulaba por aquellas laderas lejanas.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y así fue como se enterró, bajo una estela de piedra que recuerde al muchacho, los restos de Majnún. No pudo ser en el cementerio, precisamente por no haberse encontrado físicamente el cuerpo, y porque, una vez más, el párroco se negó a dar sepultura a unos trozos de madera cubiertos de plumas y cola de carpintero…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Pero, Musafir, ¿qué pasó con la carta? ¿Se aclaró algo?</p> <p align="justify">¡Ah, amigo! –cierto es. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">El padre, días después, se atrevió a leer por fin tan extraña misiva. </p> <p align="justify">No le devolvió desde luego a su hijo, pero hizo que comprendiera todo: los anhelos de su hijo; su obsesión por atravesar las montañas… su deseo casi imposible de volar… </p> <p align="justify">Comprendió, entonces, que las ganas de volar no eran tanto físicas, sino más bien mentales. Una necesidad de dejar atrás ese pequeño universo de mentes más bien encogidas y acartonadas.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-No entiendo nada, Musafir.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Amigo mío, está muy claro: Majnún estaba cansado de la vida de su pueblo; de la falta de inquietudes de los habitantes de su comarca… ¿Recuerdas? él procedía de los pueblos del norte. Y nunca perdió el contacto con ellos. Se escribía periódicamente con gentes del otro valle, más allá de las montañas. Intercambiaban conocimientos, vía cartas.</p> <p align="justify">Esas fueron las cartas que descubrió el padre de Majnún, tras leer las indicaciones que aparecían en la última que recibió de aquel ser extraño que se personó en la iglesia…</p> <p align="justify">Todo: desde conocimientos científicos, como dibujos, y esquemas de parte de sus inventos; teorías matemáticas sobre la potencia del vapor y los fenómenos adiabáticos… pasando por debates filosóficos, éticos y morales… que desde luego le hacían ver la vida desde otra perspectiva a la que el sentido religiosos de sus vecinos lo tenía acostumbrado. Majnún no encajaba en aquella sociedad…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Pero, sólo por eso, decide casi exponerse a la muerte… ¿de qué huía? –le pregunto a Musafir.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">No, no fue la huída lo que impulsó a Majnún a salir de su pueblo. Fue la idea del “encuentro”.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-A ver, explícate, Musafir.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Amor, amigo; amor; que después de ciencia, y conocimiento filosófico, es lo que en realidad pierde las conciencias de los hombres…</p> <p align="justify">Majnún se marchó por amor. Días, semanas, años… escribiéndose; esperando con verdadera devoción una carta que, de manera furtiva, llegaba traída por un emisario anónimo cada noche de lunes. Cuando todos pensaban que Majnún descansaba, perdido junto al río; cuando los vecinos le veían cómo se quedaba embobado como un loco mirando hacia sus montañas… Majnún se mordía las ganas de recoger las preciadas cartas que le escribían desde el otro valle, y entregar a cambio, las suyas.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Majnún se sentía poderoso; sabio; quiso sorprender a la persona que amaba, con un encuentro digno de sus capacidades científicas; deseaba poner en práctica todo aquello que había aprendido durante el meloso carteo con esa persona amada del otro lado de las montañas…</p> <p align="justify">Pero salió mal; un último cálculo mal hecho; precipitación; un viento que falló al amanecer… quién sabe ya…</p> <p align="justify">Majnún no llegó a atravesar la barrera que fue infranqueable para él. Sus montañas, al final, le privaron de llegar a alcanzar siquiera con los dedos, su meta; su destino.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Quizás, no sólo fueran los ojos azules de Majnún los que le diferenciaban en realidad del resto de sus vecinos…</p> <p align="justify">Su capacidad e inteligencia superior a la de los suyos queda fuera de dudas. Pero lo que le igualaba con ellos era precisamente, su condición humana. Y los sentimientos, en este caso, prevalecieron sobre la razón. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Así fue como Majnún, llamado el loco por sus vecinos, murió en sacrificio presentado ante sus queridas montañas; por un amor localizado más allá, tras la frontera de cumbres inalcanzadas que aunque nunca llegó a sobrepasar con la mirada, sí consiguió mediante las letras de sus cartas.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Y así acaba la historia, que como te dije al principio, nunca debió tener un narrador. O por lo menos, no debería de haber sido contada tal y como yo lo he hecho esta noche…</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">.</p>Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-44018077498835248152009-04-13T21:53:00.001+02:002009-04-13T21:56:24.050+02:00Pintor de acuarelas<p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUmfHJ5R2DY-iKjs06zXM5Y3Yc549VIRH3WIZ56Wp6JEYUmwI8chc4tWxJ03mkP1iNEzFFDyOjV8JGy_7OvXmKA63StXwjzxexEqeGK2cR41sfsGgShQebBwEfqAtjusKVVY30/s1600-h/runaway%5B3%5D.jpg"><img style="border-right-width: 0px; display: inline; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px" title="runaway" border="0" alt="runaway" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf4zP8zN7U5JOrQ33G1VGFMSFd1VwvxPZX3fiHh3jFJA828yKPFcLyFbx3TbIDfuzdGuY_jGPsaM93aV4J3sfvim6N6XAiq_AIIfIVi1-uoLQm3_uz1YvyIsbHu2sTtfPK0K8p/?imgmax=800" width="260" height="173" /></a> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Se borra; como una acuarela mal secada; húmeda; diluida en una bruma espesa.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Al anciano, le han dicho que está en zona de guerra.</p> <p align="justify">Que debe recoger sus bártulos, y huir inmediatamente.</p> <p align="justify">Si es que no se oye ni bombardeos lejanos; ni disparos; nada...</p> <p align="justify">El viejo piensa que debe haber perdido el oído, definitivamente.</p> <p align="justify">Y sin embargo, la gente va calmosa; </p> <p align="justify">La esposa del vaquero, con su vara, atizando con parsimonia a su ganado;</p> <p align="justify">Los niños, corriendo alegres, arriba y abajo, junto a la fuente de la plaza.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y ahora, ¿qué hago yo?, -parece interrogarse a sí mismo el hombre.</p> <p align="justify">Tiene una pequeña mesita plegable, oxidada de cansancio, la pobre; llena de lienzos con acuarelas.</p> <p align="justify">El cajón de madera, modesto pero orgulloso, sirve de asiento al abuelo.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Que está lloviendo, -le dice el soldado;</p> <p align="justify">-Se te van a mojar tus pinturas.</p> <p align="justify">Y el papel de acuarela, acostumbrado a absorber como sólo él sabe, toda la humedad, se va hinchando con cada nueva gota de lluvia.</p> <p align="justify">Sí, porque además de la bruma horizontal, ha empezado a llover con mala uva.</p> <p align="justify">Los hilillos de algodón que conforman el soporte de las acuarelas del anciano, se empapan;</p> <p align="justify">La tinta al agua, va perdiendo fuerza; se diluye; muere, ahogada.</p> <p align="justify">Acuarelas como la de aquella ventana, discreta, junto al puente… </p> <p align="justify">La cálida estampa del gato de la vecina, debajo de los tiestos de geranios…</p> <p align="justify">Esa impresionante marina, con su cielo atormentado y su mar bravío…</p> <p align="justify">Todas esas imágenes, emborronadas.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y de repente, el cielo se densifica. Adquiere casi textura de papel de acuarela también él.</p> <p align="justify">Ruido sordo; una explosión naranja. Detrás de la vaquería, parece.</p> <p align="justify">Humo; el viejo no oye nada. Un zumbido intuido, que no percibido, quizás. </p> <p align="justify">No se oye nada. Ese extraño ruido mudo, como cuando te zambulles dentro del agua.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ni caja de madera, ni mesa oxidada.</p> <p align="justify">Por los aires, lluvia de hilos de algodón, teñidos de tierra marrón, oscura.</p> <p align="justify">La casa de la vecina, inexistente.</p> <p align="justify">El puente, apenas un puñado de rocas en el fondo del río.</p> <p align="justify">Los niños... ¿dónde los niños?...</p> <p align="justify">Polvo blanco, y un cerco de cenizas marrón.</p> <p align="justify">El viejo, como en una sesión de espiritismo macabra, en el centro.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ya no llueve; no se oye nada; no se ve nada;</p> <p align="justify">El anciano se piensa ya muerto, y que está a las puertas del cielo; o del infierno, según se mire.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pero su visión es cierta.</p> <p align="justify">Rotos, los cuadros; apenas unos jirones. El retrato de un joven muchacho apenas imaginable, (que casi no reconocible).</p> <p align="justify">En su mano lo toma, y tras unos momentos, comienza a caminar; sin rumbo.</p> <p align="justify">Se aleja, al fin, del desastre.</p> <p align="justify">Por el puente, imposible;</p> <p align="justify">Por el camino, (le dijeron los militares), que se haya el frente.</p> <p align="justify">Al bosque, -piensa. Refugio, cuanto más negro, mejor.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Huye, campo a través. Oscura tanto, la noche, que no ve ni su sombra.</p> <p align="justify">Pero aunque sin fuerzas, apenas, se sabe superviviente.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Que le hablen al viejo de guerras... El siglo pasado, bien se pintó de sangre, en ese sentido.</p> <p align="justify">No está nervioso, más bien cabreado.</p> <p align="justify">No hay heridas; no tiene nada roto; ni gota de sangre roja manchando las ropas... </p> <p align="justify">Antaño, diría: "¡milagro!"</p> <p align="justify">Hoy, tan solo: "estoy vivo".</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ya encontrará otro lugar para habitar...</p> <p align="justify">Con los pocos años que le puedan quedar de vida, al menos, les sacará su partido.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Él sólo necesita una mesa, aunque sea oxidada y rota; y apenas algún cajón que haga de posadera.</p> <p align="justify">Que el papel de algodón, siempre queda, a pesar de toda guerra; y para pintar acuarela, tan solo agua y pintura seca.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Se pierde entre la bruma, el viejo. Los árboles, de nuevo sumidos de invierno lo acogen.</p> <p align="justify">Allá va nuestro personaje. </p> <p align="justify">A pintar lo que los años y los achaques le dejen.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">.</p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-79175518684130971972009-03-28T19:32:00.002+01:002009-04-13T21:55:22.902+02:00Noroeste<p align="justify"> </p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiD_EyebeMGFkpScaa5mJrVQOodqph4KfiE9knoG5Wk21mjzBeYknc6C4nEF5a4hdM_M923aG958jInXHzDFU9Zk-LlM22ahrwSNz9OX99eUaOI3KwmGk72bzPTZ4HFdWi5ns-c/s1600-h/bluemountain3.jpg"><img style="border-width: 0px;" alt="OLYMPUS DIGITAL CAMERA " src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLOie_J-AAI09uUNIK-Z02S6uelx-VXBK4YviM-8KDh5xwA01e6yxqTCq1wHM_rAr7zDgiIJY9BpjKMXdpyjnn3Ple-NWc58NZu8UVEVyT94my9TTc_MVR1bR4Yg6ul6dN2-9a/?imgmax=800" width="260" border="0" height="200" /></a> </p> <p align="justify"> </p> <div style="width: 220px; height: 55px;"><embed type="application/x-shockwave-flash" src="http://www.deezer.com/embedded/small-widget-v2.swf?idSong=2487533&colorBackground=0x3366CC&textColor1=0xFFFFFF&colorVolume=0x003946&autoplay=0" width="220" height="55"></embed> <br /><span style="font-family:Arial;font-size:78%;color:#000000;"></span></div> <p align="justify"> </p> <p align="justify">¿Acaso recuerdas, Musafir, los años sin mar...?</p> <p align="justify">Eso parece estar empeñado en decirle al pobre Musafir la enigmática noche; seca; transparente de tan poca humedad.</p> <p align="justify">Yanub brilla resplandeciente en el cielo primaveral. Y Orión, ni se atreve a dar un paso en falso: se sabe ya casi derrotado por otros héroes y mitos celestes más propios del verano que él. Esta noche no hay caza; hay calmosa espera. </p> <p align="justify">Eres la misma Luna, (si no fueras tan pequeño), -apenas se atreve a susurrar Orión, el Cazador, acerca del brillo cálido de Yanub. </p> <p align="justify">(Que de un corazón de hielo invernal como el de Orión, salga este cumplido, es más que un síntoma de que llega el buen tiempo.)</p> <p align="justify">Y es que el guiño de Yanub es desconcertante:</p> <p align="justify">Esta noche, no se refleja en las aguas de ningún mar templado, como esperaría Musafir, nuestro pobre navegante de mares fantásticos.</p> <p align="justify">Acaso mira Yanub, sorprendido, al noroeste...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir no entiende... </p> <p align="justify">-¿Por qué el noroeste, Yanub?</p> <p align="justify">-Si sólo hay estepas y montañas, allí donde apuntas, Yanub, -le recrimina Musafir.</p> <p align="justify">-¿Por qué mis sueños de noches de abril aún por descubrir, sólo me evocan la visión incomprensible de montes pelados y altiplanos duros...?</p> <p align="justify">-Demasiado lejos del mar, Yanub; demasiado...</p> <p align="justify">-Ya vine de tierras de secano; ya caminé por sendas de piedras, polvo y guijarros... ¿por qué, de nuevo, me confundes con tus enigmas...?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir cae redondo; dormido, al pie de su roca secreta, junto a su mar azul. Huyendo de un futuro cercano pero desconocido. No quiere perder las velas de su barco...</p> <p align="justify">Pero la voz dulce de Yanub lo mece:</p> <p align="justify">-No te fijes en la corteza áspera de esa tierra lejana, Musafir. Ya sé que si por ti fuera, te mojarías eternamente en aguas cálidas... </p> <p align="justify">Pero has de secarte. Es necesario el viaje que te propongo.</p> <p align="justify">Así que no te resistas; mejor piérdete, ahora que estás profundamente dormido, en esos páramos que tanto te desasosiegan.</p> <p align="justify">-Ya sé que no comprendes aún, Musafir.</p> <p align="justify">Pero yo te diré que el aire allá es del color de tu mar; No mires aquellas piedras angulosas; recréate en ese otro azul. El de la sierra, en la lejanía. El de los contrastes de sus tierras engañosamente planas. Si me señalas solamente una sombra azulada, y al fin sonríes, en ese mundo que sólo crees de tierra, ya habrá valido la pena tu sueño...</p> <p align="justify">Toma en tu mano, el aire sólido, azul, del noroeste. Ya me preguntarás en mayo qué significa...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y Musafir se quedó toda la noche sumido en el más absoluto sueño. Allí. Acurrucado en su roca; junto al faro; junto a su mar.</p> <p align="justify">Y creyó despertar, como una hora antes del alba. </p> <p align="justify">Alguien viene tapado, de los pies a la cabeza. Musafir lo ve, pero es como si no pudiera moverse. El extraño personaje le tiende la mano, y le enseña dos pequeñas esferas. Se las coloca en la mano a Musafir, y se da media vuelta.</p> <p align="justify">Musafir quiere hablarle; pero no salen palabras de su boca. No se puede mover; ¿está despierto? ¿o acaso sigue soñando...?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">En estas cavilaciones anda sumido Musafir cuando, repentinamente, se despierta.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Del extraño paseante, ni rastro. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pero abre su mano, cautelosamente. No quiere creer lo que ya se imagina...</p> <p align="justify">En efecto, allí están: para su mayor desconcierto y sorpresa, dos pequeñas esferas de cristal, (algo más grandes que el tamaño de dos canicas), y que ahora, y ya con el sol asomando por el horizonte, acierta a intuir Musafir su precioso color azul transparente.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pero, ¿qué quiere decir esto?, -se pregunta, aturdido aún por el sueño.</p> <p align="justify">Musafir mira al cielo; ya el día ha devorado a los seres de la noche. Ni Yanub, ni Orión... </p> <p align="justify">El firmamento ya es naranja... apenas alguna nubecilla tímida a lo lejos.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">En mayo, Musafir, entenderás tu sueño. Ahora, sólo mira al noroeste...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"></p>Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-64187378522613976082009-01-06T20:15:00.001+01:002009-01-06T20:15:34.773+01:00Nihongo!! 日本語! (Japonés)<p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrVGR0E_CqFPRbxIB-iy4uqDiZ-W84K74KeqIR4rgBt2nsF2-O7rnAUcmGuRxaFRPAkiO3W1odzB0MdlGhLYE074DM-OOUtkZUwfVTNpci7_IKvjT4ST7Q3e7EpLkLK0U_aW2m/s1600-h/Nihongo5.gif"><img style="border-top-width: 0px; border-left-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-right-width: 0px" height="80" alt="Nihongo" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihj-jGzLTZ9A54Xln6IPw4_YZbi8_YeIhvCePuLPFZTc8cSfd0CmwBKJOIMaFqH6T3nd69AEzrCwRCeaRy-8oQaOZdhFes1ypY6FN2Rcwzc_l_D3wIV9QW1NtFzcNQ2N2VFBDk/?imgmax=800" width="447" border="0" /></a> </p> <p align="justify">A Musafir siempre le han fascinado las culturas de extremo oriente. Quizás por su lejanía a la vieja Europa, y quizás también por lo exótico o extraño que a ojos de un occidental, sin duda,  resultan.</p> <p align="justify">China, Japón, Corea... países todos de evocadores paisajes envueltos en la bruma, y caligrafía de tinta china con pincel sobre papel de arroz.</p> <p align="justify">El primer encuentro, así de frente, con un habitante de Japón, en este caso, fue hace unos ocho años, -me cuenta Musafir. Bueno, todos habíamos visto antes hordas de turistas japoneses con sus cámaras Nikkon colgadas del cuello, haciendo miles de fotos de la Sagrada Familia en Barcelona... o embobados en las salas del museo del Prado mirando las Meninas de Velázquez.</p> <p align="justify">Pero lo que llamó la atención sin duda de Musafir fue aquella extraña muchacha japonesa, que se salía de los topicazos que todos los occidentales tenemos del turista japonés clónico.</p> <p align="justify">Así era esta curiosa y a la vez extraña nipona:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Musulmana; integrista; vestida de arriba abajo con el <strong>chador </strong>negro de corte iraní, sin entender ni papa de "inglés" (luego me enteré que se dice "<strong>eigo</strong>" en japonés); fóbica a cualquier tipo de fotografía, y... estudiante de lengua árabe... </p> <p align="justify">-Si es que Musafir se busca cada amiguito/a... </p> <p align="justify">Sólo pudo comunicarse, apenas, en un simple y rudimentario conocimiento de la lengua árabe que ambos tenían. Pero la experiencia le dejó huella, y le hizo reflexionar. (Sobre todo cuando cogió entre sus manos el fantástico diccionario "<strong>arabiya-nihongo</strong>"), vamos: árabe-japonés. ¿Cómo se leía aquello?</p> <p align="justify">El árabe se escribe de derecha a izquierda; y el japonés, tradicionalmente, de arriba abajo, y de derecha a izquierda también... Aunque ahora se prefiere de izquierda a derecha por simplificación... ¡¡Buf!!</p> <p align="justify">Si un occidental se puede comunicar con un oriental usando una lengua de oriente próximo, cuyo origen se encuentra a medio camino justo entre ambos, ¿no es eso algo sensacional que nos debería hacer pensar en el poder comunicador de las lenguas, por encima de otras consideraciones políticas, y que nada tienen que ver con el fin original de las mismas...?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Me dice Musafir que la lengua japonesa es muy curiosa; aquí, en Europa, nos "pegamos" por intentar que en los teclados de todos los ordenadores aparezcan las "Ñ", las "ç", los acentos "^" las "ß" alemanas, y demás letras propias y exclusivas de nuestras lenguas, (al final indoeuropeas todas). Bueno, casi todas, pero con un mismo alfabeto, con pequeñas variantes.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Me cuenta Musafir que en Japón, (que deben ser más inteligentes que nosotros), y deben tener más capacidad, tienen 4 sistemas para escribir en japonés:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Cómo dices, Musafir: ¿4 sistemas? Pues vaya lío, ¿no? -le contesto. ¿Cómo es eso, cuéntame?</p> <p align="justify">Y Musafir empieza a relatar:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Verás, hace ya mucho tiempo, cuando Japón ni siquiera tenía ese nombre, unos mercaderes coreanos arribaron a las costas de las islas del Japón. Allí encontraron a un pueblo culto, y civilizado; una sociedad muy organizada, y muy orgullosos de su identidad. Pero tenían un problema.</p> <p align="justify">-¿Cual, cual?</p> <p align="justify">-Paciencia, y no me interrumpas, ¡eh!</p> <p align="justify">Los antiguos japoneses no sabían escribir.</p> <p align="justify">-¡Hala! Tan cultos, ¿entonces?</p> <p align="justify">Pues sí; el japonés no se escribía, sólo se "hablaba".</p> <p align="justify">Y los coreanos fueron los que les dieron una idea: ¿por qué no tomar de la lengua china sus ideogramas, que llevaban siglos inventados, para expresar las ideas?</p> <p align="justify">-¡Jo!, estos japoneses, copiando tecnología ya desde el siglo IV, jeje.</p> <p align="justify">-¡Calla, pequeño ignorante; y escucha:</p> <p align="justify">Cierto; en este caso, los japoneses tomaron prestados los ideogramas chinos, los "<strong>kanji</strong>", y empezaron a codificar y escribir su lengua con ellos.</p> <p align="justify">-Entonces, ¿el japonés y el chino son iguales?</p> <p align="justify">No te adelantes todavía; Los cambios vinieron cinco siglos después.</p> <p align="justify">-Ah...! Pues no lo entiendo: ¿era o no era el japonés igual al chino en el siglo IV?</p> <p align="justify">-Vale, ¿quieres que te conteste?: Pues te diré que... sí y no.</p> <p align="justify">-Jo, pues vaya una respuesta...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">No te pongas nervioso. A ver, vamos a ver algunos kanjis para que lo entiendas:</p> <p align="justify"><img height="24" src="http://www.gorinkai.com/nihongo/lecc_01/l01_09.gif" width="52" />  esto es, "NI- HON",  "Japón", en japonés.</p> <p align="justify"><img height="24" src="http://www.gorinkai.com/nihongo/lecc_01/l01_07.gif" width="24" />  <strong>Ni</strong>, es el kanji para decir "día". Pero también significa "sol"</p> <p align="justify"><img height="24" src="http://www.gorinkai.com/nihongo/lecc_01/l01_08.gif" width="24" />  <strong>Hon</strong>, quiere decir "verdadero", o "real", o "principal". Aunque también significa "libro" o "raíz, origen").</p> <p align="justify">Y si los pones uno junto a otro, "Japón" (Nihon):<img height="24" src="http://www.gorinkai.com/nihongo/lecc_01/l01_09.gif" width="52" /> </p> <p align="justify">-¡Anda, qué chulo, parecen dibujitos!</p> <p align="justify">No vas desencaminado, no. El kanji <img height="24" src="http://www.gorinkai.com/nihongo/lecc_01/l01_07.gif" width="24" /> es una representación de lo que en origen fue un círculo con un puntito en el centro: o sea, un sol.</p> <p align="justify">Y <img height="24" src="http://www.gorinkai.com/nihongo/lecc_01/l01_08.gif" width="24" />, no es más que el dibujo estilizado de un árbol, donde el palito horizontal de abajo hace referencia a la raíz del mismo; y significa "raíz", no solo literal, sino también: "origen, real, cierto..."</p> <p align="justify">Luego <img height="24" src="http://www.gorinkai.com/nihongo/lecc_01/l01_09.gif" width="52" /> se lee <strong>Nihon</strong>, (o Nippon) y se traduce por: "(el país donde) tiene su origen el sol"</p> <p align="justify">Pero... esto no es estrictamente "japonés; ¡¡<strong>es chino</strong>!!</p> <p align="justify">-¡Jo! Musafir, ahora sí que no capto ná de ná...</p> <p align="justify">Verás qué fácil:</p> <p align="justify">Los japoneses llamaban a su país "Yamoto" que significa "suprema armonía". Sin embargo, los chinos lo llamaban (y así<u> lo escribían</u>) "<strong>el país del sol</strong>", el cual es el significado exacto de los ideogramas "NiHon" en este contexto. Al adoptar la escritura china, se extendió posteriormente el uso de dicho nombre.</p> <p align="justify">En chino, "Japón" se escribe igual que en japonés: <img height="24" src="http://www.gorinkai.com/nihongo/lecc_01/l01_09.gif" width="52" /> pero se pronuncia diferente: "<strong>rì bën"</strong> o<strong> "jih pen", </strong>de donde viene la palabra occidental ya usada por Marco Polo: Saipan, Cipang, ... y así: <strong>Japão</strong> (en portugués), que fueron los primeros occidentales en tener trato con Japón, y al final,  "<strong>Japan</strong>" y por tanto, "<strong>Japón</strong>".</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Los japoneses "copiaron" los ideogramas chinos con el mismo sentido y significado, pero pronunciándolos, lógicamente, en japonés.</p> <p align="justify">-Esto es muy difícil, Musafir. </p> <p align="justify">Ahora te quedará más claro:</p> <p align="justify">Imagínate que estás de viaje. Vas en un autobús por Alemania, y vais a parar en una área de servicio.</p> <p align="justify">Tú, eres el único que hablas castellano; y tus compañeros de ruta hablan cada cual un idioma distinto. Pero todos tenéis que ir urgentemente al baño.</p> <p align="justify">-¿Y que tiene que ver que tenga ganas de ir al baño, con los japoneses y los chinos?</p> <p align="justify">Poco a poco:</p> <p align="justify">Si buscas los aseos, lo más normal es que veas algo así en la puerta:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvQ0-BD9Fu9_4wHgyizMJ5WK0WLJSmXzArgJvkvBq38Xjjkfsww95iB1wKEz3MoEQbnyUeUPz3Q0e76dc_5iDuV3ecgDuzXqg2Hnb4A_umP8WEAzOXBVvCMbfhF-OW689ynrWZ/s1600-h/Toilet_signs_3.jpg"><img style="border-top-width: 0px; border-left-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-right-width: 0px" height="71" alt="Toilet_signs_" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4e0ThEuDS42LMozRHli2Zo0kR_UdwEfB_HfN3yve7wIPcf8DE5NUw0j9AworID9ufDrpRiQ4bKDKEkcXBYMGe6BEIfGDJS8MZhkOfoa5hb1rbXqAYFvFC8MVk1LZoV4Dzx8FJ/?imgmax=800" width="92" border="0" /></a> </p> <p align="justify">Y tú, que no hablas ni papa de alemán, ni francés, sabrás que el cartel dice: "aseos de hombres / mujeres".</p> <p align="justify">Y la chica francesa, al ver el cartel dirá: "toilettes pour hommes /femmes"</p> <p align="justify">Y el alemán, pues lo mismo: "Toiletten für Herren /Frauen"</p> <p align="justify">¿Qué ha pasado? </p> <p align="justify">-Pues que todos entienden los mismos símbolos.</p> <p align="justify">-¡Ahí está! Es un <strong>código escrito</strong>, que se comprende por todos, sin importar el idioma; porque lo que representa el sitio, o la acción es un <strong>idiograma</strong>, como los kanjis chinos, y no un conjunto de letras como los sistemas occidentales y que en cada lengua, se escribirían y pronunciarían de forma distinta.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Los chinos, escriben "<strong>ideas</strong>", así como los japoneses. Por eso, los kanjis significan lo mismo en ambas lenguas, aunque se pronuncien de manera totalmente diferente. Es una especie de "código de circulación" común que tienen ambos idiomas.</p> <p align="justify">Si vieras escrita esta secuencia, tanto el chaval alemán, como la chica francesa, como tú, entenderíais el mensaje: </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5e9MxRIu4ixyw0ZJKy5t9CgKOArIj3g3elBQeAHhDz876hu8fQ4tjzlyIiKOOM3rUgBWsseiKiBleeZ-qKkDNKO4v69bnSqbbIUYf4umhGmuCWNLjkTR6Y5gy1LLLprvCwe1y/s1600-h/peligro3.jpg"><img style="border-top-width: 0px; border-left-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-right-width: 0px" height="66" alt="peligro" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKEruJLRmlsKCdaiaa4q3VoRBk14fHHDjgXpaVkY6oxEujAfruFdi4_f77wJfkhQqX6tNPkkNnRvncMd3j2dfZvXXYg6G9hZOk6qfMBYdz-y2fcgcrOoIg8CSiWKG3UEkjJ1id/?imgmax=800" width="66" border="0" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiehMnrfmPWwwGzzxMVS0IUirX_SjjDQpL14Ju_LMhQYVcKKxNdFMmVfxhud83U2scM7eK7vGri2w7sVx6tBRSf4g86azvHemN4s4V3vhNtVH4n7SCw5k5Mebodb7xGSP9fKfgH/s1600-h/image1893.jpg"><img style="border-top-width: 0px; border-left-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-right-width: 0px" height="66" alt="image189" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsQ6VXcPjRdeBM1KvxfeOEXYG99_2DrlchwS5AhOoiFIQrieTOOYYjjSvfnHw0YzdH1TXx5oHFkKxoVGildSNjI6T6ha_D24LyE6N4v9qswfA5vCWXK0o448hEs9lhmgOQuilF/?imgmax=800" width="62" border="0" /></a>  <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1MtGeWzr6Jctcz9AiQFYgHk_yyiV6PkOGRi18gMmlHXlVzu8TEmm-z4JKAU5m_lTwEe_Wbh5R2fOfHM5h9WKfD3vFmnu1HotF1qILsYV_B_Vs6HWzyhmYieJK0Jxb8ltiGlSI/s1600-h/image0378.jpg"><img style="border-top-width: 0px; border-left-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-right-width: 0px" height="70" alt="image037" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj93LbivZavXFKaTQnpZsGna2lf5HVkf4hyphenhyphen95BnDRD09MTD2HxjmTiKjoMhWpsdOx2Gu-NCGdFE09onGfqkwA6ImRjulCFAU94TTvl8JEMwnXg-v4-ZHBKsX_u-PejnPyczuFf4/?imgmax=800" width="82" border="0" /></a> </p> <p align="justify"><strong>"Peligro: no te pases de 30 km/h que puede haber niños cruzando la calle"</strong> </p> <p align="justify">¡¡Y todo con 3 ideogramas, o "kanjis" jeje!!</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¡¡Ahora sí lo entiendo mejor, Musafir!!</p> <p align="justify">-Pero... me dijiste que los japoneses usaban hasta cuatro sistemas; ¿qué pasa con los otros tres?</p> <p align="justify">-Bueno, pues como te decía al principio, eso llegó cinco siglos después de los kanjis chinos... </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Jo, ¡yo quiero saber, quiero saber!</p> <p align="justify">-Paciencia, y tranquilidad... Si fueras un niño japonés, ahora mismo te estarías aprendiendo la lista de los kanjis "obligatorios" para poder leer un texto en japonés...</p> <p align="justify">-¡Bah!, si es tan fácil como los dibujitos de antes, seguro que en unos días puedo con todos...</p> <p align="justify">-No seas cabezón: -¿sabes cuántos son los kanjis obligatorios?</p> <p align="justify">No; ¿es que son muchos?</p> <p align="justify">Bueno... todos los que existen, apenas se conoce su número...</p> <p align="justify">-¡Qué dices!</p> <p align="justify">-Se calcula que hay más de 40 mil kanjis chinos, de los que en Japón se consideran también más de 15 mil.</p> <p align="justify">-Aunque los niños, "sólo" tienen que aprenderse <strong>1945</strong> de estos ideogramas, en una lista oficial, el "<strong>joyo kanji".</strong></p> <p align="justify">-¿Qué dices? ¿sí?</p> <p align="justify">Totalmente.</p> <p align="justify">Pues entonces, no me parece tan sencillo...</p> <p align="justify">-Los maestros y estudiosos, llegan a controlar bien unos 7 mil.</p> <p align="justify">-Pero entonces, ¿cómo escriben todo aquello que no son capaces de recordar con los kanjis?</p> <p align="justify">Pues para eso tienen los otros 3 sistemas: el hiragana, el katakana y el romaji... </p> <p align="justify">Y es en este punto, donde el japonés escrito se diferencia completamente del chino.</p> <p align="justify">Al ser un sistema "importado", llegó un momento en que no todos los conceptos japoneses se podían escribir con kanjis chinos... y ahí surgieron los otros tres sistemas. </p> <p align="justify">Pero para explicarte cómo usan los japoneses estos otros sistemas, necesitaré algo más de tiempo... </p> <p align="justify">Así que ya será otro día...</p> <p align="justify">Bueno... pero no te olvides eh, Musafir!</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"></p> <p align="justify"></p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-44410228725340201752008-12-15T00:49:00.001+01:002008-12-15T00:49:55.283+01:00Siete años en el Tíbet<p> </p> <p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQmvF_OG46sNTcmQa8H3kFXIJhB9fxJ_7vnu1Rzwhfui_jyHCWCa4kyGuOSd36mq1VujwyiopSVSdNhA4cWHvXXJ4CM6UJMxN-ZkFCZJVoiugKyDQVflnW93RrL4XXAvXiQ0wd/s1600-h/nieveaitana%5B5%5D.jpg"><img style="border-top-width: 0px; border-left-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-right-width: 0px" height="299" alt="nieveaitana" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0h8331ckccDzSHNFndfgel41SHVxGJy9DbAuU3qmL4983xIpDWCRNITonaslwJWXf2-vyNyEAnAaM4zEs4-Up_K4v8YPxw9-9ZFGU5DgR9JnSw8OaPBnDBJFi9BB6sANxB1jA/?imgmax=800" width="391" border="0" /></a> </p> <p> </p> <p align="justify">Siempre me congela la sorpresa del invierno que, a pesar de cambios climáticos y protocolos de Kyoto, viene estos últimos años antes de lo previsto.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir recibe el viento del norte; seco, entumecedor; casi como una tarjeta de presentación del mal tiempo que así se autoinvita.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Como siempre, (le dicen los mayores del lugar), que no se recuerda tanto frío en esta costa templada. Que diciembre siempre ha sido aquí, incluso, mes de segunda floración del rosal; y que el hecho de que florezca la hiedra también en diciembre ya era algo que sólo sorprende a los urbanitas de capital. </p> <p align="justify">Pero Musafir, un año más, está de celebración. Esto me lo cuenta junto al paseo marítimo, encogidos los dos bajo el manto cálido de nuestros abrigos. Hasta la bufanda de chillones colorines que le regalaron en un absurdo juego del "amigo invisible" años atrás está hoy contenta de ceñirse al cuello de Musafir. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Cerca del mar; de nuevo. Embravecido por la tramontana; Recordando otros vientos; y otros mares... acaso otras montañas nevadas, como la preciosa estampa que nos muestra  nuestra sierra, completamente nevada, y que se ve hoy desde la playa.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¿Cuánto hace ya, Musafir? -le pregunto.</p> <p align="justify">Musafir se levanta el cuello del abrigo y se encoge de hombros. </p> <p align="justify">-¿Ves la montaña?, me inquiere. -Este año, ya es la segunda vez que la veo nevada. Y aún no ha empezado el verdadero invierno.</p> <p align="justify">Hace años, estuve lejos. País montañoso también; pero no tenía mar. Ellos no disfrutaban de esta maravilla. A pesar de que la nieve era allí más habitual -¿entiendes?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Callo completamente. No descifro el mensaje de Musafir.</p> <p align="justify">Pausadamente, caminado frente a la playa, en silencio, y sin un alma a la vista. Ni las gaviotas revolotean sobre la espuma del agitado mar.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Por fin, tras un largo silencio, Musafir empieza a hablar:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Fue un año blanco; (morado y blanco, diría). Vamos, otro invierno frío y helador.</p> <p align="justify">El techo del mundo lo llaman, muchacho; el techo del mundo. Me preguntarás, (seguro), ¿qué narices hace un marinero en lo alto de una montaña?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Yo, remetidas ya en mis bolsillos las manos adormecidas por el viento, no me atrevo a preguntar, en cualquier caso, y aguardo a que Musafir me saque de dudas:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¿Sabes qué se siente cuando llegas a un país donde literalmente, se toca el cielo?</p> <p align="justify">¿Acaso puedes comprender lo que le cuesta a un hombre relamido por años de mar, alcanzar siquiera una loma?</p> <p align="justify">Amigo mío; eso es el Nirvana. Y yo estuve allí. Aunque no buscara a los lamas tibetanos, ni viera de cerca a los yaks peludos. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Me quedo a cuadros. Pero, ¿cuando ha estado Musafir en el Himalaya?, -me pregunto con total extrañeza para adentro.</p> <p align="justify">Esta historia... ¿acaso es real?; dudo; pero callo de nuevo. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir sigue con su soliloquio:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-No pretendo que me creas, compañero. ¿Me preguntas cuánto hace ya?...</p> <p align="justify">Y yo sólo veo el color naranja de los atuendos de esos lamas... que no llegué a ver en persona.</p> <p align="justify">Naranja, ¿entiendes?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Pues no; no entiendo nada Musafir. -Acierto a pronunciar, entre el desconcierto que me invade completamente.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Siete años, muchacho. Siete años en el Tíbet. Allí donde sus habitantes tocan el cielo con los dedos; teocracia de lamas naranjas, a pesar del yugo del rojo comunista de los chinos.</p> <p align="justify">Pero eso es en Lhasa, la capital.</p> <p align="justify">Mis recuerdos son de otra parte del país:</p> <p align="justify">Aquella puerta; la cabaña; el fuego revitalizador; la leche de yak caliente en mis manos arrugadas...</p> <p align="justify">Unos niños con la cara tiznada de ceniza. Apenas nada... salvo su hospitalidad; y su sonrisa.</p> <p align="justify">Que no entendía nada, al principio, de lo que me decían... y qué rápido aprende uno cuando está a gusto. Mi hogar en las montañas; la noche más cercana a las estrellas que nunca haya visto: cielo negro absoluto. </p> <p align="justify">¡Dame un regalo mejor!, muchacho, si puedes; -me exhorta con voz grave, mientras prosigue:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Tanto caminar... tantos pares de botas reventados; tantos kilómetros de sendas pedregosas, y millas interminables de mares encrespados... Y allí estaba yo. Dándole sentido a mi búsqueda. Dando comienzo, en realidad, a mi viaje. </p> <p align="justify">Tierra dura, pelada, enjuta como la carne seca de cabra; congelada las más de las veces. Donde a pesar de todas las injusticias del mundo, descubrí junto a sus moradores, cómo se puede, humildemente, vivir felices. </p> <p align="justify">Allí estuve. Allí sigo, de algún modo. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">No me atrevo a comentar las palabras solemnes y sinceras de Musafir. No me deja ni el aire frío, ni mi perplejidad. Pero seguro que algo de esto pasó... a su manera.</p> <p align="justify">Hace un rato que hemos dejado la playa, y nos resguardamos por una calle, tierra adentro. Me paro frente a un escaparate; la pastelería del barrio. Un enorme aparador repleto de pasteles invita, con este frío, a entrar y probarlos.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Entramos, ¿Musafir? si hoy hace siete años de lo que me has contado, bueno será celebrarlo, ¿no?</p> <p align="justify">-Me mira, y apenas con un gesto, me da la aprobación.</p> <p align="justify">Abrimos la puerta con cara de niños, devorando con las miradas los pastelitos.</p> <p align="justify">-Ese, ese, -me dice con determinación Musafir, mientras clava sus ojos en un enorme brownie de chocolate con nueces...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"></p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-34066157459640572182008-10-11T00:41:00.004+02:002008-12-15T00:56:53.328+01:00Nieve en el corazón<p><em><strong></strong></em></p> <p><em><strong><a href="http://lh6.ggpht.com/viajeromusafir/SO_aG7k7fFI/AAAAAAAAAiI/xuS63DepqIE/s1600-h/nieve_corazon%5B7%5D.jpg"><img style="border-width: 0px;" alt="nieve_corazon" src="http://lh5.ggpht.com/viajeromusafir/SO_aHqgrm6I/AAAAAAAAAiM/e0srVNCtsrA/nieve_corazon_thumb%5B5%5D.jpg?imgmax=800" width="260" border="0" height="200" /></a> </strong></em></p> <p><em><strong></strong></em></p> <p><em><strong></strong></em></p> <p><em><strong></strong></em></p> <div style="width: 220px; height: 55px;"><embed src="http://www.deezer.com/embedded/small-widget-v2.swf?idSong=1643354&colorBackground=0x3366CC&textColor1=0xFFFFFF&colorVolume=0x003946&autoplay=0" type="application/x-shockwave-flash" width="220" height="55"></embed> <br /><span style="color: rgb(0, 0, 0);font-family:Arial;font-size:78%;" >Discover <a href="http://www.deezer.com/en/placa-luminosa.html">Placa Luminosa</a>!</span></div> <p> </p> <p> </p> <p align="justify"><br /><em><strong></strong></em></p><p align="justify"><em><strong><br /></strong></em><em><strong></strong></em></p><p align="justify"><em><strong>Unddur hadihi assura!</strong></em></p> <p align="justify">¡Mira esta foto!, le dijo en algo parecido a la lengua árabe la mujer.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">El pobre muchacho no tenía ni idea de lo que la adivina le estaba diciendo.</p> <p align="justify">La mujer llevaba un atuendo de lo más vistoso: el pelo largo, negro, ensortijado. Cubierto por un pañuelo violeta cosido a innumerables moneditas y medallitas plateadas las unas; doradas las otras. </p> <p align="justify">Vestido liviano, de gasas semitransparentes, coloridas, que de tantas capas que llevaba parecía que la señora estuviera hecha de cera de abeja.</p> <p align="justify">El chico tenía pinta de ejecutivo ojeroso trasnochado; de esos que llevan aún las zapatillas de deporte de un blanco inmaculado bajo un no menos impoluto traje de armani. Las evidentes ojeras de los ojos se los supondremos de no dormir. (En esta ciudad es políticamente incorrecto señalar como causa del insomnio a otro tipo de "nieve", que no sea exclusivamente la que cae del cielo). Y más si el no dormir, es la causa del fulminante éxito económico de sus habitantes.</p> <p align="justify">Y allí estaban los dos, sentados en un pequeño aparador, en aquella esquina, junto al zarrapastroso mendigo que recogía cartones del contenedor, (luego dicen que este país no recicla), y al lado del vendedor callejero de shawarmas que despachaba varias de ellas, hablando en urdu, a dos chicas jóvenes.</p> <p align="justify">¡Entonces, qué es lo que ves, bruja? </p> <p align="justify">-¿Bruja?, ¿Lo dices en tono despectivo?. ¿Tú piensas que porque vaya así vestida, no tengo la misma categoría que los tuyos? ¡Engreídos occidentales!; ¡rubios, blancos y... jodidamente humillantes con todos los que son diferentes!</p> <p align="justify">El joven personaje, algo espeso y contrariado, rectifica y se disculpa: </p> <p align="justify">-Lo siento, "señora". Es que no estoy acostumbrado a bajar a la calle para que me lean el futuro... (ehem).</p> <p align="justify">-Ya lo sé, hijo. Ya lo sé. Pero una tiene que hacer valer sus derechos. ¿No es este un país libre?. Bueno...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">La pitonisa se muerde también la lengua, ante el jugoso olor del dinero que le espera por apenas unos veinte minutos de palabras...; siempre son palabras huecas; nadie en la ciudad vertical parece estar realmente interesado en el contenido de las predicciones; y ella tampoco suele porfundizar más. </p> <p align="justify">-¿Qué quieres saber, muchacho?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y el chico le muestra de nuevo la pequeña foto que provocó el asombro de la adivina, mientras le mira fijamente a los ojos.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¿Qué ves, señora? ¿Tengo buen porvenir?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">La mujer toma la foto, echa un vistazo rápido, la soba entre sus manos, cierra los ojos, y empieza a soltar su letanía ya desgastada por la rutina:</p> <p align="justify">-Veo una persona ilusionada; transparente. Tendrás éxito en los negocios; buena salud y...</p> <p align="justify">En ese momento la adivinadora medio abre el ojillo, y descubre que el chaval está con la cabeza levantada, y los ojos perdidos en no se sabe dónde.</p> <p align="justify">Aprovechando esta ausencia del chico, se fija un poco más en la foto, y empieza a cambiar el tono de su voz:</p> <p align="justify">Veo..., veo desconfianza.</p> <p align="justify">Mirada perdida también. Confusión. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">La mujer, entra en trance, y ya no puede detener que salgan sus palabras de manera casi automática:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Hay una playa; Mucha humedad; El sol se está poniendo.</p> <p align="justify">No veo sus ojos; Ahora sí; Ya sabes de quién hablo, ¿no? </p> <p align="justify">El horizonte; pero, ¿por qué mira al horizonte? Siempre mira a lo lejos. No viene de frente. Cuidado chaval, cuidado.</p> <p align="justify">Ahora te veo a ti, echado en la nieve. </p> <p align="justify">Eso no es agua; No, no me des licor, ¡no lo soporto! Me pongo muy tonta... </p> <p align="justify">¡Hace un frío del diablo! Te vas a mojar completamente. Pero el calor te quemará, te lo aseguro.</p> <p align="justify">Todas tus fotos, amigo; Hay una mujer de pelo negro que está viendo todas tus fotos. Y no está en tu casa. Es una casa de campo. Hace poco que había llovido y por eso el monte está precioso. Están celebrando una fiesta de cumpleaños.</p> <p align="justify">Veo la misma foto. Esta que me has traído. La mujer del pelo negro te dice algo acerca de la foto. Y tú te pones triste. </p> <p align="justify">Distancia; lejanía. Promesas de un sufrimiento futuro... No confíes, no confíes...</p> <p align="justify">Amigo, lo único que me parece inofensivo en esta visión es la infusión de tomillo que te han preparado. (Con todo lo que tú y yo sabemos que te metes...)</p> <p align="justify">¡Menudo desgraciado!... </p> <p align="justify">¿Pero tú no querías saber cómo van a ir tus negocios?. Tú que sabes tanto de finanzas, te vas a quedar en números rojos. De ira; de daño. El corazón... ya sabes. </p> <p align="justify">Aunque yo iría sacando también el dinero. ¿No dicen que hay crisis mundial? Broker, tú y los que son como tú habéis contaminado la banca mundial. Y yo no leo esa prensa económica infumable para darme cuenta de las cosas...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">El joven está desconcertado. Perplejo observa los gestos en el aire de la señora que sigue con los ojos cerrados. Parece que dibuje objetos; que señale en el vacío. </p> <p align="justify">¿Debo sacar mis inversiones de la Bolsa?, ¿díme? ¿Estoy seguro?, ¿estoy a salvo? ¿Hay algo más que deba saber...?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">El hombre aparentemente está más interesado en el olor de todos sus billetes, que en el dolor de su cuerpo; o la pena de su alma.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">La adivina vuelve en sí; respira profundamente, y después de recomponerse el pañuelo, toma de la manos al pobre chico, que la está mirando fijamente.</p> <p align="justify">-Tú no puedes engañarme, muchacho. Ya sé lo que te preocupa. Cuando este temporal amaine, seguirá quedándote más que suficiente para meterte tu mierda blanca por la mañana. Pero el alma no se cura con nieve blanca, ni con billetes verdes.</p> <p align="justify">¿Para qué has venido, muchacho? Nadie me había descolocado tanto como tú. </p> <p align="justify">El chico está visiblemente alterado, y no abre la boca.</p> <p align="justify">¿No hablas?. Claro. Qué vas a decir tú. Yo te lo diré. Tú ya lo sabes. Sólo buscabas a alguien que te confirmara lo que ya conoces...</p> <p align="justify">¿Qué quieres que te diga yo? Una pobre gitana de Europa del Este, abandonada y maltratada por su marido... malviviendo en esta ciudad; que apenas habla bien "tu idioma" como decís en todas vuestras patéticas películas...</p> <p align="justify">Solo puedo decir que tu cuerpo y tu alma no están a salvo de esta crisis. No mires a las oficinas, allá arriba, en esos edificios-fachada. ¿No te has dado cuenta? Están tan huecos como tu corazón. Y eso no lo arregla ya la Reserva Federal ni el Banco Central Europeo...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">La crisis que tú padeces no te la arregla las juergas nocturnas que te pegas. Me da igual si devoras corbatas o faldas rebozadas en polvo blanco cada noche, antes de entrar en tu oficina. Pero tu corazón está en grave peligro. El del cuerpo y el del alma. Tú mismo...</p> <p align="justify">Yo te diría que para sanar el corazón de tu cuerpo dejes de "esquiar" tanto por la noche; ya me entiendes...</p> <p align="justify">Y para el alma, no se me ocurre remedio fácil.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">La mujer se enciende un enorme puro, y mientras va prendiéndolo, toma la foto que el chico le dio al principio.</p> <p align="justify">-Mira, para empezar, te voy a quitar un peso de encima, quemando por ti esta asquerosa foto. La tienes tan manoseada, que ya apenas se os distingue en ella. Esto seguro que empieza a aliviarte. Lo que te dijo la mujer del pelo negro, en aquella casa de campo, era cierto: ¿ves esta mirada, en la foto?</p> <p align="justify">Sí... suspira el joven.</p> <p align="justify">¡Anda que...! -vocifera entre dientes la mujer.</p> <p align="justify">Esta sonrisa y esta mirada, son tan falsas como las acciones de tu empresa. Y es lo que te ha perdido durante todo este tiempo. Que no te digo yo lo que te harían, por cierto, tus hermanos blancos, esos, esos, ... cegados por no sé qué cosas de la fe y el "orden natural del mundo..." si te vieran así, como sales en esta foto... me entiendes, ¿no?.</p> <p align="justify">No te avergüences... ¡lo que me faltaba por ver!. Tú, como yo, somos personas... ¡estáte orgulloso, amigo!</p> <p align="justify">¡Si es que...! Al carajo con las libertades civiles de las personas! Eso debe estar pensando por lo bajo el presidente de esta nación... menuda nación. ¡Hipócritas...! Pero tú no te amedrentes, ¿eh?</p> <p align="justify">Bueno, por lo menos, vamos a empezar eliminando traumas. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y con el mechero, la adivina prende la foto, que se consume en unos segundos, ante la mirada entre pensativa y melancólica del chaval.</p> <p align="justify">Anda, ¡márchate ya, muchacho!. Y reflexiona. Ordena tus ideas. Yo creo que podrás salir de esta. Quiero verte por aquí cuando todo acabe.</p> <p align="justify">¡Eh!, pero antes págame, no te olvides... que solo de aire contaminado una no puede vivir en esta maldita ciudad... ¡jajaja!</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">El hombre saca de su billetera un enorme fajo de billetes; tiernos; huelen a tinta todavía. Y se los deja encima de la mesita a la pitonisa.</p> <p align="justify">Espero volverte a ver, señora. -Dice el chico, algo más tranquilo, y visiblemente emocionado.</p> <p align="justify">-Nos veremos, descuida.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Se hizo de noche en la ciudad;</p> <p align="justify">Arriba, sobre las fachadas tan falsas de cristal tan falso como el vidrio de plástico, en los edificios más falsos de la ciudad más falsa..., una enorme pantalla plana vomita continuamente anuncios de todo tipo de productos: unos cuidan de tu línea; otros describen las virtudes de un nuevo terminal de teléfono móvil... Y por el margen inferior, una línea continua de números y letras, en rojo, va discurriendo rápidamente, desangrándose de derecha a izquierda, casi en un código sólo comprensible por los brokers que demabulan, abajo en la calle, preocupados por el olor a polvo de nieve que intoxica sus corazones... y el color del papel magreado de su dinero.</p> <p align="justify">La pitonisa recuenta lo recaudado del día; y el vendedor de shawarmas hace lo propio. </p> <p align="justify">Parece que a pesar de todo, el olor verde venenoso del dinero sigue vivo en el aire rancio y viciado de esta ciudad. </p> <p align="justify"></p>Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-25567064335787802812008-09-10T03:01:00.002+02:002008-10-11T00:48:28.253+02:00Abrazo Redondo<p align="justify"><a href="http://lh6.ggpht.com/viajeromusafir/SMccaVvxsYI/AAAAAAAAAiA/vKZsNlO2EuM/s1600-h/arenaazul%5B3%5D.jpg"><img style="border-top-width: 0px; border-left-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-right-width: 0px" height="200" alt="arenaazul" src="http://lh5.ggpht.com/viajeromusafir/SMccbpnjKAI/AAAAAAAAAiE/HFRpyRdVvVQ/arenaazul_thumb%5B1%5D.jpg?imgmax=800" width="260" border="0" /></a>  </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <div style="width: 220px; height: 55px"><embed src="http://www.deezer.com/embedded/small-widget-v2.swf?idSong=906756&colorBackground=0x007AE2&textColor1=0xFFFFFF&colorVolume=0x003946&autoplay=0" width="220" height="55" type="application/x-shockwave-flash" /> <br /><font face="Arial" color="#000000" size="1">Discover <a href="http://www.deezer.com/en/cristina-branco.html">Cristina Branco</a>!</font></div> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><strong>El origen del mito</strong></p> <p align="justify">Escuchó Musafir decir alguna vez a un antiguo pensador clásico que los seres humanos no fueron siempre como ahora, es decir: bípedos, erguidos, con dos brazos y dos piernas, una cabeza en lo alto mirando al frente, y una pequeña cicatriz circular en el abdomen, a modo de remate de la piel, o sea, el ombligo.</p> <p align="justify">Que antes de la invención del tiempo, los dioses habían pensado en qué tipo de criaturas iban a crear para que pudieran luego levantarles los más hermosos templos y adorarles con total devoción.</p> <p align="justify">Creían estas divinidades, no sin razón, que cuanto más felices estuvieran estas criaturas inferiores, más satisfacción hallarían éstas en lo tocante a rituales, sacrificios y adoración hacia sus padres creadores.</p> <p align="justify">Y así fue el origen de los primeros a ser llamados humanos. Esferas casi perfectas, seres redondos cuyos costados y espaldas formaban un círculo; estaban dotados de dos rostros sobre un cuello circular en una misma cabeza pensante; cuatro extremidades inferiores enfrentadas dos a dos; así como también otros dos pares de brazos entrelazados como una planta trepadora, y dos pares de orejas. El género de estos seres primigenios descansaba, igualmente, unido por el bajo vientre en grupos de dos órganos sexuales por cada individuo, cuyas combinaciones naturales eran tres: tanto masculino-femenino, como masculino-masculino e incluso femenino-femenino.</p> <p align="justify">Hace tanto tiempo desde que Musafir compartiera diván y banquete con este pensador de la Grecia Clásica, en aquel momento de esta narración casi fantástica, que casi se olvida de cómo serían entonces esas combinaciones dos a dos entre los hombres del primer momento, y cómo conseguían caminar.</p> <p align="justify">Recordó Musafir entonces el nombre del filósofo griego, <strong>Aristófanes</strong>, y también el final del mito:</p> <p align="justify">Caminaban en posición erecta como ahora, hacia delante o hacia atrás, según desearan; pero cuando querían correr con rapidez daban una vuelta de campana haciendo girar sus piernas hasta caer en posición vertical y, como eran entonces ocho los miembros en que se apoyaba, avanzaban dando vueltas sobre todos ellos a gran velocidad. Eran, pues, seres terribles por su vigor y su fuerza.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><strong>La soberbia del hombre y el castigo de los dioses</strong></p> <p align="justify">Dice el pensador griego que tan grande fue en un momento dado su arrogancia y soberbia, que se cansaron de adorar a los dioses. Se sentían en verdad tan superiores que quisieron rebelarse contra sus creadores y atacarlos con el ánimo casi de suplantar su poder. Pero el dios supremo del Olimpo, Zeus, se enteró de estos planes. Y a pesar de toda la pena que le dio, no tuvo otra manera mejor de controlar a los hombres que quitarles parte de su fuerza. Así, por la misma razón que antes los había hecho felices, ahora sabrían los hombres lo que es añorar parte de su ser.</p> <p align="justify">Decidió cortarlos en dos mitades, de forma que se sintiesen por sí solos incompletos. Les hizo padecer la desesperación permanente en cada uno de buscar la otra parte que los completara, y que a pesar de la búsqueda, no encontrarían jamás. La condena consistió en añorar la otra mitad, de modo que ni el abrazo de los cuerpos pudiera recuperar la unidad original. Muchos acabaron muriendo de hambre e inanición general por no hacer nada los unos separados de los otros. Y aún muchos más se desesperaron en un abrazo fatal con aquella que incautamente creían de manera inútil como su parte complementaria.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><strong>El mito, hoy en día</strong></p> <p align="justify">Muchos siglos han pasado ya desde que Musafir conociera este mito. Pero lo cierto es que, hoy como entonces, hombres y mujeres, hombres con hombres, y mujeres con mujeres, buscan siempre a la otra mitad, intentando quizás rememorar aquella narración clásica; buscando tal vez aquella mitad que ancestralmente se ha grabado en su memoria, y que es la que los apacigua y les da felicidad plena.</p> <p align="justify">Mucho han cambiado las cosas desde el tiempo de Platón, reflexiona en voz alta Musafir. Y no sin razón, me argumenta que en la sociedad de hoy en día, este mito no tendría cabida; que el trasfondo de castigo no sería asumido con tanta naturalidad por los contemporáneos de hoy. Que ahora se acepta con mayor naturalidad que un hombre ame a una mujer, o una mujer a otra, e incluso un hombre a otro, sin crear un gran conflicto social más allá de dogmas religiosos procedentes aún del pasado.</p> <p align="justify">En eso, estoy de acuerdo con Musafir.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><strong>El escepticismo de Musafir</strong></p> <p align="justify">Curioso mito, me comenta Musafir, mientras desempolva un más que desgastado librillo: <strong>"El Banquete"</strong>, de Platón.</p> <p align="justify">El mes de agosto ya se extinguió, pero el calor de "Lorenzo" aún lame la piel del más osado, sobre todo a mediodía.</p> <p align="justify">Dice Musafir que a pesar de haber estado en la antigua Grecia, no cree en las historias más o menos fantásticas que intentaban explicar por un lado los fenómenos físicos en general, como de comportamiento humano en particular por el otro.</p> <p align="justify">Le respondo que no desdeñe así estas historias. Quizás se sorprendiera Musafir si hubiera observado la escena que presencié yo hace varios días y que más adelante esbozaré un poco.</p> <p align="justify">Es curioso, siempre suele ser Musafir quien intenta convencerme de que sus vivencias son totalmente reales... cuando para mí, muchas de ellas no son más que el fruto de sus ensoñaciones de caminante sin rumbo fijo. (Pero esto no se lo diré a él, no sea que se enfade conmigo).</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><strong>Lo que Musafir no ha visto</strong></p> <p align="justify">Tan solo añadiré en referencia a este asunto que yo mismo he sido siempre muy escéptico en cuanto a tomarse los mitos clásicos al pie de la letra...</p> <p align="justify">Pero mi rigidez casi dogmática cambió hace apenas varias jornadas:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Noche de mar y cielo de constelaciones. La civilización no ha podido todavía morder con sus fauces envenenadas este pedazo de tierra.</p> <p align="justify">En este escenario, dos figuras humanas, recortadas bajo la noche, unidas en abrazo profundo, durante más tiempo del que tarda Sirio en recorrer el firmamento nocturno. </p> <p align="justify">Erguidas, como dice el mito; de pie. Inmóviles. Ignorando la sal y la arena que humedece sus pies. Cuatro piernas; y cuatro brazos... que así todos juntos formaban una esfera, redonda, unida. Como temiendo que el tiempo se pudiera desvanecer si se soltaran. No quisieron separarse ni para tomar aire... hasta que casi amaneció y la luz y el cansancio los hizo volver en sí.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Si le hubiéramos quitado a la escena los dos mil quinientos años que la separan del mito que narró Aristófanes, nadie habría dudado que estaban representándolo de nuevo. </p> <p align="justify">Dos milenios y medio de distancia... y nosotros, pobres mortales insignificantes, seguimos representando los mismos mitos que nuestros antepasado clásicos nos legaron. Llevamos la cultura mediterránea incrustrada en nuestra mente; a base de fuego, aire, tierra y agua...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><strong>En conclusión...</strong></p> <p align="justify">Yo sólo pude observar la dulce escena. Y levantar la mirada al cielo negro, limpio de luces superfluas. Quizás buscaba en ese tal "Zeus" una respuesta. O una sonrisa cómplice... no sé. Una señal que me indicara que los dioses estaban observando la debilidad de los hombres, una vez más. Como lo han hecho durante miles de años...</p> <p align="justify">Musafir no fue testigo esta vez de su propio relato...</p> <p align="justify">Por esta vez, lo fui yo. Y fue real. (O eso creo, si mis ojos no me engañan)</p> <p align="justify">Pero, ¿acaso puede uno ya confiar en lo que ven sus imperfectos ojos de humano? </p> <p align="justify">Quién sabe...</p> <p align="justify"></p> <p align="justify"></p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-17445898328238019262008-08-13T14:05:00.001+02:002008-08-13T14:05:03.320+02:00Volar...<p> </p> <p> </p> <p></p> <div class="wlWriterSmartContent" id="scid:5737277B-5D6D-4f48-ABFC-DD9C333F4C5D:b9fb8a06-c677-4420-a3aa-e769424eee79" style="padding-right: 0px; display: inline; padding-left: 0px; padding-bottom: 0px; margin: 0px; padding-top: 0px"><div><object width="425" height="355"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/IUvWjULuzk8&hl=es&fs=1"></param><param name="wmode" value="transparent"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/IUvWjULuzk8&hl=es&fs=1" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" width="425" height="355"></embed></object></div></div> <p></p> <p><b></b></p> <p><b></b></p> <p><b>Hegal egiten. (Itoiz)</b></p> <p>Neukan guzti zen amets bat, amets bat, <br />beti egoten nintzen <br />haren bizita zai (Bis) <br />Ai! ene ama euriak eta baso ilunak <br />seinalatzen zizkidanez <br />ez, ez dira etorriko inoiz <br />Etzazu holako ametsik egin ez <br />Mantzo zihoan denbora niretzat <br />lehioak jarrita euriari begira <br />eta jendeak zion: "mutil horrek <br />amets bat bakarrik dauka" </p> <p>Baina egun bate esnatzerakoan <br />txantxangorri bat ikusi nuen gelan <br />ta gero beste beste bat eta beste bat <br />inguratua nengoen ... </p> <p>OH TXANTXANGORRIAK <br />GELAKO SAPAIAN <br />GELAKO SAPAIAN <br />OH TXANTXANGORRIAK <br />GELAKO SAPAIAN </p> <p>Orain herritik mutil bat falta da <br />ez dago inor bere etxeko lehioan <br />baso ilunetan dabil hegaletan <br />txantxangorriak bezala <br />Orain ba du bihotz nimino bat <br />eta bi hegal bi hegal euriz bustiak <br />Bularra du ere gorri kolorekoa eta <br />eta txantxangorria da </p> <p>TXANTXANGORRIA NAIZ <br />BASO ILUNETAN <br />BETE ZAIT AMETSA <br />BASO ILUNETAN <br />TXANTXANGORRIA NAIZ <br />BASO ILUNETAN <br />BETE ZAIT AMETSA <br />TXANTXANGORRIA NAIZ <br />TXANTXANGORRIA NAIZ <br />HEGAL EGITEN HEGAL EGITEN <br />HEGAL EGITEN </p> <p> </p> <p><strong>Traducción al castellano</strong></p> <p>Todo lo que yo tenia era un sueño, un sueño, <br />siempre estaba <br />a la espera de su visita (bis) <br />¡Ay! como la madre lluvia y el bosque oscuro <br />me señalaban <br />no, no vendrán nunca <br />No te crees sueños como esos <br />El tiempo transcurría lento para mi <br />en la ventana mirando la lluvia <br />y la gente decía “ese chico <br />solo tiene un sueño”</p> <p>Pero un día al despertarme <br />vi un petirrojo en la habitación <br />y luego otro y luego otro <br />estaba rodeado…</p> <p>Oh los petirrojos <br />en el techo de la habitación <br />en el techo de la habitación <br />oh los petirrojos <br />en el techo de la habitación</p> <p>Ahora en el pueblo falta un chico <br />no hay nadie en la ventana de su casa <br />esta volando en los bosques oscuros <br />como los petirrojos <br />ahora ya tiene un corazón pequeñito  <br />y dos alas, dos alas mojadas de lluvia <br />Tiene el pecho de color de rojo <br />y es un petirrojo</p> <p>Soy un petirrojo  <br />en los bosques oscuros <br />se ha cumplido mi sueño  <br />en los bosques oscuros  <br />Soy un petirrojo   <br />en los bosques oscuros  <br />se ha cumplido mi sueño  <br />Soy un petirrojo</p> <p>Soy un petirrojo </p> <p>Volar, volar volar....</p> <blockquote> <p>***</p> </blockquote> <p> </p> <p align="justify">Ni se acuerda Musafir del tiempo que hace que escuchó esta canción del afamado grupo de pop-rock en euskera, <strong>Itoiz.</strong> </p> <p align="justify">Ni de lo que tardó en entender la letra, enfrascado como estaba por entonces en aprender la lengua materna de sus abuelos.</p> <p align="justify">Por esas casualidades de la vida, en esas fechas, vivía en Cataluña, y fue también a la vez que leyó un pequeño libro, (en catalán), que contaba una historia parecida a la de la canción de Itoiz. El libro era: <strong>"Les ales d'Àngel Vidal".</strong></p> <p align="justify">Ha tenido que rastrear Musafir en la web de webs, (ese invento tan revolucionario de nuestro tiempo), para localizar vía "San Google de todas las respuestas", al autor del mismo: <strong>Joan G. Martínez Monjo.</strong> </p> <p align="justify">(-Palabra de google; Amén)</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">No tiene<strong> </strong>Musafir más datos del autor. Pero recordando la novela, reconoce que empatizó bastante con el pequeño niño protagonista de la historia, al que por causas desconocidas, le iban creciendo un par de alas, ante el estupor de sus familiares, conocidos, y amigos.</p> <p align="justify">Me cuenta Musafir que a veces le cuesta entender las reglas y la psicología colectiva de esta sociedad nuestra: algo que sería maravilloso, como un chico con alas, diferente, que pudiera volar libremente... y que todos envidiarían en principio por su propia singularidad... era, sin embargo, visto como algo negativo; como un estigma, más que como un ejemplo de variedad y diversidad...</p> <p align="justify">¿Acaso deben todos los hombres ser exactamente iguales? ¿Deben pensar exactamente igual? ¿Tienen que usar la misma lengua, sentir igual; tener el mismo color de ojos; de piel; llorar igual; amar igual...?</p> <p align="justify">Nunca he sabido qué contestarle a Musafir.</p> <p align="justify">Como en el libro, lo que es especial, es enseguida objeto de extrañeza: (el médico en esta historia, intenta amputar las alas al pequeño Àngel Vidal). </p> <p align="justify">Uniformización; Pensamiento único... Todos como borregos sin conciencia ni independencia... Ni siquiera como el agua del famoso río de Heráclito, hace más de 2500 años: "Panta rei" (πάντα ρει), "todo fluye", -decía él. Que ni el agua, ni el cauce, ni el propio bañista eran siempre los mismos, sino que todo fluía... </p> <p align="justify">¿y hoy en día? ¿qué pensamos de todo esto?</p> <p align="justify">Nos engañamos pensando que todo fluye... o acaso ni tan solo podemos discernirlo, porque estamos en mitad de la corriente general que nos arrastra invariablemente...</p> <p align="justify">¿Alguien vio la inauguración de los Juegos  de Pekín?... Coordinación llevada al extremo; como un único ser vivo que se mueve por impulsos eléctricos. Al unísono; Iguales entre pares. Materia prima no les debe faltar en China... 1400 millones de almas dispuestas a darlo todo a mayor gloria de la Républica Popular...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">A Musafir le duelen las alas ajenas, que otros cirujanos sociales, llevados por la razón "médica" se empeñan en amputar.</p> <p align="justify">Suerte que de vez en cuando aparece un pequeño Àngel Vidal o un chaval que quiere ser petirrojo y volar por los bosques oscuros... </p> <p align="justify">Suerte que Musafir ya voló; a él, tampoco pudieron cortarle las alas... hace tiempo ya. Cuando se terminó de leer aquel libro en catalán que por entonces empezaba a dominar; cuando por fin pudo traducir la letra de aquella canción en euskera de Itoiz...</p> <p align="justify">Como ellos, Musafir ya vuela; libre.</p> <p align="justify"></p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-35877703032745478822008-08-05T21:44:00.002+02:002008-08-13T14:08:19.150+02:00Rojo colorao<div style="width: 220px; height: 55px"><embed src="http://www.deezer.com/embedded/small-widget-v2.swf?idSong=118123&colorBackground=0x00c7f2&textColor1=0xFFFFFF&colorVolume=0x003946&autoplay=0" width="220" height="55" type="application/x-shockwave-flash" /> <br /><font face="Arial" color="#000000" size="1">Discover <a href="http://www.deezer.com/en/tiziano-ferro.html">Tiziano Ferro</a>!</font></div> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Con el calor que está haciendo estos días, Musafir se ha tomado la semana de "vacaciones". Así que aquí estoy yo, intentando escribir el post que me ha encargado, el muy joío, (digo, el amigo mío)</p> <p align="justify">Esto... me ha dejado algunas notas aquí y allá. -Que mira que es raro este Musafir...</p> <p align="justify">-A ver... umm; esto sí; esto es un rollo; jo, esta parte no se la cree nadie... ¿y esto? si no tiene gracia ni ná de ná.</p> <p align="justify">Bueno, como él no está, voy a ponerle yo un poco de color  y algo de salsa a esta historia, jeje. Ahí va:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><strong>El escenario:</strong></p> <p align="justify">Escaparate de tienda anticuada; el cartel ya no permite, por la mugre acumulada, saber qué narices se vende aquí. ¿Carne o pescado...? (A lo mejor son frutas y verduras), yo qué sé... <br /></p> <p align="justify">Ventana de cristales resecos; No quiero saber qué le ha pasado a las cortinillas. ¿Acaso eran rojas?...</p> <p align="justify">Me da igual; yo voy a lo que voy. Me muero de hambre. No voy a ser tiquismiquis por unas cortinas del jurásico inferior...</p> <p align="justify">Bueno: mis ojos al grano. Ah, allí está la mercancía; ¡Cómo le pasa el plumero la jovencita! No quiero ver la fecha de caducidad; no sea que me dé un ataque de aprensión. Los paquetes más grandes se amontonan abajo. Encima, los paquetillos más minúsculos. ¡Vaya un orden entre tanto desorden!, -digo yo.</p> <p align="justify">-¿Qué contienen?; Ni se sabe... Parece que casi formen un todo monolítico con las paredes.</p> <p align="justify">Veo un papel pegado con restos de cola sobre la pared. -Menuda publicidad raída. Revenida, como dicen en mi tierra.</p> <p align="justify">El suelo está pegajoso. Creo que fue parqué. Ni la madera se enteró de que dejó de serlo... hace décadas, por lo menos.</p> <p align="justify">Si el tubo de fluorescente no parpadease, nos permitiría ver con más claridad la mesa y las cuatro sillas de metal repintado y repintado. Nudosas al tacto, como una barandilla de barco oxidada con mil capas de pintura...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"></p> <p align="justify"><strong>La reflexión interior:</strong></p> <p align="justify">Hablo, por fin, con el ambiente, todo lleno de polvo, y le digo, como si fuera una persona real:</p> <p align="justify">-Si fueras hierro, estarías enrojecido de óxido. Porque no creo que de vergüenza.</p> <p align="justify">¡Qué pena que no seas más que papel amargo!</p> <p align="justify">-Si te mastico, me llenas de vacío; qué contradicción; casi tanto como veo en tu mirada.</p> <p align="justify">No te preocupes; no he venido a lamerte. Me mata el hambre. Quiero más que aire. Un filete de cerdo; por ejemplo...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"></p> <p align="justify"><strong>Entrando en materia...:</strong></p> <p align="justify"><strong></strong></p> <p align="justify">-¿Mil euros?; ¡qué va! Ya me dijo la gorda de tu dueña que la moneda no era convertible.</p> <p align="justify">-"Trueque, muchacho; trueque. Aquí, como los indios". -Me dijo.</p> <p align="justify"></p> <p align="justify">-Y tú, si vivieras en un cilindro, estarías realmente mareado.</p> <p align="justify">-Ya no sé cuántas vueltas al rojo vivo has dado. Vaya, ahora los expertos le llaman a esto "ciclos". </p> <p align="justify">-Y a mí que me parece que eres como un pollo asado. -"A l'ast", que dicen en mi tierra. (A no, no es en mi tierra) Bueno, no importa; !al fornu, al fornu!</p> <p align="justify">-Cosa de la modernidad; -De bits, y megabytes. Eso dice mi vecino. Los giros son de bits.</p> <p align="justify">Pues para mí siguen siendo vueltas de manivela, y de pollo rojo asado, pero bueno...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><strong>La conversación histrónica:</strong></p> <p align="justify"></p> <p align="justify">-A ver, yo quiero éste; </p> <p align="justify">-Ah, ¿pero te gusta con cresta y todo? -me interroga la chavala jovencita.</p> <p align="justify">-¡Y yo que sé!. -A mí, si es de color rojo, me parece bien.</p> <p align="justify">-Está poco hecho aún. Pero bueno, le podemos preguntar:</p> <p align="justify">-¿Qué dices ahora? ¿Le hablas a un pollo colorao empalado "rustiéndose" en una estufa de gas?</p> <p align="justify">-Tú no eres de aquí, verdad? -me pregunta la menda. -Es que tienes acento raro. Lo he notado nada más mirarte a los pies. </p> <p align="justify">-¡Joer!, no sabia que mis pies cantasen tanto... </p> <p align="justify">-Mira, guapo: el pollo no quiere irse contigo. </p> <p align="justify">-¡La madre que lo parió! ¡Qué dices tú ahora!. El bicho se hace el chulito, ¿eh?</p> <p align="justify">-Es que no le gustan tus dientes. -se ríe la muy joída.</p> <p align="justify">-¡Qué le den candela al pollo, entonces!</p> <p align="justify">-Mira, en confianza, -me dice al oído la chica: enséñame un poco tus pezones, y veré lo que puedo hacer... con este otro guarro.</p> <p align="justify">-¡Qué dices; guarra serás tú, -le respondo enfadado.</p> <p align="justify">-¡Calla, hombre!. El guarrillo que se asa también en el horno... el cerdo, vaya. No, si ya digo yo que los de tu pueblo habláis raro...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Después de abrirme la camisa, y descubrirme el pecho, al fin la chica emite su veredicto:</p> <p align="justify">-Umm, qué pena... y mira que estabas cerca...</p> <p align="justify">-¿Qué pasa ahora?. ¿No le gustan mis pezones al guarro?</p> <p align="justify">-No, no. Tu pecho le ha encantado... mira que ojitos de cordero degollado pone.</p> <p align="justify">-¡Pero si está gratinado! Y además:...  ¿no habíamos quedado en que era un cerdo? ¡A ver si me aclaras las cosas!</p> <p align="justify">-Creo que hoy no te comerás nada. Mucho pelo. Ese es el problema. Quizás una sesión de depilación láser ayude...</p> <p align="justify"> <br /></p> <p align="justify"></p> <p align="justify"><strong>La resolución</strong></p> <p align="justify">Salgo del establecimiento, rojo de ira. No entiendo nada. Me quedo sin comer. Esta gente es muy rara. Qué manera de entender el comercio. El capitalismo, ciertamente, no ha calado en su cultura. Aunque ya nos estaría bien para todos un sistema comunista; eso: ¡todos iguales! </p> <p align="justify">Lo anotaré todo en mi cuaderno rojo colorao. </p> <p align="justify">Me vuelvo, por si acaso, a mi país. No sea que al final acabe realmente preguntándole a un pollo si quiere que me lo coma... o tenga que enseñarle mi pecho sin depilar a un guarro para que me deje hincarle el diente... </p> <p align="justify"><strong>Yattá! s'acabó!</strong></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"></p> <p align="justify"><strong>El vídeo que lo resume todo...</strong></p> <p align="justify"><strong></strong></p> <p></p> <p></p> <div class="wlWriterSmartContent" id="scid:5737277B-5D6D-4f48-ABFC-DD9C333F4C5D:c67e27e6-3ba3-4e49-97ec-56a4387ce06e" style="padding-right: 0px; display: inline; padding-left: 0px; padding-bottom: 0px; margin: 0px; padding-top: 0px"><div><object width="425" height="355"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/t8jUA2nNY0E&hl=es&fs=1"></param><param name="wmode" value="transparent"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/t8jUA2nNY0E&hl=es&fs=1" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" width="425" height="355"></embed></object></div></div> <p></p> <p> </p> <p> </p> <p>En fin... espero que Musafir no me eche la bronca por hackearle, digo, ayudarle, a escribir en su blog, jeje.</p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-66593156912506902552008-07-30T18:56:00.003+02:002008-08-05T21:50:31.326+02:00Naranja<p align="justify"> </p> <p align="justify"><a href="http://lh6.ggpht.com/viajeromusafir/SJCdH-8Ke5I/AAAAAAAAAho/VkpuWuLLtTI/s1600-h/cielonaranja%5B3%5D.jpg"><img style="border-top-width: 0px; border-left-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-right-width: 0px" height="200" alt="cielonaranja" src="http://lh5.ggpht.com/viajeromusafir/SJCdIWEjZqI/AAAAAAAAAhs/pdnDEEhwVyg/cielonaranja_thumb%5B1%5D.jpg?imgmax=800" width="260" border="0" /></a> </p> <br /><br /><div style="width:220px;height:55px;"><object width="220" height="55"><param name="movie" value="http://www.deezer.com/embedded/small-widget-v2.swf?idSong=841265&colorBackground=0x00c7f2&textColor1=0xFFFFFF&colorVolume=0x003946&autoplay=0"></param><embed src="http://www.deezer.com/embedded/small-widget-v2.swf?idSong=841265&colorBackground=0x00c7f2&textColor1=0xFFFFFF&colorVolume=0x003946&autoplay=0" type="application/x-shockwave-flash" width="220" height="55"></embed></object><br><font size='1' color ='#000000' face='Arial'>Discover <a href='http://www.deezer.com/en/roge.html'>Rogê</a>!</font></div><br /><br /> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¡Qué lástima, Musafir!</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">La voz quebrada se dejaba caer en los oídos de Musafir. </p> <p align="justify">-¿Qué ocurre?, respondió al fin Musafir después de vacilar varios segundos. -¿Quién eres? ¡No te veo!</p> <p align="justify">-Estáte tranquilo. Mira al cielo nocturno, -prosiguió la voz; ¿qué ves?</p> <p align="justify">-Veo algunas estrellas.</p> <p align="justify">-Vaya, parece evidente. Es de noche.- Responde la voz, con tono irónico. ¿Es que tus ojos están cerrados; solo eso puedes decirme?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir, algo incomodado, prosigue con su descripción:</p> <p align="justify">Bueno, hoy no hay luna, y las nubes veraniegas de humedad, por suerte, esta noche no nos aprisionan. Hay mucha luz.</p> <p align="justify">-Cierto es, amigo Musafir; pero quiero que te fijes más. Observa el cielo anaranjado por la luz de la ciudad y dime: ¿no ves nada especial?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir, entre sorprendido y dubitativo, otea de nuevo el firmamento, como queriendo atravesar la incómoda luz que lo llena absolutamente todo.</p> <p align="justify">-Bueno, apenas se ven estrellas, es cierto. ¡Qué derroche de energía eléctrica, la verdad! Pero por suerte, Yanub, la estrella del Sur, sigue brillando.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Umm, ¿es esa la pobre descripción del cielo nocturno que puedes hacerme?</p> <p align="justify">Siglos transmitiéndoos conocimientos, ¿y esto es lo máximo que me puedes decir, Musafir?</p> <p align="justify">-¡Por todas las estrellas y planetas! Qué fácil resulta engañaros a los humanos, -exclama encolerizada la voz misteriosa.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">A estas alturas de la extraña conversación, los viandantes que asisten al diálogo, (que más bien parece un monólogo a dos voces), se apresuran a alejarse de Musafir. Acaso creerán que está loco, ahí sentado, de noche, hablando de estrellas y cielos, aparentemente en soledad.</p> <p align="justify">Pero en la cabeza de Musafir, la conversación con la enigmática voz continúa:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">- ¿Así que crees que esa estrella que consigue abrirse paso entre la luz cegadora de las ciudades humanas es Yanub, tu estrella del sur?</p> <p align="justify">-Pues... yo creo que sí, -responde confuso Musafir. Sale por el este, como cada noche, y se oculta al despuntar la aurora, por el oeste... No hay otra estrella que haga ese recorrido. Llevo innumerables caminos y sendas recorridos; nunca me ha fallado su posición en el cielo. Cierto es que ahora que he parado en esta gran ciudad, me cuesta más localizarla en el cielo, pero siempre está ahí, señalándome el camino...</p> <p align="justify">-La luz en verdad os ciega; ¡hombres, hombres! ¡Qué pobres sois! ¡Maldita sea! ¡Tanta riqueza material, os está volviendo pobres de espíritu...!</p> <p align="justify">-Tecnología, ciencia, matemáticas, astronomía... y al final, deambulais ciegos en las noches cada vez más naranjas de vuestros contaminados cielos. </p> <p align="justify">-Habéis matado los cielos negros; quién distingue ya entre estrellas, (ciertas o fantásticas), y planetas...</p> <p align="justify">-Musafir, ¿cómo puedes distinguir un planeta de una estrella, bajo este cielo contaminado de luz?</p> <p align="justify">-¡Ignorantes!</p> <p align="justify">La voz se parecía cada vez más a la de un viejo cascarrabias, y Musafir estaba atónito por la regañina que le estaba cayendo encima. </p> <p align="justify">Pero la voz no ceja, y sigue al ataque:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Tienes suerte de que de vez en cuando venga a visitarte, Musafir. Qué harías sin mi ayuda. Aunque, viendo lo que está haciendo tu civilización de humanos, lo que debería es apagar completamente vuestras noches; como en los tiempos de las cavernas. Ahí sí que aprendisteis a observar lo que os rodea. No como ahora...</p> <p align="justify">Después de un minuto, algo tenso, eso sí, por fin la voz se vuelve más conciliadora:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Te voy a enseñar de nuevo la profundidad de tus cielos, tal como eran antes, Musafir.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y la voz empezó a narrarle cómo los hombres primitivos descubrieron el movimiento de los astros, de la Tierra, del sol; y todos los ciclos que marcan el  acontecer de los cielos, cuando estos eran negros.</p> <p align="justify">Cada vez más tenue, casi un susurro, hasta que Musafir se relaja, y cae finalmente dormido; sobre un banco de piedra; en mitad del bullicio nocturno de la ciudad que nunca duerme...</p> <p align="justify">El cielo empieza a girar sobre su cabeza, cada vez más rápido; los edificios a su alrededor, se desvanecen, como a cámara rápida; como si alguien, intencionadamente, hubiera decidido retroceder aceleradamente en el tiempo. Las figuras de las personas que observan a Musafir dormido se alargan, y se vuelven grises. Estiradas, desaparecen engullidas por el entorno que parece un papel arrugado. Musafir pierde las coordenadas de espacio y tiempo. Retrocede, retrocede... días, años, siglos.... parecen milenios hacia atrás en el tiempo. </p> <p align="justify">Al final, todo se detiene. Ni rastro de civilización. Silencio. Oscuridad absoluta. Sólo ha quedado el banco de piedra. Y sentado sobre él, Musafir.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¿Qué tal el viaje?</p> <p align="justify">La voz, cercana, asusta a Musafir. </p> <p align="justify">Junto a él, en el mismo banco, un anciano. Vestido con túnica blanca. Pelo canoso y larga barba, rematado todo él por una especie de gorro puntiagudo. Su voz, es la misma voz.</p> <p align="justify">-¡Hola Musafir!. Sí, soy yo, no te asustes.</p> <p align="justify">-Pero, no entiendo... ¿Qué hago aquí?, -pregunta Musafir a su acompañante, a cuya voz por fin le ha puesto rostro.</p> <p align="justify">-Cada cosa a su tiempo, Musafir. Ahora lo principal no es eso. Mira al cielo. ¿Qué ves?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir ya se ha calmado un poco, y por fin se incorpora sobre el banco. Abre bien los ojos, y alza la vista.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">El espectáculo era fantástico. Cielo negro infinito; estrellas que son un océano; y nebulosas, y galaxias que Musafir creía tan solo accesibles a telescopios y otros aparatos de alta resolución, se desvestían, y aparecían claras, nítidas en medio de aquella negrura primordial.</p> <p align="justify">-¿Ves ahora lo que te quiero decir?</p> <p align="justify">El misterioso personaje con pinta de mago Merlín señala al cielo, mientras toma de la mano al sobrecogido Musafir.</p> <p align="justify">-Ese es el gesto de sorpresa, Musafir. Cientos de miles de años de evolución... pero seguis siendo humanos, al fin y al cabo. Por eso me gustais en el fondo. Ese sentimiento que emanan tus ojos, es el que movió a tus antepasados. A hacerse preguntas; a observar; a "ver" en definitiva...</p> <p align="justify">-Ahora díme, Musafir, ¿es acaso aquella tu estrella del sur, Yanub?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir ya no puede borrar de su rostro la maravilla que se levanta sobre él. Y apenas puede responder, de lo embobado que está.</p> <p align="justify">-Pues... no sé. Estoy algo confuso. -Responde Musafir. De repente, me siento como si me hubieran limpiado los cristales de unas gruesas gafas. Todo es más nítido. No recuerdo cielos así; y Yanub tiene un extraño brillo. Me confunde su manera de brillar... No sé si lo que estoy viendo es real o ficción...</p> <p align="justify">-Ya vas entendiendo, Musafir. Quiero que se te grabe en la memoria lo que estás viendo.</p> <p align="justify">Lo que tus ancestros tardaron milenios en comprender, ha sido olvidado en apenas un siglo de luz eléctrica. ¿Lo ves?</p> <p align="justify">¿Acaso recuerdan ya los tuyos la diferencia entre la luz que emite un planeta o una estrella?</p> <p align="justify">-¿Son capaces los niños de tu barrio de contarme las historias de los mitos, como lo hacían en la antigüedad, escribiéndolas en las constelaciones del cielo...?</p> <p align="justify">-La Osa Mayor, la Osa Menor... te dirá apenas un chaval;  ¡si hoy en día apenas se ve el cielo...! </p> <p align="justify">-Sois de nuevo analfabetos, a pesar de toda vuestra ciencia.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¿Cuál es la diferencia entre un planeta y una estrella entonces?- reclama excitado Musafir a su acompañante.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Al fin, el viejo, con ese aire de maestro de escuela clásica, se levanta del banco, alza su vara, y recogiéndose la túnica, responde:</p> <p align="justify">-Una estrella es un astro con luz propia y por lo tanto su luz parpadea; un planeta, por el contrario, no tiene luz propia y refleja únicamente la luz del sol; es por eso que su luz parece fija.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir mira de nuevo al cielo, y reflexiona.</p> <p align="justify">-Entonces, ese punto que aparece en el sur, este verano, ¿no es Yanub, mi estrella?</p> <p align="justify">-¿Acaso parpadea su luz, Musafir?</p> <p align="justify">-No, -responde algo decepcionado Musafir.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Parece mentira que sólo un astrónomo pueda decirte que ese punto iluminado que has confundido con una estrella, no es más que un planeta.</p> <p align="justify">-Pero, ¿cómo brilla con tanta fuerza? </p> <p align="justify">-Dime, ¿de qué planeta estamos hablando? ¿Acaso Marte? en el colegio nos enseñaron que su brillo era rojizo y este, es blanco.</p> <p align="justify">-Pequeño Musafir, tienes mucho que aprender aún; pero esta noche, al menos, resolveré tus dudas:</p> <p align="justify">Ese punto enorme blanco que acompaña tus noches durante este mes de julio, no es otro que el planeta Júpiter. Brilla tanto que incluso en los cielos saturados de luz es capaz de llamar la atención. Los griegos y los romanos ya lo sabían. Y éstos, a su vez, lo aprendieron de pueblos aún mucho más antiguos. No es raro entonces, que Júpiter sea identificado con el Padre de los Cielos: "Júpiter, Dyeus Pater, Zeus..."</p> <p align="justify">Todos los pueblos antiguos conocían de su existencia, y todos le dieron un lugar preferente en sus mitologías para explicar el origen de las cosas... </p> <p align="justify">Obsérvalo, hacia el sur, cada noche; lo más alejado de la civilización que puedas. Y piensa cada vez que lo hagas en lo que esta noche te he contado. </p> <p align="justify">Aunque no te lo creas, su gran masa, y su cercanía, están influyendo en ti. Y no es cosa de astrólogos; es pura ciencia, Musafir. Al igual que la luna crea las mareas, este verano, déjate influir por la atracción gravitacional de Júpiter. </p> <p align="justify">Ojalá que los cielos vuelvan alguna vez a ser negros; y que así las historias de los antiguos no se olviden... devoradas, -qué ironía, por esa "luz" que siempre ha sido sinónimo de progreso humano...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">La voz va apagándose de nuevo. Musafir parece entrar en un suave sueño. El cielo vuelve a dar vueltas, y los edificios, la gente, la luz de las farolas vuelve rápidamente a inundar su noche.</p> <p align="justify">Repentinamente despierto, Musafir está sentado en el banco de piedra; solo.</p> <p align="justify">Cielo naranja.</p> <p align="justify">No hay nubes de humedad.</p> <p align="justify">Cree Musafir que se ha quedado dormido sobre el banco de piedra; a la vista de toda la gente... y que todo no ha sido más que otro de sus sueños...</p> <p align="justify">Alza sus ojos al firmamento, hacia el sur. </p> <p align="justify">Deben de ser las doce de la noche.</p> <p align="justify">Y a pesar de los edificios, y toda la luz, allí está: Júpiter brilla.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">¿Dónde estará entonces Yanub...?</p> <p align="justify">-¿Quién era el viejo que le ha contado toda esta historia?</p> <p align="justify">Quizás tanta luz naranja, ciertamente le deslumbra...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"></p>Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-10977368335907968722008-07-11T20:07:00.004+02:002008-07-30T19:16:31.695+02:00Azul<p align="justify"><a href="http://lh5.ggpht.com/viajeromusafir/SHehexA-VwI/AAAAAAAAAhY/FfdyP2HaF6s/s1600-h/azulblue%5B7%5D.jpg"><img style="BORDER-TOP-WIDTH: 0px; BORDER-LEFT-WIDTH: 0px; BORDER-BOTTOM-WIDTH: 0px; BORDER-RIGHT-WIDTH: 0px" height="260" alt="azulblue" src="http://lh5.ggpht.com/viajeromusafir/SHehfWzcvJI/AAAAAAAAAhc/tdssHK4Fluw/azulblue_thumb%5B5%5D.jpg?imgmax=800" width="200" border="0" /></a> </p><p align="justify"></p><p align="justify"></p><br /><br /><div style="WIDTH: 220px; HEIGHT: 55px"><object height="55" width="220"><param name="movie" value="http://www.deezer.com/embedded/small-widget-v2.swf?idSong=114849&colorBackground=0x00c7f2&textColor1=0xFFFFFF&colorVolume=0x003946&autoplay=0"><embed src="http://www.deezer.com/embedded/small-widget-v2.swf?idSong=114849&colorBackground=0x00c7f2&textColor1=0xFFFFFF&colorVolume=0x003946&autoplay=0" type="application/x-shockwave-flash" width="220" height="55"></embed></object><br /><span style="font-family:Arial;font-size:78%;color:#000000;">Discover <a href="http://www.deezer.com/en/bebel-gilberto.html">Bebel Gilberto</a>!</span></div><br /><br /><br /><p align="justify">Todavía hay noches en que Musafir piensa con palabras escritas en azul.</p><p align="justify">Tan azules, que sus ojos casi se confunden reflejados en cielo de tarde luminosa.</p><p align="justify">Azul; blue, blau, urdina, bleu, Blau, azraq...</p><p align="justify">Palabras mixtas para un mismo color.</p><p align="justify">Y azul, de mar, no lo imaginó Musafir hasta varios años después de su alumbramiento.</p><p align="justify">Que azul de Sierra, y Roca brillante ya le dejó imprenta clara nada más nacer; al dar los primeros pasos.</p><p align="justify"></p><p align="justify">Pero azul de mar, no fue azul; fue "blau":</p><p align="justify">Blau de la mar; serena i mediterrània.</p><p align="justify">Blau de lluna reflexada; i nits de foscor allunyada. Com un mirall d'argent tou.</p><p align="justify">Va descobrir Musafir a voramar, els seus peus banyats per la sal i la sorra; blaves, clares.</p><p align="justify"></p><p align="justify">Dice que sus antepasados fueron marineros; cazadores de ballenas. Siempre miraron con ojos azules al mar; pero este no era azul:</p><p align="justify">Era "urdina": Urdina itsaso handia bezala; ur urdina iturrietan; zure begi urdinak bezala eta...</p><p align="justify"></p><p align="justify">Que descubrió un paraíso meridional donde los niños pintaban las puertas de azul;</p><p align="justify">Allí donde Musafir le vio por fin los colores a la libertad, las puertas brillaban bajo el sol, ciertamente, pero no eran azules: eran "Al-Abuab Az-zarqâ..."</p><p></p><p>Pasaron los años; volvió a mojarse Musafir. Creyó que el agua densa reflejaba el azul del cielo. Sus pies se congelaron. Pero el agua ya no era azul. Der Fluss ist nie mehr blau...</p><p></p><p>Always, all ways, blue</p><p>La vie, la voie, en bleu.</p><p></p><p>Azul</p>Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-663002503984877142008-05-24T00:03:00.001+02:002008-05-24T00:10:47.290+02:00Un hombre; tu nombre.<p> </p> <p><a href="http://lh6.ggpht.com/viajeromusafir/SDc_Ol2IQaI/AAAAAAAAAhI/d0nmE4LapZw/s1600-h/pencil%5B4%5D.jpg"><img style="border-top-width: 0px; border-left-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-right-width: 0px" height="154" alt="pencil" src="http://lh5.ggpht.com/viajeromusafir/SDc_PV2IQbI/AAAAAAAAAhQ/6mwPnpeW1iY/pencil_thumb%5B2%5D.jpg?imgmax=800" width="192" border="0" /></a> </p> <p> </p> <p align="justify">Musafir mira de reojo al personaje que está sentado en la otra mesa. Advierte, con disimulo, cómo el hombre, de mediana edad, garabatea sin parar sobre el periódico que tiene junto a la taza de café. </p> <p align="justify">Qué debe estar escribiendo, se pregunta Musafir, que ya no le quita el ojo de encima.</p> <p align="justify">Aspecto algo descuidado; las gafas repegadas en los diminutos ojos; una barba canosa de una semana, por lo menos; pero las manos, impecables. El lápiz con el que está literalmente "grafiteando" el diario, no puede soportar casi la velocidad de esas manos. Manos que parece que se quieran atropellar entre sí; como si el cerebro no fuera quien diera la orden de ir juntando las letras... casi parece escritura automática; esa que tanto les gusta representar a los guionistas de  Hollywood en sus películas de sucesos paranormales.</p> <p align="justify">Y sin embargo, a pesar del trajín evidente que se desborda de la pequeña mesa, el rostro de este hombre está visiblemente sereno. Como si la carrera de manos, lápiz y papel rallado no fuera con él.</p> <p align="justify">En ese preciso instante, el repentino tono de llamada de su móvil, acaba por quebrar el espectáculo.</p> <p align="justify">Ni diez segundos al teléfono; y dos o tres murmullos, asintiendo con la cabeza, para que el señor saliera precipitadamente del local. Apenas un billete de 5 euros solapado debajo del platillo del café y, con las prisas, el periódico, manchado de café y palabras escritas encima con lápiz se queda huérfano sobre la mesa.</p> <p align="justify">Musafir, que parece ser el único testigo de tan peculiar función de teatrillo vespertino de cafería de barrio, no puede comerse las ganas de curiosear en el periódico abandonado que yace, aliviado quizás, (si tuviera alma), de su tortura de lápiz y magreo enérgico.</p> <p align="justify">Así que antes de que el chico del bar recogiera las sobras del café y se cobrara los cinco euros, Musafir adopta momentáneamente al ejemplar de prensa escrita. Dispuesto a leer lo que su anterior propietario había escrito encima. </p> <p align="justify">Pero la letra era realmente horrible; y el café derramando no ayudaba a la misión de entresacar las palabras emborronadas.</p> <p align="justify">Ya con un poco más de empeño, al final, consigue Musafir interpretar la grafía atormentada que era casi ilegible.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">El chaval de los cafés ya ha tenido la agradable sorpresa de encontrarse los cinco euros bajo el platillo del café del escritor acelerado; y mientras, Musafir va leyendo con cara de asombro, las palabras escritas sobre la portada del periódico.</p> <p align="justify">Asombro, e interrogación se puede leer ahora no ya escrito, sino en el gesto de Musafir. Como si de una revelación se tratase, Musafir se empapa del papel; Se lo acerca a los ojos, y lo va girando, intentando seguir la senda dejada por las palabras escritas con prisa; buscando los huecos entre los titulares en negrita que anuncian que se acerca la crisis inmobiliaria, y que el petróleo está por las nubes, y los recuadros de publicidad.</p> <p align="justify">-¡No puede ser! -exclama por fin Musafir.</p> <p align="justify">Pero, ¿cómo es posible?. </p> <p align="justify">Ahora quien estaba realmente alterado era Musafir. Y las consecuencias de este estado de excitación las volvió a sufrir, como era de esperar, el malogrado periódico; que ya más bien parecía un viejo papel de estraza, de esos que se usan para envolver el pescado; entre gris y marrón, que de nuevo, volvía a recibir un baño de bebida estimulante. En este caso, parte del té verde con menta que se estaba tomando Musafir y que se desparramaba sin límites por el diario.</p> <p align="justify">Musafir se levanta con prisas, y deja caer una moneda de 2 euros sobre la mesa. Acto seguido sale disparado por la puerta de la cafería y se pierde, corriendo, calle abajo.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pero, ¿que narices ponía en el periódico, me pregunto yo, en este punto de la historia, para que Musafir salga corriendo así?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">En el Café, el muchacho que recoge las mesas está que no cabe de alegría: en menos de media hora, un café solo y un té verde con menta, por siete euros, de los cuales cuatro y medio se los ha llevado de propina...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pero ya está claro el misterio del periódico.</p> <p align="justify">Ahora ya sé quién era el escritor acelerado.</p> <p align="justify">Ahora ya sé por qué Musafir salió tan apresurado del local; se fue tras el personaje que escribe siempre con el lápiz.</p> <p align="justify">Porque Musafir y yo sabemos quién és.</p> <p align="justify">Porque, aunque el Nombrador de Cosas se disfrace de escritor trasnochado, nosotros lo conocemos; y él a nosotros también.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Porque, en el periódico, que recogí antes de que se lo llevara el camarero, ya sabemos lo que estaba escrito.</p> <p align="justify">Porque a nosotros, Kátib, nuestro hacedor de historias, nuestro nombrador de cosas, no nos puede engañar tan fácilmente.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ahora ya sabemos lo que le pasaba en estos últimos meses; Esa repentina falta de inspiración... esos ataques de melancolía. Kátib estaba realmente sufriendo. </p> <p align="justify">Las razones no las desvelará Musafir; que el pobre ahora ya tiene bastante en atrapar a Kátib que se le escapa por la calle.</p> <p align="justify">Y que nadie me pregunte quién llamó a Kátib por teléfono...</p> <p align="justify">Porque sólo Musafir realmente lo sabe...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Esto estaba escrito en el diario:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">"Un hombre; tu nombre". </p> <p align="justify">"Un hombro, ¡qué hambre de ámbar!" </p> <p align="justify">"Ya no me nombra tu sombra."</p> <p align="justify">"Lamer, limar... la mar. Amar a mar."</p> <p align="justify">"Por ti di mi vida; mi vid... David."</p> <p align="justify">"¡Ora, ahora!... llegó tu hora."</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">"Me cuesta tanto ponerte nombre..."</p> <p align="justify">"Cada vez me cuesta más ponerte nombre..."</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">El periódico, lo guardo yo. Ya se lo daré a Musafir para que se lo devuelva a Kátib; nuestro "hacedor de historias"; nuestro "nombrador de cosas"...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"></p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-9780374809122655742008-04-30T01:28:00.003+02:002008-04-30T01:40:29.333+02:00Papel de Amsterdam<p align="justify"></p><p align="justify"><a href="http://lh6.ggpht.com/viajeromusafir/SBevLy8LdYI/AAAAAAAAAgw/TmnuPOy9LAg/s1600-h/amsterdam%5B9%5D.jpg"><img style="BORDER-RIGHT: 0px; BORDER-TOP: 0px; BORDER-LEFT: 0px; BORDER-BOTTOM: 0px" height="260" alt="amsterdam" src="http://lh5.ggpht.com/viajeromusafir/SBevMi8LdZI/AAAAAAAAAg4/5CDueA3U2vk/amsterdam_thumb%5B7%5D.jpg?imgmax=800" width="200" border="0" /></a> </p><p align="justify"></p><p align="justify">Sólo te ha quedado Amsterdam, Musafir.</p><p align="justify"></p><p align="justify">Aún recuerdo cuando vi por primera vez aquel río, entre bosques de un verdor puramente mágico y aguas expresivamente salvajes. Que era un pequeño arroyo de las Montañas Rocosas, dijiste, casi inexplorado, y aun menos habitado... en ese, ya casi lejano, final de siglo XX.</p><p align="justify">No hizo falta que me dieras más pistas. Vi en tus ojos el reflejo de todo un continente; abierto a ser caminado; a ser respirado y vivido. </p><p align="justify">Me consolé en el recuerdo de árboles y agua de papel. Jamás respiré; y quién dijo, tampoco viví. A pesar de tu insistencia. De tus sombras azules...</p><p align="justify"></p><p align="justify">Y se mojaron mis rodillas en otras aguas; recorrieron mis venas las corrientes de ríos septentrionales. No ya en América; sino en la vieja Europa. Y anduve más de una década descifrando, de nuevo, barcos fluviales de papel; acartonado ya por el tiempo. </p><p align="justify">Pero no me quedó ni la palabra escrita. Que la tinta ya no me emocionase, era lógico; pero, ¿adónde fue el alma de las palabras?</p><p align="justify">Se las tragó, ya sabes quién: El muro.</p><p align="justify"></p><p align="justify">Y me enseñaste aquella foto del trozo de muro de Berlín, ¡vaya!, ¿otro muro, Musafir? . Sí, me dijiste que una vez dividió toda una ciudad, todo un país. Que murió gente por intentar atravesarlo. </p><p align="justify">Una vez unió, más que separó; el muro; no aquel de Berlín. El muro; el de casa. El que me tatuaste en la brisa rosada de mi frente.</p><p align="justify"></p><p align="justify">Pero al final, el papel se rasgó. Con ese rasgar amarillo viejo que adquieren los papeles rancios. Esos que se ha merendado el sol en tardes de verano; en esas que un día me soñaste; en esas que un día me pensaste con tus dilemas violetas.</p><p align="justify">Probablemente no supe respirarte; como tampoco te viví por aquellos recovecos de los ríos vírgenes de las Rocosas; y mucho menos por los maltrados de esta nuestra Europa.</p><p align="justify">Porque, cuando me di realmente cuenta, tu paisaje de cumbres afiladas me había abandonado.</p><p align="justify">Cuando quise despertarme, sólo me habían quedado las llanadas, y las aguas remansandas.</p><p align="justify">Alguien se encargó de limar las montañas; o lamer. Sólo vi, así, con la mirada, la mar...</p><p align="justify"></p><p align="justify">Ahora miro tu calor congelado, verde no ya de bosque, sino de veneno de enanos verdes; y repaso tus preguntas, apenas moradas, no ya de incógnita, sino de asfixia de capirote de nazareno... </p><p align="justify">Ya no veo sino canales y bicicletas al borde de un canal. A punto de caer.</p><p align="justify">Sólo veo Amsterdam.</p><p align="justify">Sólo me ha quedado devorarme los viejos canales marrones de un Amsterdam de papel manchado de café.</p><p align="justify">...</p><p align="justify"> </p><p align="justify">Y en esto, Musafir se acabó el café que estaba tomando, en silencio. Y al dejar la taza sobre la mesa, reparó en el dibujo de la servilleta: un mapa, precisamente de Amsterdam, del siglo XVIII, con la siguiente descripción en latín <strong>"Amstelodami Veteris et Novissimae Urbis Accuratissima Delineatio" .</strong></p><p align="justify"></p><p align="justify"><strong></strong></p><p align="justify">A Musafir le pareció curiosa la coincidencia, y llamativo el soporte para un plano. Así que se llevó la original servilleta de recuerdo.</p><p align="justify"></p><p align="justify">(Lo que no sabe Musafir, es que quizás encontrarse esa servilleta en su mesa no fue tan casual como él cree...)</p>Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-63284194096639981412008-03-27T21:40:00.001+01:002008-03-27T21:40:10.581+01:00Desde el Yucatán a Calistoga...<p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><a href="http://lh4.google.com/viajeromusafir/R-wGIJa3yUI/AAAAAAAAAgI/KZ-hdw9AMEE/j0409243%5B5%5D.jpg"><img style="border-top-width: 0px; border-left-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-right-width: 0px" height="179" alt="j0409243" src="http://lh6.google.com/viajeromusafir/R-wGIpa3yVI/AAAAAAAAAgQ/0CV7Iyg-JH4/j0409243_thumb%5B3%5D.jpg" width="219" border="0" /></a> <a href="http://lh6.google.com/viajeromusafir/R-wGJpa3yWI/AAAAAAAAAgY/CVDVWI6MoLE/CalistogaWater%5B14%5D.jpg"><img style="border-top-width: 0px; border-left-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-right-width: 0px" height="180" alt="CalistogaWater" src="http://lh4.google.com/viajeromusafir/R-wGKJa3yXI/AAAAAAAAAgg/JaIy3S_GlYY/CalistogaWater_thumb%5B10%5D.jpg" width="200" border="0" /></a></p> <p align="justify">A Musafir, este viajero virtual, más que de facto, a veces también sale de "viaje".</p> <p align="justify">Y suele ocurrir, como en todo viaje sin preparar ni organizar, (excluímos aquí lo que sería más bien un tour), que siempre las expectativas del mismo, superan a cualquier idea que uno tiene preconcebida.</p> <p align="justify">Hace varias semanas, estuvo Musafir por las costas de México. (Bueno, virtualmente, de nuevo). Viaje de placer, relax, pero aderezado con pinceladas de cultura maya.</p> <p align="justify">Allí, entre complejos hoteleros españoles, rodeado de cocoteros y con el merengue sonando a todo trapo, Musafir se relaja en una tumbona, en una idílica playa de arena de coral blanco. En estas estaba Musafir, cuando una pequeña niña maya se le acercó.</p> <p align="justify"><em>-Hola, guapa, ¿cómo te llamas?</em></p> <p align="justify">La niña sonríe, sin decir palabra.</p> <p align="justify">-<em>Bueno, y cómo se llama este lugar tan bonito, lleno de ruinas mayas al borde del mar?, le pregunta enseñándole una foto de un folleto a todo color.</em></p> <p align="justify">"<em><strong>Ci u than</strong>",</em> respondió al fin la pequeña, poniendo cara de extrañeza y muerta de risa.</p> <p align="justify"><em>-¿Cómo dices? </em></p> <p align="justify"><i>-"<strong>Yuk ak katan"</strong></i></p> <p align="justify"><em>-Ah, quieres decir ... ¡Yucatán!</em></p> <p align="justify">Los demás niños que estaban por allí jugando, no paraban de reírse, ante la evidente intriga de Musafir.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">El camarero, que también era maya, fue quien le dio la pista a Musafir:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Esos pequeños... no hablan español. Hablan en <strong>maaya t'aan</strong> (lengua maya).</p> <p align="justify">-Las ruinas del folleto (le explica amablemente), son las de <strong>Tulum</strong>. Los chavales se han reído, porque han reconocido el lugar. En maya, <strong>Tu'ulum</strong>, siginifica: <strong>"Cueva del Conejo".</strong></p> <p align="justify">Y<strong> "Yuk ak katan"</strong>, o "<strong>Ci u than"</strong>, quiere decir, en lengua maya, "<em><strong>no entiendo tu lengua, o no te entiendo</strong></em>". </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y es más que probable que este fuera el origen del nombre que se le dio a esta región de México: El Yucatán.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Bueno, pues ya sabemos lo que les pasó a los primeros colonos españoles cuando llegaron a la "<strong>Riviera Maya</strong>".</p> <p align="justify">Hemos empezado bien, ¡eh, Musafir! Sin saber lo que te querían decir unos niños mayas, jeje...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Luego te ilustraré, narrador. Pero sigue, sigue contando mis aventuras...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Bueno, no te enfades Musafir, y déjame que siga contando por dónde has ido.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ahora que ha pasado la Semana Santa, contaré que estuviste también por <strong>Sevilla.</strong></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">"Sevilla tiene un color especial" como dice la canción. Y unos orígenes lejanos en el tiempo, diría yo.</p> <p align="justify">¿Quedará algún sevillano nativo, que nos cuente algo de la historia de la fundación de Sevilla? </p> <p align="justify">Bueno, quitando al guía que va vestido de romano, poca cosa más.</p> <p align="justify">Quizás no muchos sevillanos sepan que el nombre de su ciudad es de origen tartésico. (Esa misteriosa civilización que se asentó en el valle del Guadalquivir).</p> <p align="justify">Spal fue su nombre de bautizo. Luego se la conoció como Hispal. </p> <p align="justify">No parece que tenga nada que ver con Hispan, o Span, que según parece es el nombre que se le dio a Hispania, por los conejos (de campo), que en ella habitaban.</p> <p align="justify">Esto se lo explicó a Musafir otro guía, allí en Sevilla, (no ya vestido de romano), sino disfrazado de ... ¡conejo gigante con orejas y todo! jeje.</p> <p align="justify">Y también le contó que los romanos la llamaron Hispalis. (Bueno, ya sabes cómo eran los romanos: <strong>Colonia Iulia Romula Hispalis</strong>). Y que luego llegaron los árabes, y como no sabían decir la letra <strong>P</strong> con la <strong>A</strong>  o sea "pa",  la transformaron en "<strong>bi". Y </strong>lo que era para los romanos: "<strong>Colonia no sé qué</strong>... <strong>Hispalis",</strong> que para los árabes acostumbrados a no escribir las vocales en su idioma, era más que largo, se dijo en árabe andalusí<strong>:</strong>  <strong><em>Ishbiliya</em>  <strong><font size="5">أشبيليّة</font></strong></strong></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">¡Vaya con los musulmanes! Prácticos y ahorradores.</p> <p align="justify">En resumen, que la <strong>Sevilla</strong> de hoy en día no es más que la Spal de los tartessos, pronunciada por diversos pueblos a lo largo de la historia.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Lo que me vas a contar de nuevo, Musafir, es esa historia de un <strong>japonés</strong> en Sevilla, en pleno siglo XVII.</p> <p align="justify">¿También llevaba su cámara digital encima?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir levanta la ceja, y me echa una de sus miradas fulminantes.</p> <p align="justify">-Bueno, narrador,  ya veo que como te conté la historia por encima, no te la terminas de creer. Así es que ahora me toca a mí hablar.</p> <p align="justify">Te voy a dar alguna pista:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¿Conoces a alguien que se llame de apellido <strong>Japón</strong>?</p> <p align="justify"><em>-¿"Japón"?</em> ... espera. A ver, mira que no me gusta el fútbol, pero si no recuerdo mal, había un árbitro de la liga que se llamaba Japón, no sé qué...</p> <p align="justify">-Cierto. "<strong>Japón Sevilla"</strong>, para ser exactos.</p> <p align="justify">-¿Y qué tiene que ver un árbitro de fútbol con un samurai en la Sevilla de 1620?</p> <p align="justify">-Pues más de la que parece:</p> <p align="justify">Mientras estuve en Sevilla, aproveché para acercarme a Coria del Río. </p> <p align="justify">Allí encontré <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRBNljIKHiF7qEYuIfHI9DQ6-GWMtdN3VWGWlMCfdWDeMQNTq9Rru1l-5budjv5vvnRXuJIcxFP2mbwo9w1LOOYy9WRRfKbLRJCliC9RQewP3WW1GkBy5F2o8vw6h97KdUCf5j/s1600-h/japones.jpg">esta estatua</a>, y me contaron la historia de <b>Hasekura Rokuemon Tsunenaga</b> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">¿De quién has dicho?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><b>-(支倉六右衛門常長, <i>Hasekura Rokuemon Tsunenaga</i>)</b></p> <p align="justify">Aunque se le conoció también por el nombre de <strong>Felipe Francisco Faxicura,</strong> una vez bautizado.</p> <p align="justify">-Estos curas, haciendo "amigos hasta en Japón"</p> <p align="justify">-Déjame seguir:</p> <p align="justify">Este samurai estuvo en Coria del Río, antepuerto fluvial de Sevilla en 1615. Vino como embajador de un gobernante japonés, a establecer acuerdos comerciales con el rey español Felipe III y cuando regresó a su país, algunos de los japoneses que con él viajaban se quedaron en la ciudad. Así, los descendientes de aquellos llevan todos el apellido "<strong>Japón</strong>". Y hoy más de 600 personas aún se apellidan... Japón.</p> <p align="justify">Japoneses y árabes en Sevilla... umm. Hace siglos, una rareza. hoy sólo tienes que pasearte por la Plaza de España...</p> <p align="justify">-No me interrumpas.</p> <p align="justify">Perdona.  ¿Dónde más has estado, Musafir?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Pues estuve también en las montañas suizas, entre vacas y montañas nevadas.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Bueno, supongo que en la tranquila Suiza no te encontarías a samurais japoneses bailando sevillans, no? jeje.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-No, es cierto. En Suiza ya sabes lo que les gustan los relojes. Y lo cabreados que están de que los japoneses les copiaran el invento de "dar la hora".</p> <p align="justify">-Claro.</p> <p align="justify">-Por cierto, ¿wie spät ist es?</p> <p align="justify">-¿Qué?</p> <p align="justify">-Que me digas la hora.</p> <p align="justify">-Ah, en alemán: "Es ist sieben uhr."</p> <p align="justify">-Muy bien!. Y dónde has mirado la hora. En tu <strong>reloj de bolsillo</strong>, no? (Que ya sé que eres un antiguo, jeje)</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Pues mira, sí. Llevo un "<strong>Taschenuhr</strong>" de mi abuelo, como se diría en Suiza.</p> <p align="justify">-¡Error!</p> <p align="justify">-¿Y eso?. ¿No lo he dicho bien?</p> <p align="justify">-Sí. Aunque en Basilea, (que hablan la variante suiza del alemán), el <strong>"Schwyzerdütsch", </strong>se reirían de ti.</p> <p align="justify">-Allí di que llevas un <strong>Kellöretli.</strong></p> <p align="justify">-¿Cómo? -¡Pero eso no es "alemán"!</p> <p align="justify">-Pues sí y no... A ver:</p> <p align="justify">-Pregúntame la hora en francés:</p> <p align="justify"><strong>-"Quelle heure est-il?"</strong></p> <p align="justify">-¡Muy bien!. Pues ahora piensa que eres un suizo que hablas alemán y pronuncia la frase rápido:</p> <p align="justify">-/quil-er-et-il/ /quil-er-et-il/... Vale, ya lo veo: <strong>Kellöretli</strong> es "quelle heure est-il?"</p> <p align="justify">¡Ya vas progresando! Los suizos copiaron, (en este caso a los franceses), la frase para referirse a un reloj de bolsillo de los de antes...</p> <p align="justify">-No te rías Musafir de mi, ¡eh! ¡Vámonos de Suiza, anda!. Vuelve a la península, que me lías con tus acertijos.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-De acuerdo, narrador: ¿qué te parece seguir por las montañas? Por los valles del Pirineo, por ejemplo...</p> <p align="justify">-Qué bonito, Musafir. Hace años que no estoy yo por los Pirineos...</p> <p align="justify">-¡Pues volvamos al valle de Arán!</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Me encanta todo de este pequeño valle entre montañas, Musafir. Y me recuerda años de infancia, correteando como Heidi y Pedro, detrás de las vaquitas...¡ay!</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Bueno, bueno. No te me pongas sentimental ahora. </p> <p align="justify">Yo lo que quería que supieras es que en el valle, se habla aranés. Una variante gascona del occitano, o lange d'òc.</p> <p align="justify">Pero que curiosamente, tiene nombre de origen vasco.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¿Vascos también en esta parte de los pirineos? -le pregunto a Musafir algo extrañado.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Claro. <strong>Arán</strong>, es un nombre <strong>aranés.</strong> Pero el origen de la palabra es "<strong>haran</strong>". O sea, <em>"valle",</em> en vasco.</p> <p align="justify">"El valle del Valle".</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">[<strong>Ring, ring]  !!</strong></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Anda, ¡coge el teléfono!</p> <p align="justify"><<Y, después de media hora de conversación...>></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Bueno, narrador; ya habeis hablado un buen rato, no?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Sí. Era mi amiga <strong>Gotzone</strong>, de Barakaldo.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Le podías preguntar a Gotzone si habla vasco.</p> <p align="justify">-¡Pues claro que habla vasco!</p> <p align="justify">-¿Y sabe que su nombre se lo inventó un tal <strong>Sabino Arana</strong>? ¿Y que además no era <strong>euskaldún</strong> de nacimiento?</p> <p align="justify">-¡Qué dices!, <strong>Gotzone</strong> es un nombre, ¡vasco, vasco!</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Pues te diré que, (con un pie en el valle de Arán, y con otro pensando en Sabino Arana, que también tiene apellido de valle),  que "<strong>Gotzone"</strong> es invención suya.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-A ver, explícame eso, que no lo entiendo. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Sabino Arana, que fue el fundador del PNV, tenía muchas ideas en la cabeza. Entre otras, y la que aquí me interesa comentarte, estaba la de euskaldunizar nombres de persona, o de objetos; para que fueran más vascos, vascos.</p> <p align="justify">Y como era muy católico, empezó por coger el santoral. Le debió parecer que "<strong>Aingeru</strong>", (que es como se dice en vasco "<strong>Ángel</strong>"), era poco euskaldún. Así, propuso "<strong>goi-gizon</strong>" o sea, <strong>"hombre de arriba, elevado</strong>"... para decir <strong>ángel</strong>: el resultado: <strong>gotzon</strong>, (masculino) y el que tuvo más éxito: <strong>Gotzone</strong>, o sea "<strong>Ángela</strong>", o "<strong>Mª Ángeles</strong>" en femenino.</p> <p align="justify">Al principio, los curas eran contrarios a bautizar a las criaturas con esos nombres... pero al final... claudicaron.</p> <p align="justify">Lo que no hicieron en otras partes de España, (aceptar nombres en sus lenguas propias), lo hicieron con unos nombres inventados por un señor, que además no hablaba vasco como lengua materna... </p> <p align="justify">Así es que si a tu amiga no se molesta, puedes decirle que su nombre significa <strong>Ángela</strong>. (Aquí y en la China, que dijo un tal Josep Lluís) jeje.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pero venga, vete colgando el teléfono, que tenemos que seguir el viaje. </p> <p align="justify"><strong>-"Eseki ezazu telefonoa"</strong> (cuelga el teléfono) me ha dicho Gotzone en vasco, mientras te escuchaba, un poco enfadada.</p> <p align="justify">-Dile que Sabino diría "<strong>Eseki urruzkina</strong>". Y no me preguntes por qué "<strong>teléfono</strong>" se puede decir también "<strong>urruzkina</strong>" en vasco. Sabino Arana ya no está vivo para preguntarle...</p> <p align="justify">-Pero, eso no es ninguna sorpresa, Musafir ¿no? Es que se da por hecho que todas las palabras de origen moderno se tienen que parecer en todos los idiomas... "Teléfono", "telephone"...  Hasta en árabe se dice <strong>"tilifún". </strong>Para un idioma que busca su propia denominación...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Pues mira, que el ejemplo que me has puesto al final, casi te da la razón:</p> <p align="justify">En árabe, <strong>tilifún</strong> se dice en algunos países... <b><font size="5">التلفون</font></b></p> <p align="justify">Pero la manera más habitual de llamar al aparato es: <strong>"Hátif"</strong>   <strong><font size="5">هاتف</font></strong> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">¡Jo! Es que no doy ni una esta tarde eh!</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-No te excites, que vas muy bien. Además ya estamos acabando el recorrido de este super viaje.</p> <p align="justify">Mira, para relajarte te propongo ir a un <strong>spa.</strong></p> <p align="justify">-¡Y eso que es?</p> <p align="justify">-Un balneario, donde te dan sesiones de masajes y chorros de agua.</p> <p align="justify">-¡Ah, hombre! ¡Claro que sé lo que es! Lo que pasa es que con esa moda de ponerle nombres en inglés a las cosas... ¡qué rabia! Pues un balneario, es un balneario, y no "<strong>spas</strong>" o cosas raras! </p> <p align="justify">-Bueno, pues otra vez sí y no.</p> <p align="justify">-¡¡Por favor!! Musafir: ¡explícate, por última vez!.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Bueno, tranquilo:</p> <p align="justify">Spa, viene del inglés, sí. Pero este lo cogió del latín. Aunque hay varias teorías sobre el origen de Spa, parece que podría significar "Salus Per Acquam". Pero esto ya lo aclaramos cuando estuve por <a href="http://lawebdemusafir.blogspot.com/2007/02/limes-germanicvs.html">Alemania</a>, ¿no te acuerdas?</p> <p align="justify">Es verdad, qué despiste.Era mi alter ego narrador el que nos lo dijo a los dos.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Mira, narrador, jeje: Ahora soy yo el que te propone acabar el viaje en un <strong>spa</strong>, como te decía.</p> <p align="justify">Tomamos un avión... y ya estamos en <strong>California.</strong></p> <p align="justify"><strong></strong></p> <p align="justify">-¿California? Tan lejos.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Sí. Aquí acabamos el viaje. Échale imaginación. Recuerda que mi viaje era virtual. Además, al final hemos acabado otra vez en el continente americano: En la ciudad-balneario de <strong>Calistoga</strong>.</p> <p align="justify">-¿Y que hacemos allí?</p> <p align="justify">-Pues nos vamos a dar un baño en sus aguas termales. Que los indios ya las usaban desde hace siglos.</p> <p align="justify">Cuando llegaron los invasores, (quiero decir, los pioneros) ingleses al oeste de los actuales EE.UU, se encontraron con muchas fuentes termales a lo largo de las Montañas Rocosas. Y en 1860, un tal Sam Brannan, conocido invasor, (otra vez... quiero decir, pionero), llegó a esta parte del mundo y se instaló en ella. Como en otras partes de los Estados Unidos, muchas ciudades son de nueva planta. Allí, una vez construido su spa, hizo una presentación al más puro estilo americano. El lugar en cuestión no tenía un nombre concreto. Pero en el discurso de inauguración, ante los presentes cometió uno de los "lapsus linguae" más célebres de norteamerica:</p> <p align="justify">Se refirió a su nuevo balneario como una inspiración del que existía entonces en Saratoga, en el extremo este del país. Pero en el momento cumbre del discurso, en lugar de decir: <em>"queda abierto la Saratoga de California",</em> dijo: "Queda abierto la <strong>Calistoga</strong> de <strong>Sarafonia</strong>" . Y con Calistoga se quedó.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ay, Musafir... estoy derrotado. Ahora sí que quiero ese bañito en aguas termales. Y luego un masaje con aceites esenciales... qué bien se está en Calistoga, ummm...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Por cierto, te he contado que los indios algonquinos del Canadá también hablaban vasco?...</p> <p align="justify">-No, Musafir... pero ya me lo contarás otro día... zzz... zzz...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"></p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-35310928573468168822008-03-16T05:30:00.001+01:002008-03-16T05:30:27.089+01:00Mientras existan las lenguas...<p align="justify">Hace algunos días leyó Musafir que había desaparecido otra lengua nativa americana.</p> <p align="justify">La última integrante de un grupo étnico fallecía, y con ella moría su lengua, que ya no se escuchará más, si no es a través de antiguas grabaciones, puesto que toda su cultura era oral. </p> <p align="justify">Piensa Musafir que lo trágico no es sólo que muera la persona, sino el trasfondo cultural. Que hoy en día de las 7 mil lenguas que existen en el mundo, más de la mitad estén en peligro de desaparecer, tendría que hacernos reflexionar.</p> <p align="justify">En cada lengua, se plasma la psicología del grupo que la posee en relación al mundo que les rodea. </p> <p align="justify">Musafir tuvo la ocasión de conocer por encima cómo se expresan los indios navajos de Norteamérica.</p> <p align="justify">Lo que un occidental simplemente "coge" o "lleva", para un navajo tiene tantos matices como uno pueda imaginar: no es lo mismo "coger cosas redondas" que "coger cosas afiladas, o blandas". Si le añadimos que los objetos pueden ser "blancos" dicho de forma diferente según sean cosas redondas, pesadas, o pequeñas... ya tenemos un gran lío para nosotros, que sin embargo, da mucha información a quien lo escucha, si entiendes el navajo. </p> <p align="justify">Se parece a lo que los alemanes hacen cuando dicen que algo "está de pie": <strong>"stehen";</strong> o "está tumbado": <strong>"legen".</strong> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Hay lenguas que son tan sencillas que da la sensación de que no tengan casi gramática. Bueno, el chino apenas tiene reglas gramaticales tan complejas en cuanto al orden, como el alemán. Pero para paliar su "simplicidad", los chinos tienen una cosa maravillosa que se llaman "tonos". </p> <p align="justify">Si pensamos que la cosa no tiene gran importancia, podríamos preguntarles a los publicistas de la Coca Cola lo que sufrieron para poder adaptar el nombre de la marca en el mercado chino. La ya célebre  frase del <em>"muerde el renacuajo de cera"</em>, en referencia al significado aproximado de <strong>Coca Cola</strong> en chino: <strong>"Ko-Ka-Ko-La",</strong> es todo un clásico.</p> <p align="justify">Al final, y debido a los "tonos", la marca de refrescos tuvo que adoptar el más sugerente nombre de <strong>"K'o-K'ou-K'o-Lê"</strong> que sería algo así como: <em>"permite que tu boca saboree algo que le de placer"...</em> ¡umm! Mucho mejor, opina Musafir.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><img height="237" src="http://www.parafarmaciasolocosmetica.com/uploadedFiles/fotoG.2147.jpg" width="147" /><img style="margin: 0px" height="237" src="http://blog.wired.com/photos/uncategorized/2007/10/29/lg_chinese_red_disc.jpg" width="236" /></p> <p align="justify">Y es que la variedad de lenguas es enriquecedora, aunque a veces por esa misma abundancia, se dan casos graciosos. En este mundo globalizado, lo que en una lengua resulta bello, en otra puede ser un desastre.</p> <p align="justify">Sobre estas líneas, por fin Musafir encontró una foto del gel llamado <strong>"fem íntim".</strong> Tal cual. A los hablantes de castellano, nada raro. Queda como una marca dicha en francés, pero nada malsonante; nada que ver con el agua de colonia<strong> "Eau d'Eté"</strong>, que en castellano  suena a... "hódete"... </p> <p align="justify">Fem íntim, en valenciano, suena a "mierd* íntima". El laboratorio que comercializa el producto es de Barcelona... Vale que en catalán, "fem íntim" también quiere decir <em>"hacemos íntimo"...</em> pero, desde luego, las risas que vio Musafir en la farmacia de Alicante donde colgaba un cartelón enorme con esa leyenda, hacía más referencia a la "mierd*" que no al "hacemos..."</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Aunque para morbosos escatológicos, os recomiendo una visita breve por una página de pinturas y revestimientos acrílicos de cubiertas para la construcción. Sus productos deben ser buenísimos, vamos, en castellano castizo: son <a href="http://www.lapollacoatings.com/">"laPolla".</a> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ahí tenemos también el maravilloso mundo del motor. Los japoneses, que son unos expertos en copiar tecnología, no dudaron en lanzar sus nuevos modelos de coches con nombres sugerentes para ellos:</p> <p align="justify">"Nuevo <strong><a href="http://www.cars-directory.net/specs/mazda/laputa/2002_4/picture/">Mazda Laputa</a></strong>", rezaba en la publicidad que observó Musafir, sorprendido. "Pruebe el nuevo <strong><a href="http://archive.cardesignnews.com/autoshows/2001/tokyo/preview/nissan-moco/">Nissan Moco</a></strong>", acompañado de una foto de un coche utilitario de color verde, para más señas. </p> <p align="justify">En fin... podríamos seguir con el <strong>Mitshubisi "Pajero</strong>" o el <strong>Seat "Málaga"</strong> que en Grecia se cambió por <strong>Seat "Gredos",</strong> ya que "Málaga" sonaba muy parecido a <strong>"malaka",</strong> que en griego significa lo mismo, casualmente, que para nosotros el <strong>"Pajero".</strong></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">A veces no es que se produzca una confusión por la traducción entre lenguas; es simplemente que la traducción requiere de dos volúmenes escritos de la Enciclopedia Británica para poder expresar lo mismo que el otro te dijo en una palabra. El finés es una lengua que los filólogos llaman aglutinante, o flexo-aglutinante. Esto significa que en lugar de expresar las ideas mediante conjunciones y conectores entre palabras, ellos prefieren aglutinar elementos en una palabra. Algo parecido le pasa al inuit, la lengua de los esquimales. (Ellos se llaman "inuit", porque el término "esquimal", significa algo así como "devorador de carne cruda").</p> <p align="justify">Ahí va un ejemplo de como aglutinar la información en inuit:</p> <p align="justify"><strong>"Kaalip Pavia imminit anginirirusinnaannginnirarpaa"</strong> que quiere decir <em>"Kaali  dijo que Pavia no podía ser más alto que él".</em></p> <p align="justify">¡¡Tócate las narices, con el verbo de marras en inuit!!</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Bueno, al vasco le pasa algo parecido, aunque no tan exagerado: "Casa" se dice <strong>"etxe".</strong> Y de ahí tenemos <strong>"etxea",</strong> "la casa". <strong>Etxean</strong>, en la casa; <strong>etxeko</strong>, "de la casa".  Bueno, hasta ahora todo sencillo.</p> <p align="justify">Pero también: <strong>etxearen, etxearentzat, etxekoarentzat</strong>, <em>"para lo de casa";</em> <strong>etxearengandik</strong>, <em>"desde donde la casa"...</em></p> <p align="justify">¡¡Y no empezamos con los verbos para no asustaros!! <strong>"lore batzu ekarri zenizkigutenalarik",</strong> <em>"mientras que nos habéis traído algunas flores".</em></p> <p align="justify"><em>¡Buf!</em>  Mientras que nos habéis traido las flores, ¡tío!, casi me muero de la espera! </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y ya para ir acabando, recuerda Musafir asombrado, como en el País de Gales, existe un pueblecito que quería potenciar su turismo. Como no había muchos alicientes, a los naturales del lugar les pareció ideal usar el potencial aglutinante de la lengua galesa, y dar más  información en el nombre del lugar:</p> <p align="justify">Así, <strong>LLanfairpwullgwyngyll</strong>, que ya era largo de cojo**s, se convirtió en el bucólico e interminable: </p> <p align="justify"><strong>"<a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Llanfair_PG">Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch"</a></strong> </p> <p align="justify">Que viene a describir minuciosamente el lugar:<em> "Iglesia de Santa María en el hueco del avellano blanco cerca de un torbellino rápido y la iglesia de San Tisilo cerca de la gruta roja".</em></p> <p align="justify"><em></em></p> <p align="justify">Pero si <strong>58 </strong>letras os parece mucho, aquí va la palabra usada en alemán, en un documento oficial, más larga que se conoce por el momento:</p> <p align="justify"><strong><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Rindfleischetikettierungs%C3%BCberwachungsaufgaben%C3%BCbertragungsgesetz">Rind­fleisch­etikettierungs­über­wachungs­aufgaben­übertragungs­gesetz</a></strong></p> <p align="justify">El palabro en cuestión hace referencia a una ley de un Land alemán que regula asuntos de salud pública y de alimentación. Se puede traducir por: <em>"Ley sobre la transferencia de las obligaciones de vigilancia del etiquetado de la carne de vacuno y la designación de los bovinos".</em> Ahí es nada.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pero, como parece que cuanto más larga mejor... (no haré ningún comentario al respecto, esperad a la traducción..), aquí tenemos al ganador absoluto, de momento:</p> <p align="justify"><strong>85</strong> letras para decir, en lengua maorí:</p> <p align="justify"><b>"<a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Taumatawhakatangihangakoauauotamateaturipukakapikimaungahoronukupokaiwhenuakitanatahu">Taumatawhakatangihangakoauauotamateaturipukakapikimaungahoronukupokaiwhenuakitanatahu".</a></b></p> <p align="justify">O lo que es casi idéntico:</p> <p align="justify">"La cumbre de la colina, donde Tamatea, el hombre con las rodillas grandes, conocido como 'el devorador de tierra', bajó, subió y engulló las montañas, mientras le tocaba la flauta a su amada." </p> <p align="justify">¿Cuanto medía la flauta de Tamatea, entonces...?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">En fin, Musafir, después de tanta letra escrita, y tanto empacho lingüístico no puede más que reproducir aquí un pequeño reto que se plantearon Voltaire y Piron: intentar enviarse dos cartas, en las que expresaran, en latín, la mayor información, con la mínima expresión posible.</p> <p align="justify">Así les quedó el juego:</p> <p align="justify"><strong>"Eo rus"</strong> le envió <strong>Piron </strong>a <strong>Voltaire</strong>. <em>"Me voy al campo".</em></p> <p align="justify"><strong>"i",</strong> le respondío a los pocos días <strong>Voltaire</strong>: <em>"ve";</em> ganando así la partida.</p> <p align="justify"></p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-35945225845874592162008-02-23T03:20:00.001+01:002008-02-23T03:20:14.585+01:00"Urzo txuria joan zen..."<p><strong></strong></p> <p><strong><a href="http://lh6.google.com/viajeromusafir/R7-C0aThqVI/AAAAAAAAAf4/cxiUz4qCqok/urzo_txuria%5B10%5D"><img style="border-top-width: 0px; border-left-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-right-width: 0px" height="210" alt="urzo_txuria" src="http://lh4.google.com/viajeromusafir/R7-C26ThqWI/AAAAAAAAAgA/dR-TtM3dqro/urzo_txuria_thumb%5B6%5D" width="244" border="0" /></a> </strong></p> <p><strong></strong></p> <p><strong></strong></p> <p><strong></strong></p> <p><strong></strong></p> <p><strong></strong></p> <p><strong>SE EQUIVOCÓ LA PALOMA </strong></p> <p>Se equivocó la paloma. <br />Se equivocaba.</p> <p>Por ir al Norte, fue al Sur. <br />Creyó que el trigo era agua. <br />Se equivocaba.</p> <p>Creyó que el mar era el cielo; <br />que la noche la mañana. <br />Se equivocaba.</p> <p>Que las estrellas eran rocío; <br />que la calor, la nevada. <br />Se equivocaba.</p> <p>Que tu falda era tu blusa; <br />que tu corazón su casa. <br />Se equivocaba.</p> <p>(Ella se durmió en la orilla. <br />Tú, en la cumbre de una rama.) </p> <p><i>Rafael Alberti</i></p> <p><em>***</em></p> <p> </p> <p align="justify">Musafir aún recuerda con claridad aquel encuentro fortuito con ese caminante, también casual.</p> <p align="justify">Llevaba una camisa clara; los pies descalzos. Poca ropa para un invierno tan crudo. </p> <p align="justify">El rostro, apenas iluminado por la tenue luz de una hoguera nocturna, no le dejó a Musafir hacerse con sus facciones. </p> <p align="justify">¿Por qué tanto equipaje?, se preguntaba en silencio Musafir.</p> <p align="justify">Pero ni los pensamientos ni las palabras afloraron en voz alta entre ambos.</p> <p align="justify">Apenas conversación medió aquella noche. El humo del fuego hablaba en solitario. Y el brillo de las llamas se reflejaba en los ojos callados. Las entumecidas manos se acariciaban la piel, frotándose enérgicamente, intentando transmitir el poco calor que recogían de la fogata. Un poco de queso y algo de vino, para acompañar el estómago. Que la bocas no quieren que se les escapen los deseos de preguntar que tienen los labios...</p> <p align="justify">Al final, el sueño vence. Acurrucados los dos, casi abrazados para apurar el calor. Dos extraños unidos por el frío. La manta no llega para cubrirlos por completo. Y los brazos se entrecruzan. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Mañana húmeda, densa. Musafir tapado hasta los ojos con su manta. Está solo frente a los restos del fuego. Su enigmático compañero de noche ha desaparecido. No hay huellas; no se oye nada. Sólo el rocío mañanero se cae de las ramas de los árboles, golpeando levemente el suelo.</p> <p align="justify">De tanto mirar a lo alto, casi tropieza Musafir con algo bajo sus pies. Se agacha y recoge lo que parece un trozo de papel, como si hubiera encontrado un mapa del tesoro. Escrito en él, unas palabras que Musafir es incapaz de descifrar: <em><strong>"Urzo txuria naiz"</strong></em></p> <p align="justify">Levantó nuevamente la mirada; nada. Ni un alma en este bosque. Se guardó cuidadosamente el papel dentro de la mochila y desmontó el campamento.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Si Musafir le hubiera visto entonces las alas blancas a aquel extraño personaje... quizás todo habría sido más sencillo... Pero en ese momento, nunca podría imaginar Musafir lo que darían de sí aquellas tres palabras escritas en un idioma para él incomprensible. Eran su único recuerdo de aquella función de teatro un tanto irreal. Y el final, aun no estaba realmente escrito...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Preguntó, ya mucho tiempo después, cuando por fin llegó a una aldea habitada. </p> <p align="justify">Tierra extranjera para Musafir. Nadie parecía entenderle; </p> <p align="justify">Pensó que a lo mejor, esta gente podría desentrañar aquellas oscuras palabras que llevaba.</p> <p align="justify">Se acercó a la taberna. Y desenrolló cuidadosamente el papel manuscrito sobre la barra, con la esperanza de que alguno de los paisanos le sacara de dudas...</p> <p align="justify">Las miradas se congelaron. El aire cargado del bar se volvió casi marrón. Solo la respiración se oía. Musafir no acierta a comprender la situación...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><em><strong>-"Urzo txuria ikusi ba al duzu?"</strong></em> . (¿Acaso has visto a Urzo txuria?), -le preguntaron en esa rara lengua...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-No entiendo nada... respondió el pobre Musafir, un poco aturdido y confuso.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Del fondo de la taberna, la voz suave y dulce de una chica rubia de no más de dieciocho años, empezó a cantar melancólicamente en esa lengua:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><em><strong><<Urzo txuria errazu</strong></em></p> <p align="justify"><em><strong>Nora joaten zera zu</strong></em></p> <p align="justify"><em><strong>Ezpainiako mendi guziak</strong></em></p> <p align="justify"><em><strong>Elurrez beteak dituzu</strong></em></p> <p align="justify"><em><strong>Gaur arratzean ostatu</strong></em></p> <p align="justify"><em><strong>Gure etxean badezu.>></strong></em></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Todos asintieron con gesto duro y serio. Pero nadie se movía. Extraña la lengua; extraña la gente; y extraña su reacción. Parecía que hubieran visto un fantasma.</p> <p align="justify">Musafir se acercó a la joven, y le mostró la hoja de papel.</p> <p align="justify">Esta, lo tomó en sus manos, temblorosas, mientras todos observaban en silencio. Aquello parecía casi un ritual mágico. Una especie de "Santo Grial" que estaba dejando el ánimo de estos aldeanos realmente trastocado, y la cara de Musafir a cuadros.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><em><strong>-"Bai, bai!! Urzo txuria da! Eztago hilda! Bizirik dago, aita! bizirik dago eta!"</strong></em></p> <p align="justify"><em>-("¡¡Sí, sí!! Es Urzo txuria! ¡No está muerto! ¡Está vivo, padre! ¡Que está vivo!")</em></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><em></em></p> <p align="justify">El bar se sumió en un silencio negro. El tabernero, apretaba los nudillos contra la barra, y empezaba a sudar ostensiblemente. </p> <p align="justify">Musafir no sabía qué hacer. Quizás habría pensado en salir huyendo, pero.. ¿por qué razón?</p> <p align="justify">Tras unos momentos que parecieron años, finalmente, la muchacha se echó a los brazos de Musafir; y empezó a llorar desconsoladamente.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><em><strong>-Zergaitik?, esan ezazu!!</strong></em> (<em>"¿Por qué? ¡¡Dímelo!!")</em></p> <p align="justify"><em></em></p> <p align="justify">Pero Musafir no entendía...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Era demasiado pronto entonces para entender...</p> <p align="justify">***</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Años más tarde, Musafir regresó a aquel pueblo extraño. Ya entendía aquella enigmática lengua que tanto lo confundió en su primera visita.</p> <p align="justify">Aquella menuda chica rubita y pecosa, era ya una mujer casada con dos hijos. </p> <p align="justify">Su padre, el tabernero, había fallecido hacía algún tiempo. Ahora eran su marido y ella los que llevaban el negocio. Y sus dos hijos varones ayudaban con la faena.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Dime Musafir, ¿no llegaste nunca a saber nada más de Urzo txuria? -le preguntó la mujer.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pequeña... -le dijo- ¿Recuerdas la cancioncilla que me cantaste cuando llegué a este bar por primera vez?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Cómo no me voy a acordar; tu cara de confusión era un poema... y nuestra sorpresa, mayúscula. Imagínate: un papel manuscrito de Urzo. No nos lo podíamos creer.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Por qué no me la cantas de nuevo? -dijo Musafir.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y la mujer rubia, aunque algo canosa ya, y con algunos años más encima, pero la misma dulce voz que de joven, volvió a entonar aquellos versos que por fin Musafir sí entendía:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><em><< Paloma Blanca, dime</em></p> <p align="justify"><em>¿A dónde vas?</em></p> <p align="justify"><em>Todos los montes de España</em></p> <p align="justify"><em>Están llenos de nieve</em></p> <p align="justify"><em>Si quieres albergue para esta noche</em></p> <p align="justify"><em>Lo tienes en mi casa.>></em></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">¿Lo ves ahora?, le dijo.</p> <p align="justify"><em><strong>-Eztut ulertzen...</strong></em>; <em>"No entiendo...",</em> -le respondió ella.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Urzo txuria, tu misteriosa "Paloma blanca", estaba confundida, como dice la letra de esta preciosa canción. Se equivocó de dirección.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¿Acaso es eso cierto, Musafir? ¿Qué sabes tú de Urzo?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Sigues siendo aquella chiquilla dulce que vi, a pesar del tiempo que ha pasado ya. Aun puedo ver en tus ojos ese brillo que me fascinó cuando te conocí. Pero debes comprender...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Musafir, ¿sabes cuántos años esperé? ¿Sabes cuántas noches en vela me pasé. Mi padre no me decía nada. Y un día llegaste tú, un viajero extraño; que no entendía nuestra lengua, y que misteriosamente tenía noticias de Urzo... ¿Por qué nos abandonó, Musafir; acaso tú puedes contestarme?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¡Ay, mujer! Muchas cosas no podrán ser reveladas nunca, estimada amiga. Pero te diré lo que la vida me mostró de Urzo y su errático caminar.</p> <p align="justify">Es imposible detener el ánimo de una persona como él. Aunque tuviera ese par de alas blancas que me dijiste, y fueran tan reales que le permitieran ver el mundo desde lo alto de una montaña; Simplemente, se equivocó. Se extravió. Como una paloma blanca que no encuentra su casa. Urzo se fue para no volver. Fue mejor así; créeme.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Pero, no entiendo la razón. Aquí lo tenía todo. Me tenía a mí. Nos tenía a todos. Nos falló. Me decepciona esto que me cuentas... pensé que... había muerto.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Lo sé. -Yo también lo perdí. Dos veces; pero ya te lo explicaré con calma.</p> <p align="justify">Sólo te puedo decir que es por todo esto por lo que he vuelto a verte. Para que no sufrieras más. Para que enterraras aquellos recuerdos amargos.</p> <p align="justify">Te diré que busqué a Urzo por medio mundo. Allí donde me detenía, iba mostrando el papel con aquellas palabras que seguían siendo misteriosas para mí. Así durante años  años. Hasta que me encontré con un viajero de tu país. Él me contó; él me enseño tu lengua; conocía a Urzo... </p> <p align="justify">Estuvimos varios años caminando juntos. Me contó muchas cosas de tu tierra. Y llegamos a ser buenos compañeros de viaje. Luego, sin apenas una despedida, nos separamos.   </p> <p align="justify">Pasó el tiempo. Yo ya me había olvidado de esta historia. No volví a encontrar a más viajeros de tu país. Pero conservaba el papel. Hasta hace unos meses todo transcurrió con normalidad. Pero de nuevo, el camino hizo que me tropezara por casualidad con unos comerciantes de tu tierra. Los oí hablar y me dirigí a ellos en tu lengua. Y les pregunté por Urzo. Me dijeron que habían tratado con él por las tierras del norte. Que allí nadie entendía su lengua; y que él no aprendió la del lugar. Que por eso tuvo que deambular de una aldea a otra, mendigando para poder comer. </p> <p align="justify">Me contaron que la gente ya no lo reconocía. Y que al final, se olvidó él mismo de quién era; de dónde venía.  Me dijeron que después de una pelea y una borrachera, le arrancaron las alas, en mitad de una noche de juerga general. Todo el mundo lo vio. En aquella ciudad del norte, junto al río. Me dieron su descripción física, y fue entonces cuando lo comprendí todo.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¿Cómo?, le cortó la mujer. ¿Es que ya sabías de él? ¿Cuándo?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir se lleva la mano a la barbilla, y le dice:</p> <p align="justify">-Aquel hombre que me encontré años antes... aquel paisano tuyo que me enseñó tu lengua; que me dijo que conocía a Urzo...</p> <p align="justify">Qué tonto fui de no darme cuenta...</p> <p align="justify">Incluso le enseñé el papel, con la frase, cuyo significado él mismo me desveló: <em><strong>"Urzo txuria naiz"</strong></em>- me dijo; "<em>soy Urzo txuria"</em>. Lo tenía allí delante, ¿entiendes? Me tradujo la frase, ¡y resulta que lo tenía delante de mis narices! Pero no lo reconocí. Y eso que estuve caminando junto a él casi un año y medio... Era él; me habló de tu pueblo, de vuestra comunidad... y no supe reconocerlo.</p> <p align="justify">Por eso he vuelto... </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">La mujer apenas resiste las lágrimas, y vuelve a abrazarse a Musafir, como cuando era una chiquilla.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><em><strong>-"Baina nik Urzo txuria maite dut, Musafir"</strong></em>. (<em>"Pero yo quiero a Urzo txuria, Musafir" ...)</em></p> <p align="justify"><em></em></p> <p align="justify"><em></em></p> <p align="justify">Entre dientes, apenas se le escapa a Musafir otra expresión en esta lengua: <em><strong>"nik ere bai",</strong></em> tan bajito que no lo oyó la mujer. Y acto seguido, le contestó ya con voz en alto:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><em><strong>-Ez al dun ulertzen?, eziñezkoa da... Urzo txuria joan zen...</strong></em></p> <p align="justify"><em>(-¿No lo entiendes?, es imposible... La paloma blanca se fue...)</em></p> <p align="justify"><em></em></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><em>   </em></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"></p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-7811789159998743092008-02-07T21:20:00.001+01:002008-02-07T21:20:42.845+01:00Lluvia de fotos de lluvia...<p><a href="http://lh6.google.com/viajeromusafir/R6toF2lrORI/AAAAAAAAAfo/V7p4FwTa1B8/lluviablog%5B3%5D"><img style="border-top-width: 0px; border-left-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-right-width: 0px" height="193" alt="lluviablog" src="http://lh4.google.com/viajeromusafir/R6toGWlrOSI/AAAAAAAAAfw/3EEqeQT2BrM/lluviablog_thumb%5B1%5D" width="283" border="0" /></a></p> <p> </p> <p align="justify">La verdad es que todavía estoy sorprendido. Y no me explico qué es lo que ha ocurrido realmente. Musafir sueña, y yo me pierdo a veces entre sus extraños sueños...</p> <p align="justify">***</p> <p align="justify">Musafir andaba divagando, distraído en mitad casi de la noche. Una calle cualquiera de pueblo pequeño; silencio; ni un alma. Los gatos hacía ya un buen rato que se habían escondido en las azoteas, junto a las chimeneas, que dan algo de calor. Ni los perros asoman ya el morrillo, con la que estaba cayendo ahí afuera.</p> <p align="justify">Los pasos graves de Musafir le habían conducido a una especie de plazoleta. Desierta. Mudas hasta las piedras. La fuente, ni echaba agua. Abandonando ya la plaza, y antes de doblar una esquina, de repente Musafir detiene su caminar pesado. Más adelante, tras la esquina, apenas un rumor; voces; como un par de suspiros que se oían débiles bajo la plomiza canción gris que pinta la lluvia.</p> <p align="justify">Musafir no quiere interrumpir, y piensa en dar un rodeo. Pero le puede más la curiosidad de caminante nocturno. Sabedor, acaso, de que su presencia no es percibida en absoluto. Así es que se queda observando, desde su improvisado parapeto de piedra.</p> <p align="justify">Apenas un pequeño vistazo, agachado como estaba Musafir para adivinar entre la cortina de agua a dos figuras sentadas en el bordillo no mojado, sino inundado por el chaparrón. Dos siluetas, una mayor y otra más menuda, surgidas de la noche, que se confunden con la atmósfera, que de tan húmeda y gruesa, devora sin piedad los ecos de una misteriosa conversación:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Me pregunto cómo supiste que te necesitaba...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">- ¿Crees que porque soy un niño, no me doy cuenta de las cosas?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-No, no es eso... pero es que, es cierto que te buscaba. Pero no imaginé que te vería; que volvería a verte; así, tan pronto.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-No sabes cuánto hace, ¿verdad? -Te imaginas que fue hace unos días, porque llevo la misma ropa de entonces y mi rostro sigue siendo el de un niño de diez años. ¿Recuerdas? Tú me mirabas desde la ventana, entre los visillos; no saliste a la calle. Pero noté tu presencia... </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Entonces, ¿cuánto tiempo hace, díme?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Más de siete años...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-¡No puede ser! Estoy desconcertado... parece que sigas teniendo la misma edad. Apenas me parece que hayan pasado unas semanas. No lo comprendo. Sin embargo sí es cierto que la lluvia... sabes, de eso sí que me parece que haga muchos años ¡hace tanto que no llueve...! Creí que nunca más volvería a llover.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Por eso me has llamado, ¿no?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Supongo que sí. Y supongo también que por eso ha llovido hoy todo el día, ¿no es verdad?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Hay muchas cosas que son un misterio; y que siempre lo serán. Dejémoslo así.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Los ojos vivos de Musafir se congelan. Vidriosa la mirada, de tanta agua sobre su rostro. Y mojado hasta el ombligo y el estómago de inquietud, más que de lluvia. Pero la curiosidad le agarrota los pies. Se ha sentado también en el bordillo, agazapado en su oscura esquina y, cauteloso, sigue escuchando:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Sabía que en el tejado de tu casa, en los tejados y terrazas de todo tu pueblo, tenías años de ceniza acumulada. Cuando me marché, hace siete años, creí que no volvería más. Que no sería necesario. Pero no ha sido así. He vuelto para limpiar la negra ceniza; como ya hice entonces... soy tu amigo, ¿no?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Sí, claro. Estoy contento de que hayas vuelto de nuevo. Pero es que no consigo entender...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-No hay nada que entender. Es muy sencillo. Pero ahora no estás preparado. Lo sabrás a su debido tiempo, no te preocupes.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir está también descolocado. Cree que reconoce al adulto que charla con el chaval. Allí, en medio de la calle. Sentados en el bordillo; calándose bajo la lluvia que está arreciando, bajo esta cómplice noche sin astros; ni luna. Alguien le habló de un niño, vestido de uniforme escolar; hace años. Que la gente del pueblo le vio pasearse en solitario por las calles. Que dejó de llover... Pero Musafir no anota estas cosas que le cuentan los caminantes que se encuentra por su ruta; y no consigue recordar con claridad... Mientras, la charla continúa:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Mira mis manos: ¿que ves?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-No sé. Yo solo veo tus palmas de niño, pequeñas, abiertas, mojándose bajo un chaparrón de cuidado.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Sigue mirando. No mires con ojos de adulto; imagina...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Tus manos... la lluvia... mis ojos me engañan... veo, veo figuras; imágenes sueltas; parecen fotos; antiguas.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Desde la esquina, Musafir no puede creer lo que ve. Se frota los asustados ojos, que captan el brillo de la escena, ahora con más claridad que nunca:</p> <p align="justify">De las palmas de las manos del niño, emana un brillo azul intenso. Imágenes creadas a partir de las gotas de lluvia que caen y que han dejado inmóvil y con la boca abierta al pobre hombre. Casi con voz de incredulidad y sorpresa va narrando como un autómata las fotos casi virtuales que el niño está creando con sus manos. Musafir también lo ve nítidamente:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Un prado verde, y una roca enorme en medio; apenas un fantasma sobrevolando un monte;</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Alguien que canta en una isla, rodeado de un luminoso pero estéril mar blanco de sal; desnudo; pintura roja sobre su cuerpo. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Río de aguas del color de jade; Y una mujer vestida con un burka azul hasta el suelo. Un puente. Alguien mira desde la otra orilla.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Un cielo cuajado de estrellas; Un bosque sombrío; y un pequeño duende escondido tras de un árbol. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Un barco a la deriva sin velas, desarbolado, en medio de una galerna; </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Un gran incendio; un bosque quemado. El cielo verde, envenenado.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Máscaras de fuego; sangre roja sobre una espalda.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Brasas; el monte en brasas; la casa calcinada. Ceniza negra, humeante...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Aquel hombre misterioso que estaba sentado junto al chiquillo, se ha echado a llorar. Y entre sollozos, apenas se le escucha:</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-Es tan real, pequeño amigo. Esas imágenes. Son fotos; mis fotos. No sé si están aquí realmente. Pero me huelen a papel satinado y tinta de imprenta. Creo tocar un álbum de fotos; Tapas de un grueso libro con tacto de cartón antiguo; rugoso. Me llueven mis viejas fotos, a través de tus manos. Y la ceniza... Necesitaba que vinieras...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">-No temas; por eso he vuelto. Te he traído la lluvia que me pedías casi inconscientemente en tus sueños. Pero me ha costado encontrar el camino de vuelta. ¿Que hiciste con las estrellas que fijaban el rumbo? En fin, no importa. Mira hacia arriba, a los tejados: Ya no queda ceniza sobre ellos. Te puedes ir tranquilo a tu casa. Y ya puedes decirle a ese chico que nos observa desde la esquina, que no tenga miedo. No debe temerme. Estaréis mejor a partir de ahora.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir se tapa la boca con la mano, para no dar un grito del susto. Era él el que observaba. Y sin embargo, ha sido él el mirón descubierto. ¡Este niño...! misterioso niño.</p> <p align="justify">***</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Esta mañana temprano, Musafir me ha detallado lo que le había ocurrido, preso de la emoción y el asombro. Me ha dicho que no conocía al niño; pero que le resultaba familiar aquel hombre; aunque no le pudo ver la cara. Sólo se fijó en que llevaba una cajita de madera colgada del cuello, y que se fijó en ella cuando empezó a salir aquella luz azulada de las manos del niño, porque tenía algo de metal grabado, o clavado, y que de vez en cuando reflejaba el brillo. Dice que no se explica como es que nadie pudiera ver ni oír nada. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Aquella lluvia de fotos antiguas, hechas de la misma lluvia; Imágenes brillantes de unas vivencias pasadas en manos de un niño inocente. Que parece que revisarlas, le duele a su dueño. De emoción y de melancolía quizás. Quizás fuera otro de los sueños de Musafir. Quizás no estuvo siquiera en esa calle de pueblo. Y el niño no fuera más que una ilusión de su mente. Quién sería aquel hombre...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ayer no llovió. Pero el suelo estaba más limpio que de costumbre; los tejados relucían como si alguien los hubiera limpiado a conciencia. Parece mentira que lleve meses sin llover. Los gatos se acercan a lamer el sol. Bajan de sus azoteas. Ellos son los únicos que podrían saber lo que pasó...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Es una delicia asomarse por fin a la ventana; hace un día casi de primavera, y aún es febrero. Qué limpio está el aire. Necesitaba respirar después de oír la fantástica historia de Musafir. El gran viajero, que no descansa ni de día ni de noche. Me sobra hasta la chaqueta, en este día de dulce sol matinal.</p> <p align="justify">De repente, algo se cae del bolsillo de la chaqueta. </p> <p align="justify">Es una pequeña cajita, parece de madera de raíz, con una estrella de plata grabada encima. ¡Pero, esto no puede ser! </p> <p align="justify">En su interior, algunos restos de ceniza y una nota.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Mediodía. Lo que parecía una tranquila mañana de febrero, se ha convertido en un verdadero descubrimiento. Por eso luce de nuevo este sol. Por eso, abajo, en las calles del pueblo, la gente sonríe de nuevo. Como no lo hacían igual desde hacía... siete años. ¿Acaso habrá llovido de verdad esta noche? Ya no sé que pensar...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Y tampoco sé cómo ha llegado esta cajita a mis manos. Sólo he acertado a vaciar la escasa ceniza que quedaba dentro, después de leer la sorprendente nota. Pero no he tenido el valor para contarselo todo a Musafir. Después de darle tan poca credibilidad a su historia. ¿Cómo le cuento yo lo que sé ahora? No puedo. Espero que algún día se lo pueda explicar con más calma. Si es que acierto a entender totalmente lo que ha ocurrido... </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">No siempre los sueños son lo que parecen: sueños... o quizás sean algo más que eso...  </p> <p align="justify"></p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-41096317027114383812008-01-12T03:40:00.001+01:002008-01-12T03:56:40.386+01:00De nuevo, bajo el cielo de Orión<p align="justify"><a href="http://lh3.google.com/viajeromusafir/R4gsY3GvEAI/AAAAAAAAAek/ZsOe8URx_pw/orion3"><img style="border-top-width: 0px; border-left-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-right-width: 0px" height="197" alt="orion" src="http://lh6.google.com/viajeromusafir/R4gsZnGvEBI/AAAAAAAAAes/ht_gXza6Zgc/orion_thumb1" width="225" border="0" /></a> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Algún día le pediré a Musafir que me explique por qué los años son redondos, y por qué este año 2008 viene apeteciblemente más verde que 2007, (que fue desagradablemente naranja, según él).</p> <p align="justify">Año nuevo, vida nueva, reza el dicho. Y es que Musafir no para de remarcarme cómo los humanos tenemos esa necesidad tan "humana" de anotarlo todo, de hacer balance, de comparar experiencias de un año a otro año, de sacar conclusiones... Y lo cierto es que muchas veces le doy la razón de esta sinrazón nuestra al respecto.</p> <p align="justify">Lo confieso: mientras escribo estas líneas, yo también estoy haciendo esa reflexión. De todas formas, no voy a ser yo quien obligue al sufrido Musafir a hacer cuentas del año 2007. Coincido con él, eso sí, en que, a pesar de la luz cálida, 2007 era demasiado naranja para ser un buen año...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir ha pasado la nochevieja al borde del mar. Literalmente: a dos metros del mar; sobre una roca, de pie.</p> <p align="justify">Cansado ya de fiestas de fin de año tan llenas de confetti de papel y tan vacías de vida de carne y hueso.</p> <p align="justify">Esta última noche del año ha regresado al mismo lugar; veinticuatro lunas después; ...que contar el tiempo en soles, le ciega la vista; y decir dos años, apenas parece un suspiro.</p> <p align="justify">La noche tan húmeda como acogedora. </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Igual que entonces...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">En silencio piensa Musafir el tiempo que lleva filtrándose en sus huesos la maldita sal de este mar tan ajeno a su tierra; Y cuántos rituales de tránsito de un año a otro ha visto ya junto al mar; y sin embargo, ya hasta le encuentra el regusto azulado. </p> <p align="justify">Debe ser por eso que esta noche aguanta con una media sonrisa, aunque sólo sea por presenciar, un año más, los fuegos artificiales que se lanzan desde lo alto de la impresionante fortaleza de la época de los romanos.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Negra la noche, como entonces...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ya es la hora. Emoción en los gestos. Alza Musafir la mirada, entre melancólica y curiosa. Meditando en su soledad; de pie; en su roca que ya es casi castillo impenetrable al pie del mar. El cielo no media palabra. Solo aguarda; intuye. Pero Musafir sabe que ahí están. El viento seco de poniente no permite excusas: Firmamento cristalino. Y hacia el sur, en lo alto, brillan las estrellas.</p> <p align="justify">Y Musafir se prepara: copa de cava en su mano; respiración agitada. Son apenas unos segundos;</p> <p align="justify">Cierra Musafir los ojos, aprieta las manos... apenas oye las olas rompiendo junto a la orilla... Sueña Musafir, sueña...</p> <p align="justify">Con los sentidos aturdidos, su cuerpo se desparrama, y su alma vuela al encuentro de Yanub, su estrella meridional secreta. No; no me pidáis que os la sitúe en el firmamento. Pero Musafir ciertamente la está viendo.  </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Igual que entonces...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Noche de renovación; hay juego nocturno, con un pie rascando los últimos suspiros de un año que muere, y otro queriendo bailar al son del nuevo. La música poco a poco moja los oídos de Musafir. Sí; aquí vienen; ¡ya bajan! El Can Mayor le lame la cara; y el mítico Cazador, Orión, parece despreocupado; y sonríe amigablemente al perplejo Musafir. Orión no infunde el temor de aquellas primaveras de cacería cruel ya olvidadas. Lleva el arco, como no; y la espada firme cuelga de su cinturón. La rotunda flecha se ilumina bajo el brillo de las estrellas. Pero el Cazador no amenaza;  Y el Toro, que camina tranquilo más a la derecha, apenas se inmuta. Ya son noches y más noches de compañía junto a Orión. Mientras, Musafir se deja coger de la mano; se mece dulcemente en suave baile con todos estos actores nocturnos. Los conoce muy bien. Demasiado bien.</p> <p align="justify">Estoy mirando al mar quieto. Y el reflejo del cielo sobre las aguas me deja boquiabierto: Aldebarán, que es la estrella constante que marca el buen camino sobre la despejada frente del tozudo toro, está algo revuelta; se agita; ha tomado de las manos a Sirio, que no cabe en sí de puro gozo dentro del Can Mayor. Y Betelgeuse, que apenas puede estarse quieta sobre los hombros de Orión, corretea entre los brazos de Yanub. Rigel, a los pies de Orión, interpreta los pasos de un baile aprendido hace miles de soles; y lunas. Embriagados danzan; danzan... hasta que llega la aurora.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Como entonces...</p> <p align="justify">Igual que entonces...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Musafir está profundamente dormido. Y no me atrevo a despertarlo. Pero yo no estoy hoy soñando. </p> <p align="justify">No.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Igual que entonces...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pero algo se me escapa; sé que hay algo que no cuadra.</p> <p align="justify">Yanub sigue mareando, divirtiéndose haciendo parpadear de emoción desbocada a Aldebarán y Sirio. </p> <p align="justify">No voy a despertar a Musafir. Escribiré lo que he visto; se lo dejaré guardado para que él sepa lo que realmente ha pasado esta noche.</p> <p align="justify">Para que sepa lo que realmente pasó aquella otra noche de fin de año...</p> <p align="justify">Amanece ya; </p> <p align="justify">Tengo los ojos enrojecidos. Musafir duerme plácidamente, sobre su piedra; en esa especie de alcazaba enigmática al borde del agua; ni yo mismo he podido acceder esta noche. Era demasiado cruel romper el encanto. Pero Musafir debe saber...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Dos años; veinticuatro lunas; setecientos treinta soles... </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Deambulo esta mañana de año nuevo en silencio. El mar me mira apacible en este invierno aún blando. Recuerdo los ecos de la anterior noche que se me borra; así como sus brillantes luces. Como las de aquella otra noche también...</p> <p align="justify">Me sigue atormentando; pero es que no quiero recordar aquella noche vacía nunca más. Pero ahora recuerdo que Musafir no estaba solo... Yanub, y ...</p> <p align="justify">¡Claro, era eso!</p> <p align="justify">¿Cómo no me di cuenta antes de ese detalle?</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">A diferencia de entonces...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">¡No todo ha sido igual!</p> <p align="justify">Hubo otro actor nocturno; hubo otra estrella; hace dos años...</p> <p align="justify">El mismo escenario; el mismo ritual... La noche casi me deslumbra y confunde con sus acertijos.  </p> <p align="justify">Y creo que Musafir sí lo sabía. Siempre lo ha sabido. Por eso parecía tan sereno, a pesar del trance del sueño. </p> <p align="justify">Era Shamal; la estrella del Norte. Shamal no ha acudido esta noche pasada. Musafir miró al norte, y vio su hueco en el cielo. Por eso bailaba, y bailaba... relajado; incluso feliz. Y yo preocupado...</p> <p align="justify">Algún día le exigiré a Musafir que me enseñe por fin dónde se esconde Yanub en el cielo... No quiero más disgustos de fin de año. </p> <p align="justify">Incluso puede que le pregunte a Musafir qué pasó con Shamal; por qué no volvió a brillar nunca más...</p> <p align="justify">Aunque esto último, desde luego, ya tendrá que ser contado en otro momento...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Es extraño: estoy realmente fascinado. Cada noche de invierno que he pasado junto a Musafir, he caído, voluntariamente o no, preso de este cielo rotundo que nos observa. Ni los ojos que he intentado mantener siempre bien abiertos me han enseñado toda la verdad. Al final, cautivo he claudicado esta noche, como siempre, bajo el encanto engañoso de las estrellas. Bajo el Cielo de Orión, de nuevo. Suerte que tengo a Musafir...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Igual que entonces...</p> <p align="justify">Como entonces...</p> <p align="justify">Como siempre...</p> <p align="justify">Siempre brillará Yanub...</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ahora ya sé por qué dice Musafir que los años son redondos. </p> <p align="justify">De momento, me conformo con esperar que 2008 sea, como me dijo al oído, un poco más verde que 2007.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"></p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-16272392.post-41239870797582803222007-12-15T23:38:00.001+01:002007-12-15T23:38:23.833+01:00El aniversario<p align="justify"><a href="http://lh4.google.com/viajeromusafir/R2RXXHGvBfI/AAAAAAAAACI/DZp8YutWVx4/vlcfrio%5B7%5D"><img style="border-right: 0px; border-top: 0px; margin: 0px 20px 0px 0px; border-left: 0px; border-bottom: 0px" height="184" alt="vlcfrio" src="http://lh3.google.com/viajeromusafir/R2RXX3GvBgI/AAAAAAAAACQ/PCMNDLpHA7U/vlcfrio_thumb%5B5%5D" width="244" align="left" border="0" /></a> </p> <p align="justify">Musafir, como cada 14 de diciembre, tiene mucho que celebrar. Este año, igual que hace ya seis, diciembre ha venido especialmente frío.Viernes, igual que aquel viernes de diciembre de 2001. Tres o cuatro grados de temperatura en el exterior, pero más frío casi por dentro en el cuerpo de Musafir.</p> <p align="justify">Noto que a pesar de la humedad heladora, Musafir está contento. Seis velas en el pastel. Bueno, no hay pastel. Pero yo lo estoy viendo: base de bizcocho relleno de mousse de chocolate. Todo él de chocolate. Y los ojos de Musafir se derriten entre mis pensamientos.</p> <p align="justify">Hace seis años no hubo tarta tampoco. Hubo mudanza ese día. Apresurado iba Musafir por las calles, encogido en su chaqueta gris. Recorriendo una ciudad familiarmente ajena, y suspirando por por el peso de cajas llenas de demasiadas cosas viejas. Cachivaches que iba a dejar tirados, por fin.</p> <p align="justify">No hubo tarta; ni chocolate para los labios de Musafir. Hubo partida de dominó en solitario. Hubo carretera, ya de madrugada, apretado Musafir por la nieve y hielo; ya no tanto dentro de su alma, pero sí en las márgenes y los arcenes de aquel camino nuevo; renovado.</p> <p align="justify">Hoy también hace frío; hoy también es viernes; es 14 de diciembre. Seis años celebra Musafir. Hoy, el chocolate no se congela por el frío. Estoy con Musafir; devorando, (no ya con los ojos), sino a bocados, un enorme pastel de chocolate.  </p> <p align="justify"></p> Musafirhttp://www.blogger.com/profile/08804674875170058271noreply@blogger.com9